Nicolás Loyarte
nloyarte@ellitoral.com
Un exhaustivo estudio logró determinar que el delta avanza sobre la laguna hasta 500 metros por año.
Nicolás Loyarte
nloyarte@ellitoral.com
En uno de los laboratorios de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), un equipo de investigadores viene estudiando el comportamiento de los ríos de la zona desde hace décadas, y logró determinar que la laguna Setúbal, tal como se la conoce en la actualidad, desaparecerá durante el transcurso de los próximos 50 años.
El tiempo que demandará el proceso natural de modificación del paisaje es relativamente corto, si se tiene en cuenta que el río Paraná sufrió constantes cambios durante su historia. Por este motivo, muchos santafesinos podrían ser testigos del nuevo paisaje durante la próxima mitad de siglo.
¿Cómo se modificará el paisaje? Desde hace años, el delta del Leyes —donde nace la laguna, al norte— viene creciendo hacia la laguna Setúbal. Los principales testigos de este avance son hoy los vecinos de la zona de Paraje Chaco Chico, desde donde se evidencia el cambio. “Antes la laguna llegaba hasta más al norte”, cuentan los lugareños que residen sobre la costa. Y ese mismo fenómeno comenzará a visualizarse desde la Costanera santafesina en un par de décadas.
Evidencia científica
Una de las investigaciones de la Fich-UNL y el Conicet Santa Fe, dirigida desde el Laboratorio de Sedimentología por el geólogo Carlos Ramonell, evaluó los procesos hidrogeomorfológicos del río Paraná en la zona y logró determinar —entre otras conclusiones— que “en las próximas décadas comenzarían a visibilizarse desde la parte norte de la ciudad las manifestaciones morfológicas del avance del delta del arroyo Leyes, con la aparición de áreas insulares bajas, dispersas, similares a las del frente del lóbulo deltaico del arroyo Zanja Brava en la actualidad, que sostienen vegetación a lo largo de todo el año”.
En otras palabras, la Setúbal se transformará en un río, ¿el río Leyes?, y el paisaje una vez modificado cobrará una fisonomía similar a la que se puede observar hoy en el Coronda desde la costa de Sauce Viejo: un río principal sobre la costa Oeste y un sistema de arroyos, bañados y lagunas sobre la margen Este.
Ramonell es el mismo investigador que un año atrás dio a conocer en El Litoral la explicación de los dos colores que presenta por momentos durante el año la laguna Setúbal. Fenómeno que se produce por el paso de sedimentos que provienen del río Bermejo.
“Estos sedimentos, si bien alcanzan a atravesar el ambiente lagunar y todo el sistema fluvial hasta llegar a La Plata, hay partes que van quedando retenidas”, explicó Ramonell. “Y en esa retención, la laguna Setúbal actúa como un área receptora de arenas que viajan por el fondo del río y producen modificaciones”.
Desde 1983
El investigador ejemplificó luego esos cambios con los ocurridos sobre el arroyo Leyes tras la crecida de 1983, como la apertura natural del Zanja Brava. “Esa crecida inició un proceso de rejuvenecimiento del arroyo, que se manifiesta fundamentalmente a través de la exhondación del lecho evacuando arenas que terminan depositadas en el norte de la Setúbal”.
“El Zanja Brava incrementó su anchura igualando a la del Leyes, y se profundizó. Así, empezó a crear un lóbulo deltaico que viene avanzando hacia la laguna en forma acelerada”, advirtió Ramonell, y dijo luego que tiene “ritmos de avance del delta con pérdida lagunar del orden de los 300 hasta 500 metros por año”.
“Va a haber una transformación ambiental mediante la cual desaparecerá como cuerpo lagunal y será reemplazada por un río”
De esta forma, desde 1983 el delta creció de 13 a 14 kilómetros hacia el sur. Actualmente se encuentra unos 4 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe “si tomamos como referencia, por ejemplo, el camping de Luz y Fuerza”, dijo el investigador. Y anticipó luego que de acuerdo al ritmo de crecidas, “en unos 15 años ya se podrán observar las manifestaciones del delta a esa altura”.
Transformación ambiental
Para explicar el fenómeno natural por el cual desaparecería la Setúbal, Ramonell desplegó en su laboratorio una serie de mapas, fotos satelitales de seguimiento durante décadas, y una especie de tubos cortados al medio (como canaletas) cargados de tierra de distintos colores. Y agregó que son elementos que entierran en el fondo de la laguna y extraen suelo para investigar las diferentes capas de la tierra. “Estas son de miles de años atrás”, dijo señalando un tramo oscuro, “y si se observa esta otra —señaló otro tramo— se ve que es más arenosa”.
“Nosotros empezamos a investigar el fenómeno de crecimiento del arroyo Leyes y el Zanja Brava hace unos 15 años”, contó Ramonell. “En informes que elevamos a la Provincia pudimos establecer que un escenario real va a ser la pérdida de gran parte del área lagunar en los próximos 50 años”.
Sobre el final de la entrevista, la consulta apuntó a determinar el grado de aseveración del cambio que sufrirá la Setúbal. “¿Podemos preguntarnos si la laguna desaparecerá?”, consultó El Litoral. “Yo creo que hay que afirmarlo: en los próximos 50 años la Laguna Setúbal, tal como la conocemos, va a desaparecer. Está bien decirlo así”.
Ramonell reforzó su afirmación diciendo luego: “Va a haber una transformación ambiental mediante la cual desaparecerá como cuerpo lagunal y será reemplazada por un río”.
Ante la evidencia del cambio en la Setúbal, los investigadores de la Fich-UNL han renovado los estudios, ahora de manera multidisciplinaria. A los primeros estudios geomorfológicos (cambios del paisaje a través del tiempo) se le incorporaron nuevos estudios sobre la vegetación y el transporte de sedimentos, con mensuras hidráulicas realizadas mediante equipos de última generación.
El mayor impacto que tendrá el cambio de la laguna Setúbal será en el ordenamiento territorial y los lugares de esparcimiento. También consideró Ramonell el impacto sociocultural debido a que hoy la Setúbal “tiene un valor de identidad natural para el santafesino”, y “sufrirá el reemplazo de un ambiente por otro”.
Advertencia por el puente sobre el Leyes
El evidente crecimiento del arroyo Leyes, tanto en su anchura como en su profundidad, pone en jaque al puente que lo atraviesa sobre la ruta provincial N° 1. “Esto ha sido una preocupación constante de la Provincia desde la década del ‘90”, dijo Ramonell, quien mencionó que el gobierno le solicitó a la Facultad de Ciencias Hídricas de la universidad local estudios del mismo desde entonces. “De hecho, se hizo un estudio para reemplazar el actual puente, algo que es muy necesario, pero el puente nuevo no se hizo y el río sigue creciendo”.