El Litoral | area@ellitoral.com
En el escrito, el Santo Padre les pide que sigan transmitiendo la esperanza a través de las obras de bien y del trabajo comunitario. El apoyo papal, manifestó uno de los referentes de la agrupación, “es como una caricia al corazón, una palmada en la espalda”.
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Esta última semana no fue una más para el Grupo Scout Nuestra Señora del Rosario del Salado, que tiene su sede en el barrio Las Lomas de la ciudad de Santa Fe. ¿Por qué? Porque recibieron una carta del Papa Francisco, en la que éste los anima “a seguir transmitiendo la alegría del evangelio” y a “dar testimonio de la esperanza con obras de bien”. La misiva, en la que Jorge Bergoglio reconoce la labor social y pastoral de la institución santafesina, llegó en respuesta a un envío que en su momento ellos le hicieran al Santo Padre, con imágenes de sus actividades y mensajes de los chicos que la integran.
“El trabajo de los grupos scout, no sólo el nuestro sino el del movimiento scout en general, merece ser difundido, porque es silencioso y abnegado, pero firme”, expresó a este medio Luis Sánchez, referente de la entidad reconocida por el Papa, quien definió como una “agradable sorpresa” a la carta remitida desde el Vaticano. “Las palabras de Francisco nos dan pautas para seguir trabajando, a partir de la alegría de difundir el evangelio y las ganas que hay que ponerle a las acciones de cada día, para traducir la esperanza en buenas obras”, agregó Luis.
Luego explicó que ellos ya tenían preparado un lema institucional para trabajar este año, pero que en virtud de la carta del Papa tienen pensado cambiar el mismo. En ella, les recuerda la importancia de dos principios “muy profundos y muy lindos” para trabajar con los chicos, como son la alegría (que siempre hay que tener al encarar cada día) y la esperanza (de hacer siempre el bien). El referente scout explicó que el mensaje papal tiene, además, un significado de respaldo, porque “es como si Jesús y la virgen María nos acariciaran el corazón, o nos dieran una palmada en la espalda”. Como si nos dijeran “sigan así”, aclaró.
Un contexto difícil
“Esto nos compromete a seguir trabajando y a mejorar a diario, para transmitir lo que hacemos, profundizando aún más nuestra condición de discípulos, pastores y misioneros”, amplió Sánchez. Si bien implica un mayor compromiso y más trabajo, señaló el líder scout, también les brinda “una tremenda satisfacción”, porque ellos trabajan “en un barrio muy olvidado, muy carente de muchísimas cosas y de mucha miseria, en el que los chicos absorben continuamente eso”. “Por eso nosotros tenemos que estar atentos permanentemente en la contención, para canalizar toda la formación scout con un criterio espiritual”, acotó.
Luis entiende que, si bien todas las necesidades son importantes y fundamentales, ellos, ante todo, tratan de satisfacerlas a través del camino de la espiritualidad, aplicando el método scout. Éste, señaló, “es un método no formal”, que se guía por su propio sistema de enseñanza y aprendizaje, basado en valores superiores y apoyado en los diez puntos de la Ley Scout. “Y cada punto de esta ley es un estilo de vida”, remarcó. A los chicos, dijo, “tratamos de inculcarles el amor a la patria, al hogar, a Dios, porque en ello se basa el método scout, el que tratamos de aplicar en forma permanente”.
El Grupo Scout Nuestra Señora del Rosario del Salado, fundado hace nueve años, trabaja con unos 30 chicos, los que asisten al grupo en forma permanente, aunque también se acercan otros que lo hacen en forma intermitente, “tipo golondrinas”. “En las circunstancias que tenemos que trabajar se hace realmente difícil”, insistió Luis, que responde al nombre scout o tótem Tordo Locuaz. “Nuestros chicos están marcados por lo social, lo económico, porque es todo carencias, pero tratamos de adaptarnos a ellos y los resultados son importantes”, prosiguió. “Si bien están rodeados de vicios o de tonterías, y hasta los cargan mal, o les impiden ir, ellos sábado a sábado quieren seguir luchando para ser mejores scouts, es decir mejores personas”, enfatizó después. “Eso nos alienta y nos compromete hacer de nuestra parte lo mejor que podemos”, redondeó.
Panadería y otros oficios
El Grupo Scout Nuestra Señora del Rosario del Salado Nº 1.183 integra el distrito 4, zona 18, de Scout Argentina. Pertenece a la capilla del mismo nombre, a cargo del padre José Milessi. En su sede del barrio Las Lomas pudo instalar una panificadora, mediante un subsidio que le fuera otorgado a través de la entidad antes citada, que nuclea a los grupos scouts de todo el país.
La ayuda fue el resultado de la participación de la institución santafesina en el sistema denominado “Proyecto Participativo”. Allí, todos los grupos scout argentinos tienen la posibilidad de presentar una propuesta, que primero es avalada y luego se lleva a votación en la asamblea nacional. Ellos ganaron con su proyecto hace dos años. “Nuestro objetivo era poner una panificadora para recaudar fondos propios y así seguir adelante con el trabajo, a la par de enseñarles un oficio a los chicos”, recordó Luis Sánchez.
Para finalizar, destacó que la construcción de la panificadora, además de aprender a amasar y producir prepizzas, también los ayudó a incorporar conocimientos de otros oficios, como ser albañilería, electricidad, plomería y colocación de placas de yeso.