Luis Amsler | santotome@hotmail.com
La rama Mamá Cultiva de esta ciudad se conformó con el objetivo de luchar por lograr avances en el autocultivo. Son un grupo cuyos hijos o familiares fueron diagnosticados con patologías difíciles de tratar con la medicina convencional. Tres casos conmovedores.
Luis Amsler | santotome@hotmail.com
Muchas veces la desesperación y las puertas cerradas llevan a una persona a hacer cualquier cosa por salvar la vida de un ser querido, incluso a infringir la ley. Ni que hablar cuando adoptar esa posición implica estar vinculado al cultivo del cannabis, una planta que posee componentes psicoactivos, pero también esconde propiedades que desde hace miles de años, distintas culturas utilizaron para diversos fines, entre ellos el medicinal.
Si bien hoy muchos cuestionan la utilización que una parte de la población hace de esta planta y sus flores, lo cierto es que a otros les da una nueva oportunidad de vida. Ese es el caso de Gabriela, Luciana, Eliana y Darío, cuatro vecinos de Santo Tomé que forman parte de Mamá Cultiva, una fundación sin fines de lucro con ramas en distintos puntos del país que tiene por objeto “agrupar a madres de niños con epilepsia refractaria, cáncer y otras patologías que no han encontrado una mejoría con la medicina tradicional, buscando impulsar el uso de cannabis medicinal, atendiendo a los maravillosos resultados que esta terapia ha logrado”. Así lo refleja la página web oficial de la entidad.
A estos santotomesinos los une una cuestión en común, darle bienestar a alguno de los integrantes de sus familias que padecen enfermedades que no pudieron ser abordados por los fármacos que hoy se comercializan en el mercado. Ni siquiera un nutrido “cóctel” de pastillas dieron solución a sus seres queridos y, por el contrario, con la utilización del aceite tuvieron resultados inmediatos y muy concretos, mejorando notablemente su calidad de vida. Pero la producción casera que realizan en su hogar, lamentablemente tiene sus consecuencias.
En la actualidad, existen normativas a nivel nacional y provincial sobre el uso terapéutico y paliativo del cannabis, su producción e investigación, pero por desgracia en todos los casos existen ciertos vacíos legales en torno al autocultivo (ver Relacionada). “Por eso sabemos que lo que hacemos no está en la legalidad, pero es la única manera que tenemos de salvar a nuestra familias”, explicaron los miembros de Mamá Cultiva.
Nueva oportunidad
Las razones por las que las madres incurren en esta práctica, derriban cualquier tabú existente sobre el tema. Gabriela comenzó con el autocultivo por los problemas que sufría su mamá, Raquel, quien padece glaucoma. “Tomaba muchísimas pastillas, gotas y hasta estuvo a punto de sufrir un ACV, entre otros problemas; con el aceite de cannabis mejoró muchísimo, dejó de tomar medicaciones, cesaron las migrañas e inmediatamente mejoró su calidad de vida, es impresionante”, aseguró la integrante de Mamá Cultiva, quien precisó que su madre toma 3 gotas por la mañana y tres por la noche.
El caso de Luciana es mucho más representativo. A los 3 años de edad, su hijo Ignacio comenzó a padecer una enfermedad autoinmune muy extraña, sin diagnóstico y que agrupa otras patologías como reuma, tiroides, diabetes y celiaquía, por nombrar algunas, además de haber tenido convulsiones por la gran cantidad de medicamentos que ingería. “Estuvo meses internado, lo trataban distintos especialistas, las convulsiones le afectaban la parte motriz, incluso el habla y no sabía más que hacer, estaba desesperada”, contó Luciana.
Ante esta situación, consultó a lo médicos sobre el aceite de cannabis, pero le dijeron que no lo use porque “era una moda”. “Esa fue la respuesta, pero igual me acerqué a Mamá Cultiva porque ya llevaba 6 años así, me recomendaron un aceite con cbd (un componente del cannabis que tiene un beneficio medicinal significativo) y tuve que correr el riesgo de dejar atrás todos los remedios y arrancar con esto”, recordó. “Mi hijo estaba en riesgo de vida, había probado un montón de cosas sin resultados y debía tomar una decisión, y así lo hice”, agregó, y empezó con el aceite. Su pequeño tuvo una sola noche de abstinencia al haberle retirado toda la medicación anterior, y luego comenzó el cambio. “Inmediatamente dejó de tener dolores en los huesos y hoy camina con normalidad; a la semana mejoró su diabetes y dejamos de aplicarle las 10 inyecciones diarias de insulina que le dábamos; su hígado se regeneró, no tiene más problemas en los riñones y hoy lleva una vida normal; hace actividad física, va a una escuela pública, habla bien y hasta tiene notas excelente, teniendo en cuenta que antes tenía pérdida de atención; desde aquel momento no convulsiona, y todo eso con cinco gotas diarias”, graficó de manera contundente los beneficios que tuvo su hijo.
Por su parte, Eliana y Darío son los padres de Tania y Braian. Éste último, de 13 años, sufre de epilepsia y TEA (trastorno del espectro autista), además de trastornos de conducta, lo que lo llevaba a ser muy agresivo y a autoagredirse. “Era algo incontrolable, porque por más que tomaba muchísimos medicamentos convencionales, nada funcionaba y hasta lo alteraban más; llegó a tener un estado de desnutrición severo, porque no quería comer y hasta no iba al baño, todo producto de la cantidad de pastillas que ingería”, contó la mamá. Ante esta situación, Eliana dijo “basta” y se puso en contacto con Mamá Cultiva. “Empezamos con el cannabis, tuvimos nuestra primera planta, hicimos el aceite casero y desde que arrancamos a suministrárselo, Braian no tuvo convulsiones por 8 meses; desde el primer día hubo cambios y a la semana eran notables, hasta empezó a comer; si bien tuvo cierta abstinencia por un tiempo, hoy su calidad de vida mejoró para bien”, afirmó para cerrar.
Normativas actuales
A finales de marzo de 2017, el Congreso de la Nación autorizó el uso terapéutico y paliativo del cannabis en el país, normativa que si bien permite el acceso gratuito a los derivados de la marihuana para tratamiento, no contempla el autocultivo. De esta forma, se deja en manos del Estado el monopolio del cultivo y la elaboración del producto para las terapias, pero su acceso es sumamente engorroso. “La ley solo permite su utilización en caso de epilepsia refractaria, pero no contempla las muchas otras enfermedades que pueden ser tratadas con el aceite”, explicó Gabriela, quien también remarcó las dificultades existentes para inscribirse al Registro Nacional de Pacientes en Tratamiento con Cannabis que gestiona la Anmat, única forma de acceder al producto de manera gratuita.
En tanto, el 30 de noviembre de 2016, la Legislatura de Santa Fe aprobó la ley que regula el uso medicinal del cannabis. La misma también incorpora al sistema de salud pública provincial los medicamentos a base de esta planta y formas farmacéuticas derivadas, promueve estudios e investigaciones clínicas relacionadas con el uso del cannabis con fines terapéuticos, estimula la producción pública de medicamentos con sus propiedades pero no habla de autocultivo, según fuentes legislativas consultadas por este medio. Mientras se espera su producción -que debe ser autorizada por Nación-, las mamás acuden al autocultivo, con todos los riesgos que ello implica.
10 gramos para el mes
Con 10 gramos de las flores de cannabis, se puede fabricar un frasco de aceite para un mes, con un uso a razón de cinco gotas diarias. Como el proceso de crecimiento de la planta tarda entre 6 y 8 meses, se sugiere tener entre 10 o 12 ejemplares para contar con la materia prima suficiente a lo largo de un año. Al ser plantas que se utilizan para hacer medicina, no se les puede aplicar productos químicos, por lo que el abono y los insecticidas que se les coloquen deben ser totalmente orgánicos. Hay que ser muy cuidadosos con las flores, puesto que no deben tener moho. Por ello, se debe revisar cada una para corroboran esto.
Mamá Cultiva habitualmente cuenta con un banco solidario, para que aquellas personas que están en el proceso de aprendizaje de producción del cultivo y fabricación del aceite, puedan tener los recursos para elaborar el producto que suministrarán al enfermo.
Acompañamiento político
Varios funcionarios políticos locales y provinciales respaldan el trabajo que en la actualidad realiza Mamá Cultiva Santo Tomé. Uno de los casos es el del concejal radical Martín Giménez, quien recibió en su momento a los integrantes del grupo y sostuvo que “luchan por el derecho a la salud de sus hijos”. “Sobrados estudios demuestran la efectividad del cannabis para diversas patologías, por lo que vamos a acompañar a Mamá Cultiva a realizar charlas y talleres en nuestra ciudad”, expresó en sus redes sociales el edil. Es más, la agrupación local ya realiza disertaciones en la Escuela de Enseñanza Media N° 443 “José Manuel Estrada” y prevé dictar otras en distintos establecimiento. Además de Giménez, el diputado provincial Fabián Palo Oliver (ex intendente de Santo Tomé), también ha ayudado de diversas formas al grupo local que promueve el autocultivo con fines medicinales.