Gran devoción a San Cayetano para que no falte pan y trabajo
Pese al frío, todas las misas estuvieron repletas de feligreses que se acercaron para agradecer, pedir o ambas cosas.
A las 16.30 es la misa central. Durante todo el día están previstas misas en la Parroquia San Cayetano, emplazada en Padre Genesio 1644. Créditos: Flavio Raina.
Como ocurre cada 7 de agosto, la Parroquia San Cayetano de la ciudad de Santa Fe se colmó de feligreses desde muy temprano. Algunos se acercaron para agradecer por el pan de cada día y por el trabajo que tienen, y otros para pedir por ambos junto con la paz en el mundo.
A las 9 de la mañana, el interior de la iglesia emplazada en calle Padre Genesio 1644 estaba llena de gente que participaba de la tercera misa del día. Afuera, donde la temperatura apenas superaba los 8° C, otras personas veneraban la escultura del santo colocada sobre un altar. Arrodilladas a sus pies, paradas o sentadas se las observaba en silencio, manteniendo alguna conversación que solamente ellas conocen.
Sin objeciones por el frío, Cristina contó a El Litoral que visita la parroquia todos los días 7 de cada mes. Pero el de agosto es el más especial de todos porque es cuando se conmemora la festividad. “Venimos siempre, sobre todo para agradecer. También pedimos por el trabajo, para que no le falte a nadie. San Cayetano es muy especial para nosotros”, dijo apenas se disponía a ingresar junto con su marido al templo con una botellita de agua bendecida.
El interior de la iglesia emplazada en calle Padre Genesio 1644 estaba llena de gente. Créditos: Flavio Raina.
Silvia, una feligresa que aguardaba su turno para recibir una bendición especial por parte del diácono, contó que visita San Cayetano desde que tiene memoria. “Es una hermosa costumbre que me inculcaron mis padres”, dijo. Y agregó: “Jamás me faltó el trabajo. No tengo uno fijo. Vivo el día a día, gracias a que tengo trabajo. ¿Cómo no le voy a venir a agradecer? También le pido para que ayude a mis hijos, que no consiguen”.
Roberto vive en Las Flores. Y desde allí llegaba con una vara de trigo, una estampita y un pedacito de pan que le compró a una señora en la puerta a 200 pesos para venerar a quien hace 30 años le regaló una de sus dichas más grandes: el trabajo. “Yo tenía 25 años cuando quedé sin trabajo, enviudé y tenía una nena de un año a cargo. Hoy tengo 55 años y vengo todos los años. Me acuerdo como si fuese ayer de aquel 7 de agosto. Me levanté, sin fuerzas, y cuando estuve acá sentí algo muy especial. Estaba enojado y descreído. No entendía qué hacía, pero le pedí a San Cayetano que si existía de verdad me lo demostrara ante tantas adversidades que me venían pasando, sobre todo porque había quedado solo con una nena a cargo. Al otro día, 8 de agosto de 1993, me llaman por teléfono de una empresa para decirme que me presentara a trabajar el 9 porque me habían recomendado. ¿Cómo no voy a estar acá?”, dijo el hombre con lágrimas en los ojos. Y acotó: “San Cayetano es esperanza. Que nadie tenga dudas de eso. Lo comprobé hace tres décadas”.
El patrón de la providencia, el trabajo y el pan
El sacerdote Matías Vecino es quien desde hace seis años está a cargo de la Parroquia San Cayetano. Y para él, el de hoy también es un día muy movilizador. Es que, además de la festividad, es su último día como cura párroco. “Ya desde mañana tengo un destino nuevo. Me trasladaron a Santo Tomé así que misionaré allí, pero esta parroquia y esta comunidad siempre estará en mi corazón”, destacó.
la Parroquia San Cayetano de la ciudad de Santa Fe se colmó de feligrese. Créditos: Flavio Raina.
Sobre el día que se conmemora hoy, el sacerdote dijo: “más allá de los contextos económicos y sociales que atraviesa el país todos los años, la gente siempre viene para dar gracias, pedir o ambas cosas. La devoción a San Cayetano no se rige tanto por los contextos económicos sino por el amor y la devoción que la gente le tiene a Jesús y a San Cayetano particularmente”.
Sobre la historia del santo, Matías Vecino contó que “San Cayetano es un santo italiano del siglo XVI, nacido un 7 de agosto, que se dedicó a ayudar a los pobres para que no les falte el trabajo ni el pan en la mesa y a restablecer la paz social de esa época. Sin embargo, su devoción en Argentina como patrón de la providencia, del trabajo y del pan, tiene mucho que ver con una mujer Santiagueña porque fue quien trajo su imagen y dio a conocer su obra. Hablo de la Beata Mama Antula, María Antonia de Paz y Figueroa, que en 1795 fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires y si Dios quiere será santa en algún momento porque se le atribuyen milagros”.
En este día tan especial, el cura párroco dejó como mensaje la necesidad de volvernos más humanos, de ahí el lema de este año de la festividad que es San Cayetano ayudanos a ayudar. “Hoy más que nunca tenemos que pensar en el otro, comprometernos con las necesidades de los demás”, finalizó Matías Vecino.
El sacerdote Matías Vecino, después de seis años, es trasladado a Santo Tomé. Créditos: Flavio Raina.
Misas durante todo el día
Durante toda la mañana se realizaron misas en la Parroquia San Cayetano de calle Padre Genesio 1644. A las 16.30 está prevista la misa central, que será presidida por el Obispo. Luego, por la tarde, habrá una misa más y la última será a las 21 horas. También está prevista una caravana de autos por el barrio que trasladará la imagen de San Cayetano .“La caravana nació en la pandemia. Y fue una experiencia tan linda que decidimos replicarla este año”, dijo el sacerdote Matías Vecino.
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