Tomás Rico - [email protected]
La santafesina (12) había sido trasplantada cuando tenía 2 años y medio. Hoy está en la lista de emergencia del Incucai.
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La santafesina Julia Ingaramo está en la lista de urgencia del Incucai a la espera de un trasplante de corazón que le permita seguir adelante. La nena de 12 años fue trasplantada por primera vez cuando tenía 2 años y medio, producto de una miocardiopatía restrictiva.
“Ella está en la lista de urgencia, todo depende de la compatibilidad. Si hay una posibilidad de que ella sea receptora del órgano ingresa en la etapa operativa del sistema, y luego los especialistas analizan si su cuerpo es compatible o no. Todavía no nos avisaron nada, sólo nos dijeron que están a la espera del órgano”, contó su mamá, Alejandra Fugas, en diálogo con El Litoral.
Hace poco más de dos meses sufrió un síncope; es decir, una pérdida pasajera del conocimiento que va acompañada de una paralización momentánea de los movimientos del corazón y de la respiración, y que se da por falta de irrigación sanguínea en el cerebro.
“Ahí los médicos descubrieron que tenía las arterias coronarias tapadas en algunas partes, y que las arterias se tapen en un trasplante es signo de que el organismo está rechazando el órgano y la función de su corazón se disminuyó. Nos agarró por sorpresa porque no es muy común que falle el trasplante cardíaco en un caso pediátrico. Para nosotros fue un dolor terrible, sentimos que se nos terminaba la vida de nuevo”, indicó Alejandra.
A raíz de este inconveniente, Julia se trasladó a Buenos Aires junto a sus padres y hace un mes está internada en la terapia de la Fundación Favaloro. “Tiene puesto seis stents, pero la solución es retirar ese órgano porque está ocasionando un deterioro progresivo en los otros sistemas del organismo”, señaló la mamá, y relató la angustia que les genera este momento: “El dolor que tenemos como padres es terrible, ver el sufrimiento de nuestra hija que no puede bajarse de la cama, que tiene que poner el cuerpo y soportar la medicación cardíaca y los controles permanentes, no se lo deseo a nadie”, dijo con tristeza
Canalizar el dolor
A pesar de los duros momentos que debe atravesar Julia, su mamá sostuvo que está de buen ánimo y es positiva. “Juli dice que es feliz, que ama su vida, que quiere vivir y volver con sus compañeras de la escuela. Por eso no podemos darnos el lujo de deprimirnos”, contó.
Es que la nena, del barrio República del Oeste de Santa Fe, hasta antes de los últimos problemas llevaba una vida relativamente normal. Iba a la escuela adventista “Ramos Mejía” y tiene completos sus estudios hasta 7° grado.
Alejandra encuentra su sostén en la religión e invita a que la sociedad rece por su hija. “Sentir la energía y la fuerza de voluntad que tiene ella nos hace pensar que hay algo superior a nosotros”, expresó.
Una forma de olvidarse del dolor para Julia es su canal de YouTube “Posta norte”, una herramienta que utiliza la nena para estar cerca de sus amigos y expresar sus sentimientos. “Es su forma de conectarse con la realidad, con el exterior. Ella a través de los mensajes de sus ‘fans’ se siente contenida y se preocupa porque nosotros no estemos tristes y si le duele algo trata de no demostrarlo”, destacó.
Ley Justina
“Para la donación no tenemos tiempo, estamos a contrareloj”, insistió Fugas e hizo referencia a la ley Justina, que fue aprobada hace pocos días en la Cámara de Diputados y establece que todos los habitantes del país mayores de 18 años son donantes de órganos, salvo que expresen su decisión contraria en vida.
“La ley hizo que todo el país piense en que puede donar y recibir órganos, es algo fantástico porque hay más oportunidades para mi hija. Estamos a la espera de un acto de amor, que alguien por amor a la vida quiera donar, pero tiene que suceder ya porque ella sólo va a salir de acá con su corazón nuevo, sino no sale”, concluyó.