Gastón Neffen
Enviado especial
Un equipo de la Dirección de Fauna y de la Granja La Esmeralda lo liberó en la reserva provincial El Fisco, al noreste de San Cristóbal.
Gastón Neffen
Enviado especial
Un equipo de especialistas de la Dirección Provincial de Flora y Fauna, de la Granja La Esmeralda y del Museo Ameghino viajó esta mañana hacia el norte provincial para liberar al ejemplar de aguará guazú que apareció hace un mes en el shopping La Ribera.
Para registrar los detalles de esta importante acción de protección y reinserción de fauna autóctona, los acompañó en forma exclusiva un equipo periodístico de El Litoral.
El “zorro grande” -tal su traducción del guaraní- fue liberado en la reserva provincial El Fisco, un predio de 1.500 hectáreas ubicado al este de la ciudad de San Cristóbal, en el norte provincial. Ocupa la cuenca del arroyo Las Conchas, con lo cual es una zona mixta donde prevalece el paisaje de los Bajos Submeridionales, con muchos bañados y montes, un hábitat ideal para el aguará. También llevaron gatos monteses, más de 60 aves y un oso melero.
Al momento de su liberación, el aguará se quedó unos segundos adentro de la caja. Tuvo que animarlo el veterinario, quien movió cuidadosamente la caja. El aguará miró hacia los dos costados, hizo un trote y se perdió en el monte entre los altos espartillares. Cada tanto, echó un vistazo hacia atrás para corroborar que no lo siguiera nadie. El oso melero, en cambio, no dudó en trepar hasta lo más alto de un árbol. Y ahí quedó, mirando hacia abajo.
Comienzo de la historia
El aguará guazú apareció en el shopping La Ribera el lunes 19 de octubre. A las 6.45, cuando el animal caminaba hacia avenida Alem vio al personal de seguridad, se asustó y se refugió entre los durmientes que decoran la pared lateral del local de Chopería Santa Fe.
Esa mañana, se realizó un operativo, con veterinarios de la Granja La Esmeralda, bomberos y efectivos de Prefectura, para capturarlo y llevarlo hasta las instalaciones de la Granja, en donde permaneció casi cuatro semanas en cuarentena y se le realizaron análisis para determinar si estaba afectado por alguna enfermedad.
También había que determinar si el animal estaba en condiciones de sobrevivir por su cuenta en su ambiente natural -los pastizales y pajonales cercanos a los cursos de agua-, o si había perdido esos instintos y habilidades para alimentarse por el contacto con humanos.
La polémica
En la ciudad se generó una fuerte polémica en relación con este animal, sobre todo en las redes sociales. Organizaciones ambientalistas, junto a biólogos y veterinarios, reclamaron que se lo libere lo antes posible, al considerarlo un ejemplar valioso para la supervivencia de una especie muy amenazada en la provincia.
Estos debates, al menos, sirvieron para poner en foco la delicada situación del aguará guazú en Santa Fe. Alejandro Larriera, director de manejo de flora y fauna de la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia, le explicó a El Litoral que la especie, a nivel internacional, está considerada “cerca de amenaza”, de acuerdo a las categorías de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), pero advirtió que en Santa Fe quedan pocos ejemplares de aguará guazú y todavía menos del venado de las pampas.
“Es triste decirlo pero al aguará sobre todo se lo encuentra en las áreas que tienen bajo valor económico, por ejemplo los Bajos Submeridionales. En los últimos 15 años han aparecido varios ejemplares en zonas urbanas, porque los estamos expulsando de su hábitat”, contó Larriera.
Un grupo de reconocidos biólogos, veterinarios y abogados especializados en políticas de conservación de fauna también envió a El Litoral un documento que plantea que el aguará guazú está en grave peligro de desaparición en Santa Fe por la acelerada pérdida y fragmentación de sus hábitats, además de los atropellos y la cacería ilegal, por el por el avance de la frontera agropecuaria (cultivos y pasturas introducidas) y por el drenaje de humedales.