“Esto es una vergüenza”, dijo una concejala saliendo del recinto, ofuscada. Quizás se sacó esa sensación de encima porque en las bancas todo se estaba desmadrando. O tal vez, porque volvió a sangrar esa “grieta” que ahora tiene tres tajos, los tres bloques políticos del Concejo local (PJ, FPCyS y Cambiemos), y que se disputan el poder a tan sólo dos semanas de las Paso, el 28 de abril. Los parlantes tronaban porque un edil gritaba, despotricando contra sus adversarios o —acaso— lamentando el mensaje institucional que se iba a derramar hacia la sociedad.
La madrugada del jueves 28 de marzo, dos grupos de lo que serían “militantes políticos” se disputaron la colocación de cartelería de propaganda política (pasacalles) y pegatinas. Dirimieron fuerzas adentro de una parrillada y el titular de ese comercio, Horacio Raúl Borda, intervino para separarlos: terminó en “estado de salud sumamente crítico”, relata la sórdida crónica policial del episodio, publicada en El Litoral. El comerciante sigue grave y lucha por su vida.
El Concejo tomó el tema sobre tablas: aprobó una comunicación (pedido de informes) donde le solicitó al Ejecutivo que se remita al Ministerio Público de la Acusación (MPA) para que informe (“con los recaudos necesario para no truncar la investigación”), la carátula asignada a la investigación sobre el caso Borda, el estado en que se encuentra ésta y si se tienen indicios de que lo acontecido “se produjo en el marco de la campaña electoral”.
El bloque Cambiemos impulsó una declaración —también aprobada— donde el Concejo declaró “su más enérgico repudio” a los hechos violentos desatados en el norte de la ciudad y que produjeron severas lesiones (sobre la persona violentada), manifestando su solidaridad con la familia del agredido (también se le requirió saber al MPA si el hecho tuvo relación con la campaña proselitista). Hasta aquí las cuestiones de forma: el trasfondo fue un debate tórrido que sobrevino desde las bancas, principalmente sobre a qué sector político pertenecerían las personas involucradas.
“El comerciante no tenía nada que ver con lo que sucedió. Por eso pedimos informes al Ministerio. Sabemos que hay identificados algunos posibles involucrados (en el hecho) y solicitamos saber en qué estado se encuentra la investigación”, abrió el juego Lucas Maguid (PJ), que impulsó el pedido de informes. “La familia (de Borda) esta pidiendo justicia y no podemos mirar para otro lado”.
Por su parte, las sospechas del bloque Cambiemos es que los militantes involucrados en el ataque contra Borda están identificados con el FPCyS y, principalmente, con un referente político de ese sector que gobierna la provincia. Habían hecho pública esta posición. Claro: aquí salta el juego de la política. “A nuestro criterio, es muy evidente la facción electoral a la que pertenecen los involucrados (en el episodio)”, dijo, en primer tono ya poco atemperado, Carlos Pereira, referente oficialista.
Habló Emilio Jatón, del bloque frentista. Rompió un silencio hermético que venía sosteniendo en las últimas sesiones. Expresó “su solidaridad y respeto” a la familia (de Horacio Borda). “Es un hecho criminal, inconcebible. Por eso nos sumamos al pedido de justicia de las demás bancadas. Que vaya preso el responsable, que caiga quien deba caer. Rezamos cada día por la pronta recuperación del señor Borda”, dijo, y esa frase confesional detonaría más tarde a Pereira.
“Hipocresía” vs. “especulaciones”
“A ver: nosotros tenemos una responsabilidad institucional como Cuerpo legislativo. Pero también está el plano de lo político, donde todos sabemos la verdad de los hechos. No caigamos en la hipocresía de decir que esto fue un episodio más o aislado. Hay responsables y nombres concretos, que están dichos por los propios familiares. Lo que le quiero decir a Emilio (Jatón) es esto: me parece muy liviano el tratamiento que Ud. le está dando a este tema”, bramó Pereira.
“¡Acá hay una responsabilidad concreta de su sector político en lo que sucedió, y si asume su responsabilidad, debería tener una actitud distinta! Tengo las declaraciones, si me llaman las presentaré como pruebas”, acusó el edil del Cambiemos. “El perdón así dicho, no alcanza”, le espetó al ex periodista.
Jatón recogió el guante y le devolvió: “Estamos entrando en especulaciones políticas. Así que, Carlitos (usó el diminutivo para referirse al edil): esto no debe suceder. Si sabés lo que pasó, sería muy importante que lo denuncies a la justicia. Si él sabe tanto (por Pereira), que vaya a la Justicia y declare”. Maguid volvió con la agenda periodística: “Este jueves balearon una casa porque un vecino se negó a que militantes colgaran un cartel (proselitista) en la calle. ¡Adónde carajo estamos!”, preguntó a viva voz, y mostró copias impresas de la noticia con los balazos en la vivienda.
La barrabrava y un “chiquero”
Ignacio Martínez Kerz, también del PJ, adelantó que presentará un pedido a la Dirección Provincial de Personas Jurídicas. Deslizó que algunos de los involucrados “no serían de la ciudad, sino integrantes de la barrabrava del club Rosario Central. Si (los sospechados) son de Rosario y reciben subsidios de alguna órbita del Estado, debiéramos saberlo en forma rápida”. Esto evitaría que si alguna de estas personas violentas recibe alguna “contraprestación” del Estado, lo deje de percibir, aclaró.
Cuando la discusión bajaba en intensidad (Leandro González, también frentista, quiso poner paños fríos), el edil Juan Cesoni (PJ) pidió la palabra y largó una catarsis que parecía tener guardada desde hacía tiempo. Su tono de voz fue in crescendo. “A mí me ofende todo esto, es obsceno: están haciendo (le dijo a los concejales de los bloques antagónicos al suyo) un ‘chiquero’ con la política. Aprovechan estas situaciones para sacar algún rédito político, con acusaciones livianas. Si alguien dice tener pruebas (sobre el hecho), ¡que vaya espontáneamente a la justicia!”.
Cesoni fue más allá: contextualizó el episodio en la situación de inseguridad que se vive en la ciudad y la provincia. “¡La nuestra es la ciudad más insegura del país que deja la gestión que se va! Y la situación a nivel provincial, lo mismo: los responsables son los referentes de FPCyS. ¡No nos pueden hacer vivir seguros, tranquilos! Hablamos no de una pelea entre dos punteros, ¡es una pelea entre bandas, se disputan territorios!”, repartió para todos.
Así las cosas, Horacio Raúl Borda (52), vecino de la ciudad, continúa en terapia intensiva, en estado crítico y con pronóstico reservado; con asistencia respiratoria mecánica y coma inducido por drogas. Tuvo una leve mejoría: hace 48 horas que responde bien a los antibióticos, informaron a este diario desde el Cullen. Borda sigue luchando por su vida.