Miércoles 10.6.2020
/Última actualización 18:31
Juan Carlos Figueroa, Mirna Fachini, Teresa Nani y Aldo Olivera son vecinos de muchos años de Barrio San Martín. Viven sobre calle Espora entre Lamadrid y Gaboto, allí donde hace más de una año iniciaron el desagüe Espora. En la esquina de Gaboto, se encuentra la Escuela San Martín.
Y precisamente ellos, y todos los vecinos de ambas manos de la cuadra, viven un calvario desde hace un año, porque la obra, si bien culminó “lo que no se ve”, todo lo exterior es realmente un desastre. Barro, y mucho, por donde se mire.
“O sea, la obra no la terminaron. Habían dejado todo abierto y tuvimos que pedir nosotros para que vengan a tirar tierra. Tuvimos que ir a hacer el reclamo a la empresa, nos movilizamos por nuestra cuenta. Porque la realidad marcaba que iba a quedar todo abierto, con una profundidad de unos de 2 o 3 metros, dependiendo el lugar, y con el peligro que eso conlleva. Mucho más teniendo en cuenta que está la escuela en la esquina, y que los chicos muchas veces se acercaban y nadie sabía qué podía llegar a pasar. Quedó todo cerrado lo que tiene que ver con la cañería del desagüe propiamente dicho, pero afuera, nada”, comentaron los vecinos en el inicio de la charla con Diario El Litoral quienes agregaron: “En la empresa primero nos dijeron que ellos estaban esperando una autorización de la Municipalidad; también responsabilizaron a la Empresa Provincial de la Energía, que debía sacar un poste de luz para poder continuar con los trabajos, porque sino no podían seguir abriendo la calle. En definitiva, una excusa atrás de la otra. Pero no nos dieron ninguna solución”.
Desagüe Espora: vecinos tienen que arreglar la calle
Esta situación, que tiene más de un año, llegó a un punto tal que los vecinos de San Martín decidieron “tomar el toro por las astas”: todos los que viven en esa cuadra van a poner 2000 pesos y de esa manera poder comprar las camionadas de escombro necesarias para mejorar el estado de las calles. Cada camionada, al día de hoy, según averiguaron, está 3600 pesos. “Tendremos que ver cuántas necesitamos. Pero nos gustaría que las autoridades (provinciales y/o municipales) puedan mandarnos una máquina, porque cuando los camiones tiren el escombro, luego necesitaremos moverlo”.
“Llegamos a una situación desesperante realmente. No entran las ambulancias, los taxis. Cuando se seca un poco, podemos guardar el auto, sino tenemos que pagar una cochera, algo que hicimos durante casi un año cuando estaba la obra activa. Ahora nos decidimos a dar este paso para intentar arreglar la cuadra”, coinciden.
Hay cocheras a las cuales los vecinos directamente no pueden acceder desde hace más de un año, porque tienen unos pozos muy grandes en la entrada, que están llenos de agua estancada.
“Hay zonas de la cuadra que, cuando llueve, los autos que entran, no pasan, se quedan empantanados. Las motos andan siempre por la vereda, y no se les puede decir nada a ellos tampoco, porque no tienen por donde circular. No tenemos una cuneta hecho. Nos prometieron que cuando taparan, traerían una máquina que era la encargada de hacer las cunetas, un poco más finas, pero al menos para tener una salida. Lógicamente, no cumplieron. Llueven 200 o 300 milímetros y el agua entra a nuestras casas. La verdad es un disparate por donde lo mires”.
La inseguridad también presente
Otro inconveniente que tienen en esa cuadra es la inseguridad, y que viene de la mano con algo tan básico como la falta de una luz. “El poste de alumbrado público está roto hace más de un año también. Es un foco para toda la cuadra. Ofrecimos comprarlo, porque es una inseguridad terrible con la que vivimos. Nos rompen las puertas, nos agarran a patadas los portones. Todos los vecinos invierten en rejas, parecemos presos. No dormimos, hay gente muy enferma a causa de todo esto. Sentimos un ruido y nos sugestionamos, porque los ladrones se aprovechan de la situación. La policía no puede entrar por como está la calle, incluso una vez se quedó empantanado un patrullero”.