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El santafesino Joaquín Azcurrain participó del Copenhagenize Design Co., en Dinamarca. Se trata de la ciudad mejor preparada del mundo para el uso de la bicicleta. Tres ideas para Santa Fe.
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Para Joaquín Azcurrain regresar a Santa Fe desde Copenhague en los próximos días será volver a poner los pies sobre la tierra. Y no tiene que ver con el descenso del avión, sino con lo que vivió este miembro del proyecto CicloCiudad (Igualdad y Participación) durante las tres jornadas del 25 al 27 de junio, en las que participó de la Master Class 2018. Se trata de una cumbre que todos los años lleva adelante uno de los Estudios de Diseño y Planificación Urbana más prestigiosos de Dinamarca, el Copenhagenize Design Co.
Como cada año, el tema puesto sobre el tapete fue el lugar que se le da a la bicicleta en la planificación de la movilidad urbana. Y la ciudad sede no es una casualidad: es que hoy el 43 por ciento de los ciudadanos de Copenhague usa la bicicleta como principal medio de transporte.
El evento reunió esta vez a 19 participantes que fueron previamente seleccionados, quienes arribaron desde Inglaterra, Irlanda, Costa Rica, Australia (Perth, Canberra, Adelaine), Francia, China, Suecia, EE.UU. (Lowel, Minneapolis, North Caroline), Alemania (Berlín, Oldemburgo), Suiza, Canadá; y un santafesino: Joaquín Azcurrain, a quien le tocó ser el único representante de Argentina y, en consecuencia, de toda América Latina.
Los daneses son celosos protectores de sus espacios públicos. Copenhague está lleno de parques verdes, muy cuidados, impecables. Y la inversión en infraestructura ciclista en la última década oscila los 143 millones de euros, para una ciudad de alrededor de 2 millones de habitantes en el área metropolitana. Esto habla a las claras de una decisión política en ese sentido.
Por eso, cuando Azcurrain trepe nuevamente a su bicicleta para circular por las calles santafesinas sentirá algo de impotencia o frustración. Pero seguramente tratará de sobreponerse a esas sensaciones con el sentido de la oportunidad que traerá para modificar ciertas conductas, políticas y la planificación de la movilidad urbana local. Con ese objetivo viajó a Copenghague, donde disfrutó cual quinceañera en Disneylandia. Fue para traer ideas aplicables en Santa Fe.
Tres ideas para Santa Fe
El primer nudo de conflicto que trajo Azcurrain a Santa Fe es tan simple como profundo, la búsqueda de una respuesta a la pregunta del sentido: ¿para qué la bicicleta en las ciudades? “Los activistas que trabajamos en la ciudad hacemos mucho hincapié en las ventajas que conlleva el uso de la bicicleta en la salud y en la ecología, pero lo que pude observar en Copenhague durante las jornadas de la Master Class 2018 es que más allá de esas ventajas aleatorias, la bicicleta les hace más sencilla la vida. Por ello la eligieron como su medio primordial de movilidad”, dijo el santafesino a El Litoral en contacto desde Copenhague.
“En esta ciudad (Copenhague), la bicicleta es un medio rápido, económico, efectivo y seguro. Por supuesto que es seguro porque la ciudad —al igual que Amsterdam (Holanda)— cuenta con la red de ciclovías más grande y mejor preparada del mundo —continuó Azcurrain—. Además, está perfectamente integrada con la política de movilidad para peatones. Acá se sostiene que todo lo que es bueno para los peatones es bueno para los ciclistas, y viceversa”.
Adaptar
La segunda idea que trae Azcurrain a Santa Fe “pareciera ser una obviedad”, dice, pero no lo es. Tiene que ver con la planificación urbana. Para hacer las ciudades más integradas, amigables y sustentables “se deben aplicar las políticas públicas como las de Copenhague”, sostiene, “ya que la mayoría de las ciudades europeas están llevando adelante hoy planificaciones urbanas en ese sentido”. El concepto tiene que ver con “adaptar. Ellos le llaman aprender las mejores prácticas para el urbanismo y la movilidad ciclista, e intentar adaptarlas a cada contexto”, sostiene el activista. “En reiteradas oportunidades escuché acá (Copenhague) decir que no hay que inventar nada porque ya está todo inventado. Lo que se debe hacer es adaptar esas políticas a las realidades de cada lugar”.
Prioridad bicis
Y la tercera idea fuerza que trae Azcurrain a Santa Fe tiene que ver con la ponencia que escuchó del director del Departamento de Movilidad de Oslo (Noruega), Rune Gjos. “Hasta hace algunos años atrás, todo esto de lo que estamos hablando no existía, desde 2012 en adelante desarrollaron una red de ciclovías funcional que propició el uso y facilitó la vida en la ciudad. Fue costoso en términos económicos, pero cuando hay decisión política se puede hacer, a través del diseño urbano y la creatividad”, explicó Azcurrain.
“Es una realidad que casi todas las capitales de Europa llevan hoy adelante políticas para reducir el uso de automóviles en el centro de las ciudades, y esto no se hizo de un día para el otro, sino que hubo planificación gradual para la articulación de una red de ciclovías: es perfectamente adaptable a Santa Fe”, sostiene el activista de la bicicleta.
“Hay que ampliar la red de ciclovías pensando en una red que una la ciudad de sur a norte y de este a oeste. Y esto debe ir de la mano de una mejora sustancial del transporte público, haciéndolo más eficiente, para luego limitar el uso de automóviles en ciertas zonas urbanas”, finalizó.