Vecinos de un sector de Candioti Norte, "acorralados" por los trapitos y los robos
Hay cuidacoches que se mueven “con total impunidad”, dicen. Delincuentes robaron dos motos, una en horas de la siesta. Y a una señora mayor le entraron a su vivienda y la amenazaron a punta de pistola.
Vecinos de un sector de Candioti Norte, "acorralados" por los trapitos y los robos
La fisonomía del barrio Candioti Norte, con su habitual tranquilidad, cambió radicalmente desde hace unos años. El boom gastronómico y la construcción en altura -entre otros factores- llevaron a que crezca de forma exponencial el movimiento diario de gente en ese sector de la ciudad. Pero ahora, abundan en las viviendas rejas y los alambres concertina: hay una contrapartida negativa.
En un radio geográfico estimativo ubicado entre Bv. Gálvez, Pedro Vittori al oeste, Domingo Silva al norte y calle Sarmiento al este, creció exponencialmente la cantidad de cuidacoches, particularmente en cercanías de los bares y restaurantes: hay unos quince locales nocturnos.
“El problema no son los bares y restós en sí; estamos a favor de estos emprendimientos, porque generan empleo y consumo en la alicaída economía de la ciudad. Ocurre que los trapitos están todo en tiempo, observan nuestros movimientos, en ocasiones son hostiles con los vecinos y se manejan con cierta impunidad”, le dijeron a El Litoral un grupo de vecinos autoconvocados de ese sector del barrio, quienes pidieron reservas de nombre por temor a represalias.
Ante esta situación, “no descartamos la posibilidad de que actúen en connivencia con los delincuentes, ‘pasando datos’ sobre el movimiento de tal o cual vecino o vecina, por ejemplo, cuando salen y dejan solas sus viviendas. Consideramos que allí hay una red delictiva con cierta logística, a juzgar por las características de los últimos robos. Realmente estamos muy preocupados”, subrayaron.
Últimos episodios
Hace algunas semanas, el primer robo de un motovehículo se registró a las 14 horas, es decir, a la siesta y a plena luz del día. Una empleada doméstica estaba terminando sus labores en un domicilio particular; durante unos breves minutos lo dejó en la vereda y cuando volvió, ya no estaba. “Están al acecho, no nos podemos descuidar ni un segundo”, contaron los vecinos autoconvocados.
El segundo: la semana pasada y en horas de la madrugada, delincuentes ingresaron a una vivienda en una de las calles dentro del radio antes mencionado. Como si nada, se robaron una moto. El propietario se encontraba durmiendo.
“Ya radiqué la denuncia en la seccional 3ra. de Policía, que tiene jurisdicción en esta zona. Esa moto era mi medio de trabajo. Ni siquiera sé cómo se la llevaron, pues estaba toda mi casa cerrada”, contó a este diario el damnificado.
“No queremos naturalizar el hecho de vivir así, con miedo todos los días. Acá en el barrio hay muchas criaturas, un colegio privado (San José Adoratrices), muchos chicos circulando, muchas personas mayores… Tenemos mucho miedo por nuestros seres queridos”, se lamentó el joven.
Arma de fuego
Otro lamentable episodio le tocó vivir a una señora de edad mayor, que vive sola. En horas del mediodía, un sujeto ingresó a su vivienda (que tiene una reja alta), le robó a punta de pistola lo poco que tenía y se fue. Afuera, en la calle, había mucho movimiento de gente.
“Necesitamos que la GSI o la policía patrullen con mayor periodicidad nuestra zona”, solicitaron los vecinos. Crédito: Archivo El Litoral / Guillermo Di Salvatore
“Esta fue la tercera vez que entraron a mi casa, conmigo adentro, y me robaron. Es algo insólito. Estoy segura de que alguien pasa el dato y, al vivir sola, estoy en situación de indefensión. Los vecinos de toda la vida se solidarizaron, me ayudaron a salir adelante. Pero temo por mi vida estando dentro de mi propio hogar”, relató la vecina, compungida y al borde del llanto.
Las horas críticas donde proliferan los hechos delictivos son a la siesta (con robos y arrebatos en la calle, sobre todo a personas mayores y también a estudiantes, que siempre llevan sus celulares y otros objetos de valor), y desde las 21 hasta altas horas de la madrugada.
“Tenemos un vecino que tiene que irse a trabajar a las 3 de la mañana, y sale a la calle con mucho miedo de que le pase algo”, comentaron los vecinos autoconvocados. Agregaron además que los bares y restaurantes cierran a horario, respetan la ordenanza de Nocturnidad
“Pero los trapitos se quedan hasta más tarde -observaron-, a veces tomando alcohol, o bien consumiendo sustancias ilegales. Se quedan, justamente, para observar nuestros movimientos. Incluso ‘revisan’ nuestros residuos domiciliarios”, advirtieron.
Medidas
Los ciudadanos autoconvocados de Candioti Norte adelantaron que presentarán sendas notas tanto a la Comisaría 3ra. como en Mesa de Entradas de la Municipalidad, donde explicarán la situación de inseguridad e indefensión que están padeciendo a diario, al tiempo que solicitarán más patrullaje policial y de la Guardia de Seguridad Institucional (GSI).
“Y de ser necesario, solicitaremos una audiencia con el secretario de Gobierno y Seguridad municipal (Sebastián Mastropaolo) o con el intendente Juan Pablo Poletti, para contarles lo que estamos viviendo. Realmente tememos por nuestra integridad física, y por la de nuestros hijos, padres y abuelos”, concluyeron.