Martes 25.10.2022
/Última actualización 20:39
"Se perdió todo, todo, todo. El olor era nauseabundo (…) Vos mirabas donde mirabas y era mugre, mugre, mugre". El testimonio de Claudio, vecino de barrio Chalet, es apenas uno de los que compone la muestra que por estos días y hasta los primeros meses del año próximo estará en el Museo Histórico de Santa Fe. "Colección profana de un olor inolvidable" se llama el espacio de memoria del grupo Arte Tosco. Y todo, desde las palabras elegidas para contar la inundación hasta los objetos que se exponen y el nombre del espacio tiene una razón de ser.
La primera y más importante es que en 2023 se cumplen 20 años de la tragedia hídrica que significó el desborde del río Salado, con su saldo de muertes y pérdidas materiales; con un 30 % de la ciudad afectada y 130 mil personas que de una u otra forma la padecieron.
Y la muestra interpela a quien visite el Museo desde mucho antes de empezar a leer los carteles (cartelas se llaman en la jerga) y a observar los objetos expuestos: lo hace por su ubicación, en el centro mismo de la primera sala, apenas se ingresa.
Celeste Medrano (Arte Tosco), Mariano Medina (director del Museo Histórico Provincial), Analía Molinari, Cristian Benítez y Conrado Gómez (integrantes del equipo del Museo) y Pablo Cruz (Arte Tosco). Crédito: Mauricio GarínArte Tosco es un grupo interdisciplinario que integran Celeste Medrano (antropóloga y científica del Conicet), Pablo Cruz (comunicador social y fotógrafo) y Leandro Calamante (artista plástico y psicólogo social). El grupo nació a principios de año a partir de una convocatoria para intervenir el monolito del Museo de la Constitución con una propuesta construida desde la etnografía y el arte. Aquella intervención se llamó "A la deriva: memorias que son ríos y ríos que son memoria", donde la inundación era contada desde un costado positivo, "porque para los pescadores es sinónimo de vida".
La propuesta que llegó por Analía Molinari, integrante del equipo del Museo Histórico Provincial, fue diferente. Se trataba de abordar la inundación pero desde el significado que tuvo el desborde del Salado en 2003.
Se llama "colección profana" porque se llevaron al museo objetos de plástico, de algunas pocas décadas de fabricación, hechos en serie, y fotos a color, todas características que contradicen la naturaleza misma de ese espacio que cobija objetos antiguos y de valor patrimonial. "¿Cuán viejos tienen que ser estos artefactos para ser parte de la colección de un museo? ¿Merecen estas 'cosas' que habitaban lo cotidiano ingresar al patrimonio consagrado de la historia que nos contamos? ¿No es acaso en estos gestos mínimos, en estas domesticidades, donde se cuecen nuestras narrativas?", se preguntaron los integrantes del grupo en el momento de concebir el espacio y decidieron reproducir esos interrogantes en el texto que acompaña y enmarca la muestra. En ella, una muñeca de plástico, una cámara polaroid, un cuchillo, fotografías familiares a color comparten el espacio, como compartieron casi 20 años atrás el olor y el color del mismo río.
Objetos que "hablan"
En los textos que acompañan a los objetos "dialogan" vecinos y vecinas desde su propia historia que es la que relataron para quienes integran Arte Tosco: "Fue llegar a mi casa y empezar de cero con un olor horrible", firma Pablo, de barrio Parque Juan de Garay; mientras Claudio, de barrio Roma, recuerda que "lo más terrible de la inundación eran los gritos de las personas que se habían quedado en sus casas".
El "arte tosco" del grupo se nutre de una elaboración interdisciplinaria, de "rascar" en el campo para buscar en las afectividades, en la estética de la gente, en la historia de quien se inundó. "Así surgió la idea de salir a buscar objetos que estuvieron bajo las aguas del río Salado y observar qué nos contaban esos objetos".
Algunos de los objetos que fueron testigos de una historia trágica hace apenas 20 años. Crédito: Mauricio Garín"Salimos a buscar objetos con la metodología de técnicas etnográficas: le pedíamos a la gente que nos proporcione aquel que haya estado bajo el agua del Salado y que lo sienta como significativo", recuerda Medrano.
La elección de la fecha para realizar esta muestra no es casual: "La intención es hacer la actividad en estos meses previos al aniversario para activar la memoria", dice Molinari para quien estos 20 años no pueden quedar en "una efeméride más".
Su propia memoria se activa cuando habla de aquel 29 de abril; entonces tenía 21 años y estaba estudiando con una amiga en su casa de alto en barrio Chalet. "Una vecina me ve a través de la ventana y me grita: 'si nos inundamos, ¿podemos venir acá'. Hasta ese momento el paisaje de inundación más habitual para ella era por desbordes ocasionados por las lluvias. Hasta ese día en que el Salado irrumpió en el barrio. La familia de Analía se quedó allí ese 29 de abril, también sus vecinos y dos amigas más. Para ella, como para tantas y tantos, la inundación fue "sobre los techos o una terraza, con los olores, los gritos y el ruido del agua cuando volcaba sobre Centenario".
Objetos y relatos de sobrevivientes del Salado. Crédito: Mauricio GarínMolinari, que integra el equipo del Museo, llevó uno de los objetos que integra la muestra: una muñeca que perteneció a su abuela y que pudo ser rescatada del barro.
En blanco y negro
Como se dijo, cada elemento que compone el espacio de memoria tiene un sentido. También los colores.
La estructura sobre la que está montada la muestra es de color negro. "Lo elegimos porque representa la necropolítica que se ejercitó en esos meses y se siguió ejercitando, porque no hubo responsables certeros y nadie pidió perdón. Nunca se reconoció como una verdadera catástrofe ambiental", dice Medrano.
Celeste Medrano, antropóloga e integrante de Arte Tosco. Crédito: Mauricio GarínLas cartelas que contienen los relatos en primera persona de quienes aportaron su propio objeto también reflejan la oscuridad de esos días. "Fue una manera de contraponerlas con la vida que hay en los objetos que se exponen habitualmente en los museos y que dan cuenta de juegos, fiestas y reuniones", dice Medrano.
Para ella y todo el equipo está claro que "esta es una inundación que no hemos terminado de llorar".
La apertura de la muestra fue el 19 de octubre en el marco de la presentación del libro "Memorias de la inundación", material didáctico elaborado a partir de la sanción de la Ley Nº14037, "Día de la memoria y la solidaridad de la inundación de Santa Fe", a cargo de Adriana Falchini y Damaris Pachiotti.
"Colección profana de un olor inolvidable" estará abierta al público hasta febrero/marzo de 2023. Se puede visitar de martes a viernes, de 8.30 a 18. Para escuelas, por turnos al 342-5050062.