29 de abril de 2003. Según los datos del Censo de 2001, en la ciudad de Santa Fe vivían unas 370 mil personas. En Argentina en general, y en la capital provincial en particular, las tecnologías de la información o comunicación (llamadas TIC) comenzaban a asomar. El uso de Internet no era masivo como en la actualidad, mientras que la telefonía móvil se afianzaba sólo en un sector de la población.
La banda GSM, los chips, los mensajes de texto y las imágenes llegarían años más tarde. Todo este introito viene a cuento para exponer la realidad comunicacional de cuando el río Salado se metió de lleno en la capital santafesina, inundó una porción importante del borde oeste y dejó incomunicados a los damnificados.
El agua también afectó a los medios de comunicación locales. La planta de transmisión de Canal 13 y de LT9 AM 1150 (ubicadas en jurisdicción de Recreo) quedaron afectadas por la crecida del río y dejaron de emitir. Por aquel entonces, las FM tendían a inclinarse por la música y programas de entretenimientos; por lo que el panorama era complejo.
El diario El Litoral, su señal de TV, CYD Litoral, LT10 y la señal local de Cablevisión fueron de los pocos medios santafesinos que dieron cobertura a la tragedia, cuerpo a cuerpo con los afectados y siendo las veces de un puente con el resto de la ciudad.
La tapa de El Litoral, aquel martes trágico para la ciudad capital.
Información fidedigna
Sin WhatsApp, ni redes sociales la información ligada al trágico evento se concentró en el diario, la radio y la televisión. "Arrollador avance del agua", tituló El Litoral ese 29 de abril que quedará en la retina de los santafesinos. La tapa se transformó en histórica y expuso, además del titular, una imagen elocuente. Vecinos retirando lo poco que pueden llevar en sus manos con el agua casi hasta el cuello.
"La catástrofe superó cualquier previsión", informaba el vespertino. Esa portada también advertía por el peligro de derrumbe del puente de la autopista Santa Fe - Rosario, que cruza sobre el Salado y que el río había cubierto "todo Recreo".
Desde ese día, tanto El Litoral como LT10 comenzaron a divulgar el Registro de personas buscadas. En su descripción esa página del vespertino indicaba: "El siguiente listado corresponde a personas afectadas por la inundación y que aún no han sido encontradas por los familiares que las buscan. Dichas personas no están registradas aún en las bases de datos de los centros de información de evacuados. Toda persona que requiera u ofrezca información puede comunicarse durante las 24 horas con el CENTRO DE BÚSQUEDA DE PERSONAS (ATE), San Luis 2854, teléfono (0342) 4555557".
2 de mayo de 2003. El Litoral publicó la lista de personas buscadas.
Imágenes dolorosas
Al mismo tiempo, tanto El Litoral como CYD Litoral (en aquel tiempo Cable y Diario) expusieron como ningún otro medio la realidad de los barrios afectados por la crecida con imágenes impactantes, dolorosas y angustiantes. Sin cámaras en los teléfonos, ni la masividad de los dispositivos digitales, ni que hablar del dramatismo del aquellos días, hicieron que el labor periodístico fuera clave para contarle al mundo qué estaba pasando en Santa Fe.
Arriba de embarcaciones, desde el cielo con helicópteros oficiales y en los barrios, las imágenes captadas por El Litoral y su señal de TV recorrieron el país y el mundo. Todo quedó plasmado en horas de noticiero y en las páginas del diario, que se atesoran en los archivos.
La labor de los médicos en la catástrofe fue crucial. Crédito: Alejandro Villar (Archivo).
Lo masivo y las TICs
En las escuelas de periodismo y comunicación, cátedras vinculadas a las nuevas tecnologías de la comunicación mencionan la importancia de las TICs en eventos masivos, catástrofes, conflictos bélicos o revueltas sociales. En caso de catástrofes naturales, como las que sufrió Santa Fe en 2003, las TICs pueden ayudar a los equipos de rescate y los servicios de emergencia a coordinar sus esfuerzos y proporcionar información en tiempo real sobre la situación en el terreno.
Según expertos, las redes sociales y las aplicaciones móviles también pueden ser utilizadas para informar a la población sobre las últimas actualizaciones y advertencias, así como para ayudar a localizar a personas desaparecidas.
Todo esto no ocurrió en la crecida del Salado. La falta de masividad de las tecnologías, muchas de ellas inexistentes en ese momento y la poca previsión de las autoridades de la época, obligó a los medios tradicionales a jugar un rol clave, a transformarse en una verdadera conexión entre los damnificados, los servicios de emergencias, las autoridades, familiares y, finalmente, la población toda.
Un verdadero desafío que, 20 años después, el periodismo local pudo sobrellevar y, al mismo tiempo, aprender de lo ocurrido.
A 20 años de la peor inundación que vivió la ciudad
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