La justicia dispuso que este 28 de agosto se realice el remate de las instalaciones del Club Social, Cultural y Deportivo El Clásico, ubicado en Hipólito Yrigoyen al 3100.
Hace años un empleado fue despedido e inició las acciones legales que derivaron en la actual situación. No obstante, desde la institución creen que “la deuda de indemnización no guarda relación con el valor inmobiliario de nuestro club” y sospechan que “detrás de esta rápida sentencia se oculta un negocio inmobiliario”.
La justicia dispuso que este 28 de agosto se realice el remate de las instalaciones del Club Social, Cultural y Deportivo El Clásico, ubicado en Hipólito Yrigoyen al 3100.
La medida obedece a un juicio laboral que la institución perdió y debe indemnizar a un exempleado, pero al no contar con el dinero suficiente, se llegó a esta instancia.
“Se dictaminó una indemnización imposible de abonarse con nuestros escasos recursos y por ese motivo (la justicia) decretó el remate de las instalaciones edilicias del club”, explicaron desde la institución a través de un comunicado.
En el mensaje, agregan que “nuestros intentos por llegar a un acuerdo fueron en vano, ya que el juzgado nos impidió realizar nuestra defensa por tener vencida la Personería Jurídica”. Por ese motivo el club inició los trámites legales correspondientes. “El proceso debería haber finalizado hace varios meses, pero a raíz de la pandemia, los tiempos no fueron los esperados. Si bien se cumplió con todos los requisitos solicitados por la Inspección General de Justicia, todavía no contamos con la Personería Jurídica”.
Sin embargo, “en la Justicia Laboral los tiempos parecen haber corrido más velozmente y se dictaminó el remate de las instalaciones para el 28 de agosto”, dijo José Luis Pilotti, miembro de la Comisión Directiva. “Ya tendríamos que tener todo en orden, pero con la pandemia, todo se atrasó y llegamos a esta situación. Está todo presentado hace un mes, pero no pasa nada por ahora. Con esto podríamos a llegar a parar el remate. Pero esta vez, los tiempos de la justicia fueron más rápidos que nosotros”.
Pilotti recordó a El Litoral que “hace más de 20 años el club estaba abandonado y nosotros, un grupo de gente que jugábamos en San Martín y Corrientes, nos trasladamos y lo empezamos a reflotar. Instalamos las canchas y empezamos a hacer las prácticas en el lugar actual”. En ese período de tiempo “hubo varios bufeteros. Uno de ellos despidió a un empleado, no se fue bien y con él es con el que tenemos los problemas actuales. El empleado empezó acciones legales contra el club, algo que fue pasando y finalmente salió una orden de remate para todas las instalaciones, algo que nos parece una locura, teniendo en cuenta que son cerca de 800 metros cubiertos que deben valer una fortuna”.
No obstante, y a pesar de las dificultades generadas por la pandemia y los tiempos legales, desde la tradicional institución santafesina aseguran estar convencidos “de que la deuda de indemnización por un solo empleado no guarda relación con el valor inmobiliario de nuestro club y sospechamos que detrás de esta rápida sentencia se oculta un negocio inmobiliario”.
Asimismo, el dirigente agregó que “nunca más pudimos hablar con el empleado que fue despedido en su momento, le perdimos el rastro”.
Por todo esto, desde El Clásico manifestaron la preocupación que esta situación genera y aseguraron que “no queremos ser otra Luna de Avellaneda”. “Queremos salvar un Club -dijo Pilotti-. Por sólo un juicio laboral, perder las instalaciones nos parece una locura. Son muchos años de aportar lo que podemos”.
DESDE 1940
La institución viene desarrollando sus actividades en la ciudad de Santa Fe desde 1940. A partir de 1981 en el club comenzó a practicarse el bowling como recreación y deporte, participando en competencias a nivel regional, nacional e internacional, contando entre sus logros tres campeonatos argentinos, un sudamericano y varios regionales. Posteriormente, y con el afán de brindar un servicio a la comunidad santafesina, se firmó un convenio con la Municipalidad de Santa Fe y la Defensoría del Pueblo a través del cual se implementó el programa “Bowling, una experiencia que rueda”, por el cual 155 jóvenes y adultos con necesidades especiales y de diversas entidades aprenden y practican el deporte.