Desde la llegada de la Inteligencia Artificial (IA), empezaron a generarse debates con diversas posturas respecto de los múltiples usos que ofrece esta herramienta revolucionaria, que crea sistemas que pueden ejecutar tareas que normalmente requieren de la inteligencia humana, como el aprendizaje, el razonamiento y la percepción.
El boom fue a fines de 2022, con la aparición de ChatGPT, de la empresa Open AI. Desde entonces, no pararon de surgir plataformas de IA para todo tipo de aplicaciones: creación de textos, imágenes y video, procesamiento múltiple de cientos de documentos, programación informática, composición musical, y un largo etcétera.
Se viene hablando mucho de los beneficios que la inteligencia artificial aplicada a determinados campos -de la ciencia, como la medicina y la salud, las tecnologías, la industria del entretenimiento y la comunicación-, puede generar.
En menor medida, quizás, se debate sobre los riesgos que podría implicar en las comunicaciones interpersonales, incluso en la profesión periodística.
Los desafíos
Respecto de las comunicaciones entre personas, basta con poner un ejemplo sencillo: Meta AI está en el servicio de mensajería más usado en el mundo, WhatsApp. Se pueden generar imágenes, escribir cuentos, consultar recetas, tips para adelgazar o cultivar plantas de jardín…
¿Podría ocurrir que esa IA llegue a procesar todos los datos personales, chats y conversaciones de un usuario? ¿Se vulneraría la información sensible de una persona en favor de un negocio multimillonario?
Otra duda: ¿qué pasa con el derecho de autor de un fotógrafo autor de una imagen que es ingresada y modificada en una inteligencia artificial? ¿O con el artículo periodístico de un comunicador social, que es “copypasteado” por otro medio y reescrito por una IA?
Por último, ¿hasta qué punto la IA, de la mano (y de la mala intención) del hombre, puede generar noticias falsas y de alto impacto que despierten a una psicosis colectiva en una comunidad? Ni Orson Welles en su mítica transmisión radial de la Guerra de los Mundos, en 1938, se hubiese animado a tanto.
“Está en todo”
La periodista especializada en cultura digital, Irina Sternik (ver más abajo, Quién es), disertó en el Concejo de Santa Fe sobre éstas y muchas otras aristas, en la charla “Comunicación e inteligencia artificial: un panorama actual. Conceptos, buenas prácticas y herramientas de actualización”. La propuesta fue impulsada por la concejala Silvina Cian.
Irina Sternik: “La IA está embebida en un montón de herramientas que usamos de forma cotidiana, y no sabemos eso”. Crédito: Gentileza Concejo
En la charla Sternik ofreció datos estadísticos e informes sobre usos y consumos locales e internacionales. Además, dio cuenta de las implicancias éticas y geopolíticas de la inteligencia artificial, de las buenas prácticas y los manuales de ética y los derechos de autor, con ejemplos y casos de usos actuales.
“Lo que buscamos es, desde el punto de vista periodístico, dar un pantallazo de qué está pasando con la inteligencia artificial; cómo comunican las noticias los medios de comunicación, cómo impacta la llegada abrupta de esta tecnología a nuestros teléfonos y comportamientos, y cuáles son los riesgos a los que estamos expuestos”, puso en contexto Sternik en diálogo con la prensa.
“La IA está embebida en un montón de herramientas que usamos habitualmente, y no sabemos eso”, advirtió luego.
El Sumo Pontífice, “abrigado”
-Una de las primeras apariciones fuertes de la IA fueron con estas fotos que eran falsas, donde apareció, el Papa Francisco con una enorme campera blanca. Esto fue armado por inteligencia artificial…, consultó un periodista.
-Sí, así es. Y ahora esto va a ser cada vez peor si lo vemos desde el punto de vista de la desinformación (generación de noticias falsas, o fake news). Porque cada vez más se mejoran los modelos (de IA), que generan imágenes donde ya prácticamente no podemos darnos cuenta de si esa imagen es de verdad o no.
Por un lado, la IA está acá, es una realidad, no podemos hacer nada. Y por el otro, está bueno que sepamos cuáles son los riesgos que puede implicar. Un caso: Grok es la IA de “X” (ex Twitter) que hace cosas que otras plataformas no harían, porque por ejemplo genera representaciones visuales de muchos políticos ridiculizándolos o parodiándolos.
Periodismo y adaptación
-¿La inteligencia artificial puede poner en riesgo la fuentes laborales dentro del periodismo?, fue otra de las consultas a la experta.
-A muchas las va a poner en riesgo. Muchas otras áreas de la comunicación se van a redefinir; pero como toda innovación, vamos a tener que alfabetizarnos, aprender a adaptarnos a esta realidad, que ya está aquí. Y también deberemos defender nuestros derechos laborales como periodistas.
Fue nutrida la concurrencia a la disertación de la periodista especializada. El foro fue impulsado por Presidencia del Concejo y la edila Silvina Cian. Crédito: Gentileza Concejo
Sobre esto último, doy un ejemplo. A los locutores, una IA les puede clonar la voz: de esta manera, ya no se necesitarían locutores radiales. Pero en los Estados Unidos, el Sindicato de Locutores, Guionistas y Actores llegó a un acuerdo para que esa clonación se pueda hacer, pero a estos profesionales se les deberán pagar. Hay que acomodarse y adaptar las leyes.
Quién es
Irina Sternik es periodista de tecnología y cultura digital. Es colaboradora de La Nación y Host en Redacciones5G. Trabajó hasta 2024 en la TV Pública como periodista de tecnología y actualmente brinda capacitaciones de periodismo e inteligencia artificial, innovación y comunicación en redes sociales con Telecom. Desde 2022 desarrolla el newsletter de autor LadobNews.substack.com.