Luis Amsler
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En vida había manifestado su voluntad de ser donante. Hoy, el joven santotomesino habita en ocho personas que tuvieron una nueva oportunidad. En su memoria, pintaron un mural y harán un festival solidario en el anfiteatro Martín Miguel de Güemes, una iniciativa que el muchacho quería concretar hace tiempo.
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Alegre, inquieto, “andariego”, emprendedor, positivo, solidario, con un profundo amor por su familia y la amistad. Todas estas virtudes eran las que poseía Augusto Paulón, el joven santotomesino de 22 años que en un confuso episodio recibió dos disparos en la madrugada del último 19 de enero, uno en el brazo y otro en la zona del parietal. Fue en la esquina de 9 de Julio y Quintana, en la ciudad de Santa Fe. Pese a su lucha, la herida en su cabeza ganó la batalla y al joven peluquero le diagnosticaron muerte cerebral un día después, en el hospital José María Cullen. Sin embargo la esencia de Augusto aún sigue latiendo. Es que en vida el muchacho había manifestado su voluntad de ser donante, y tras su partida física, su familia tomó la difícil decisión de respetar la determinación de Paulón. Gracias a este deseo, hoy ocho personas viven gracias a él.
“Es un ángel que hoy vive en muchas personas... entregó sus huesos (tibia, peroné y fémur), las córneas, los dos riñones, páncreas, hígado, pulmones, corazón... todo; ése es el motivo que nos da fuerza para seguir”, expresó Alejandra D’Ambra, su mamá, quien a un mes de la partida de su hijo, aún siente que la tristeza la invade todo el tiempo. “La sensación que uno tiene es de un vacío indescriptible, un dolor que las lágrimas no llegan a representar; sin embargo, saber que hoy Augusto sigue vivo en otros seres humanos nos llena de voluntad”, afirmó.
Una de las características principales que tenía el joven era su sonrisa. Amplia, amigable, tierna. Parecía invitar a conocer a su dueño. Es por eso que Paulón tenía tantos amigos -aseguró Alejandra-, por esa calidez que transmitía este gesto. Tenía muchísimos, de todas las edades y clases sociales... creo que era así por su solidaridad, porque siempre estaba ayudando sin esperar nada a cambio; se había transformado en un hombre de bien”, dijo su madre.
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Sueño cumplido
Augusto Paulón nació el 31 de enero de 1995, en Santo Tomé. Este año habría cumplido los 23. Le arrebataron la vida 11 días antes de su cumpleaños. Su partida generó un profundo dolor en toda la comunidad donde vivía, cuestión que se vio reflejada en su funeral, donde un “mundo” de gente le dio el último adiós. El joven era peluquero. En junio del 2017 había podido cumplir su sueño, abrir su propia local, “Don Augusto”, ubicado en Azcuénaga al 3200. “Lo disfrutó el poco tiempo que pudo, es una lástima”, consideró Alejandra.
Lo notable de todo esto es que Augusto supo combinar su profesión con su costado solidario. Su mamá recordó que solía hacer ingresar a su casa a los chicos humildes que pasaban pidiendo y les cortaba el pelo de manera gratuita. Pero además, estaba organizando todo para llevar a cabo un gran evento en donde junto a otros colegas, cortarían el cabello a cambio de frazadas. Este deseo finalmente se va a llevar a cabo este próximo 4 de marzo, en el anfiteatro Martín Miguel de Güemes, donde solicitarán útiles escolares a aquellos que deseen modificar su look (ver Relacionada).
“Como antesala a este evento, pintaron un mural en la esquina de Derqui y Centenario, en su memoria. Su sonrisa y mirada eran muy especiales y en su momento no me di cuenta de eso, pero hoy eso me da fuerzas para seguir”, aseguró D’Ambra. Hoy, Augusto Palón sigue vivo en otras personas, como reza la frase escrita en el dibujo plasmado en una pared. Desde el cielo cuida a su mamá, papá, su hermanito y sus tres hermanas, quienes de seguro recordarán esa lado generoso, cariñoso y hasta protector que tenía. Justamente por eso, por su solidaridad, se convirtió en un ángel que sigue viviendo en muchos.
Con el objetivo de recordar a Augusto Paulón, el pasado domingo, familiares y amigos pintaron un mural a un mes de su asesinato. En una pared ubicada en la intersección de las calles Derqui y Centenario de Santo Tomé, se llevó a cabo una jornada abierta a toda la comunidad, donde unas 70 personas colaboraron durante unas cuatro horas y media en la confección del dibujo. Todo el trabajo fue coordinado por la artista local Yamila Caporizzo, quien se encargó de desarrollar una obra en la que mediante el sistema de pegatinas, pudo reflejar a Augusto y su imborrable sonrisa. La obra fue hecha con pintura negra, verde, blanca, azul y naranja y en el mismo se puede leer la frase que surgió a raíz de la decisión de Paulón de ser donante: “Un ángel viviendo en muchos”. Cabe aclarar que esta actividad fue la primera etapa de un homenaje que continuará el 4 de marzo con el Festival por una Sonrisa, que se realizará en el escenario natural del anfiteatro Martín Miguel de Güemes. En dicha jornada estarán presentes bandas locales y peluqueros que cortarán el pelo a los presentes a cambio de útiles escolares. Además, habrá representantes del Cudaio concientizando sobre la importancia de donar órganos y de manifestar la voluntad en vida.
Pablo Chemes, uno de los impulsores de la iniciativa, señaló que la cantidad de personas que participaron en el diseño del mural refleja el gran cariño que la comunidad tenía por Paulón. “Quisimos mostrar la sonrisa y la mirada de Augusto, además de remarcar el hecho de que decidió donar sus órganos, y así lo hicimos”, explicó Chemes. Más allá de este gesto, los allegados al joven manifestaron su bronca por el poco avance que hubo en la investigación por el crimen del muchacho. “Da mucha bronca e impotencia... es impresionante el temple que tiene su madre, se sostiene en pie y sigue esperando sin descanso que haya justicia”, indicó el promotor de la propuesta. En cuanto al festival que se organizará en homenaje al peluquero, Pablo adelantó que comenzará a partir de las 17 y se esperan recolectar útiles escolares que posteriormente serán donados a los chicos más necesitados. “No podemos hacerlo con frazadas, como deseaba Augusto, por la época del año, pero la metodología será la que él quería, cortando el pelo por una donación”, concluyó.
“El mural que pintaron por mi hijo significa mucho para mí, ya que muestra que la comunidad no quiere olvidarse de él”. Alejandra D’Ambra,mamá de Augusto Paulón.