Día del Niño: severa advertencia por la gran cantidad de menores desaparecidos en Argentina
Más allá del caso Loan, las cifras oficiales van en aumento. El año pasado desaparecieron en el país 3115 niños y niñas, y sólo 1905 fueron hallados. En Santa Fe son 3 los menores ausentes de su hogar. La Sociedad Argentina de Pediatría expresó su “profunda preocupación” ante esta situación a la que calificó de “alarmante”.
En la cancha. El registro fotográfico pide por la aparición del niño correntino de 5 años que sigue desaparecido. Pero no es el único.
Manuel Fabatía (archivo).
La desaparición de niñas, niños y adolescentes (NNyA) en Argentina es una realidad que interpela a toda la sociedad. En vísperas del día del niño, que este año se celebra en nuestro país el domingo 18 de agosto, muchos NNyA argentinos estarán ausentes de sus hogares.
Sin dudas que la agenda informativa puso el foco en el último mes en el caso Loan Peña, el nene correntino de 5 años cuya búsqueda tiene en vilo al país. Pero más allá de este caso se ponen sobre la mesa de discusión temas como la trata de personas y los protocolos de búsqueda de menores.
Loan, el pequeño desaparecido en Corrientes. Archivo.
El Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas (RNIPME) creado para centralizar, organizar y entrecruzar la información de todo el país sobre menores de paradero desconocido, mostró que las cifras de denuncias están en ascenso. En 2021 se registraron 726, en 2022 el número de denuncias aumentó a 1935, y el año pasado trepó nuevamente a 3115 casos. De las denuncias efectuadas en 2023, 1905 NNyA fueron hallados y 1210 solicitudes de búsqueda aún continuaban vigentes al momento de la publicación del reporte. La mayoría son niñas adolescentes entre 13 y 17 años (67%).
En Santa Fe
En la provincia de Santa Fe son tres los NNyA desaparecidos, según el registro oficial de la Secretaría de Derechos Humanos. Bruno Gentiletti desapareció el 2 de marzo de 1997 en la ciudad de Rosario, con 8 años de edad. Axel Ledesma desapareció el 21 de enero de 2008 en la ciudad de Santa Fe, con apenas 3 años. Y Maximiliano Sosa desapareció el 21 de diciembre de 2015 en la ciudad de Ceres, también con apenas 3 años. Ninguno apareció.
Así podría ser hoy el rostro de Bruno Gentiletti, desaparecido en Rosario.
“En el caso de Bruno, se hicieron diferentes investigaciones, en su momento se rastrilló el río porque una de las posibilidades -a pesar del descreimiento de su mamá en esta versión ya que no creía que él se hubiera acercado al río porque no le gustaba- era que pudiera haberse ahogado, pero bueno, la realidad es que al día de hoy nunca se supo qué fue lo que pasó con él”, dice Milagros Rivadera, directora provincial de Protección de Derechos Humanos. Bruno desapareció en 1997 a los 8 años en la playa La Florida de Rosario. Hoy tendría 35 años. Cabe destacar que en 2020 la causa paso al Ministerio Público Fiscal (MPF). Y en el 2022 se hizo una reconstrucción de su foto debido al tiempo que pasó y dicha imagen está disponible en el programa nacional de recompensas del Ministerio de Seguridad de la Nación.
El caso de Maxi Sosa, “su mamá fue a dar a luz a su segundo hijo, y dejó a Maxi -tenía 3 años- al cuidado de su abuela. Su abuela dijo que le dio permiso para ir a jugar a lo del vecino. Pero cuando lo fue a buscar menciona que le dijeron que Maxi nunca llegó. Desde ese momento a la actualidad (tendría 11 años) no se supo que pasó”, cuenta Rivadera. Se hicieron muchas investigaciones, “pero hace 10 años no había los recursos tecnológicos que hay ahora -advierte-. Se rastrilló, se pidieron cámaras, pero nunca se lo localizó”. El caso se encuentra en la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) a los fines de determinar la competencia federal u ordinaria. Actualmente la investigación está en la Fiscalía Federal de Rafaela. Y en 2021 fueron absueltos los detenidos.
Mural de Maxi Sosa, pintado por la artista Lidia Jalife. Archivo
Axel Ledesma es un nene que desapareció de su casa de Pérez cuando tenía 3 años. La denunciante es su mamá. “Se manejó la hipótesis de que pueda haber sido vendido, pero nunca se pudo comprobar qué fue lo que pasó”, dice Rivadera.
En el sitio oficial de la Provincia donde se alojan los registros de personas que faltan de su hogar aparecen otros dos nombres de menores santafesinos desaparecidos: Mía Guadalupe Salteño Altamirano y Santiago Luis González. “Mía todavía aparece allí porque a pesar de que la niña está efectivamente con su mamá no se cerró la causa de búsqueda en la Fiscalía”, aclara Rivadera. Y Santiago, “porque la medida de protección excepcional sigue vigente hasta que cumpla los 18 años, a pesar de que está con su familia biológica”, dice la funcionaria.
Otras entidades como el “Registro de publicación y búsqueda de chicos perdidos del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes Ciudad de Buenos Aires” en su reporte 2021, informó la búsqueda de 228 NNyA. La organización no gubernamental Missing Children (Chicos Perdidos de Argentina) por su lado, actualmente en su página web publica las fotos de 74 niños aún perdidos y 42, ya mayores de edad, en los que se continúa su búsqueda.
Advertencia
Por ese motivo, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) expresó su “profunda preocupación ante la alarmante situación”, dice una carta dada a conocer este viernes.
Foto histórica de la madre de Bruno Gentiletti. Archivo
La venta, trata de personas y explotación laboral están presentes en este escenario. Así mismo, muchos de estos niños escapan de sus hogares por situaciones de violencia familiar. Desde el momento en que el niño o adolescente desaparece o abandona su domicilio, es una víctima. Invertir esta situación, victimizando a la familia y/o condenando a los NNyA, simplifica un fenómeno complejo que obedece a múltiples causales o reduce el origen del problema a una supuesta rebeldía, especialmente si se trata de un adolescente. Por otro lado, las familias de los niños desaparecidos viven una realidad de dolor e incertidumbre constante, que afecta profundamente su salud mental y emocional.
Preservar la niñez
La prevención y el tratamiento respetuoso de este tipo de casos, sin exponer la intimidad de los NNyA involucrados es fundamental, debido a que pueden subyacer incluso situaciones graves (como abuso o violencia familiar), que requieren un abordaje adecuado por parte de profesionales especializados y las agencias públicas competentes en la materia.
En pos de la preservación de los derechos de la niñez y adolescencia, la SAP hace un llamamiento “a todos los sectores a trabajar juntos para poner fin a esta tragedia. No se puede ni se debe permanecer indiferente ante la desaparición de un niño o un adolescente. Es una situación social inadmisible. La sociedad toda debe actuar con responsabilidad de manera decidida y unívoca para garantizar la seguridad y bienestar de los NNyA. Es responsabilidad de las autoridades locales, provinciales y del Estado en su totalidad, encontrar a todo NNyA con paradero desconocido”, dice la carta que lleva la firma de la Comisión Directiva de la SAP.
-¿Por qué este año decidieron hacer foco en los niños desaparecidos?-consultó El Litoral al médico Pediatra y Psiquiatra infanto juvenil, Javier Indart De Arza (MN 67.920), quien preside la SAP.
-Reflexionamos sobre Loan y todos aquellos niños desaparecidos que tienen repercusión mediática, para visibilizar a aquellos que no la tienen. Ese es el objetivo de la carta que emitimos. No dar soluciones simplistas, como decir que el niño pertenece a una familia disfuncional o que es un adolescente rebelde, sino que hay que entender que es un tema muy serio y complejo que cuando dejamos de hacer foco en ello deja de ser noticia. Y me parece que tiene que continuar en toda agenda privada y pública de quienes queremos el bienestar de todos los NNyA.
En ese sentido, en la carta la SAP “insta al fortalecimiento de las investigaciones judiciales y a las fuerzas de seguridad para que se efectúe un seguimiento de las instancias jurídicas e investigativas de los casos de niños extraviados aún sin resolución, a desarrollar un trabajo en red con instituciones públicas y privadas relacionadas con el tema, a sensibilizar, informar y concientizar a la sociedad sobre la gravedad de esta problemática y a difundir las fotos de los menores aún ausentes de sus hogares a través de los medios de comunicación”, señala sobre el final el documento, y sentencia: “El momento es ahora”.
Cómo denunciar
¿Qué es lo primero que se debe hacer cuando un NNyA desaparece? ¿A quién hay que llamar? ¿Dónde acudir? A nivel país existe el sistema denominado Alerta Sofía. El sistema lleva ese nombre debido al caso de la desaparición de la niña de 3 años Sofía Herrera, ocurrido el 28 de septiembre de 2008 en un camping en la ciudad de Río Grande, provincia de Tierra del Fuego. Su caso sensibilizó profundamente a la sociedad argentina y su búsqueda continúa vigente.
Alerta Sofía es un sistema de alerta de emergencia rápida desarrollado por el Ministerio de Seguridad de la Nación para coordinar la inmediata búsqueda y localización de los NNyA desaparecidos cuyas vidas se consideren en “Alto Riesgo Inminente”, mediante el trabajo articulado entre las entidades del sector público y el sector privado, los medios de comunicación y la sociedad civil.
Especialmente, implica la difusión masiva y orientada del caso, a través de afiches específicos, medios de comunicación, redes sociales, telefonía celular, dispositivos de las fuerzas federales, etcétera. Para su implementación a nivel internacional, se cuenta con el apoyo de Facebook y el Centro Internacional sobre niños desaparecidos y explotados (ICMEC).
En Santa Fe
Para denunciar la desaparición de una persona menor de edad en el ámbito de la provincia de Santa Fe hay que llamar al teléfono 0800-5553348 ó 342 5357756 (centro norte de la provincia) ó 342 5060007 (centro sur de la provincia).
“La recomendación es no esperar 24 horas para realizar la denuncia. Cualquier persona del entorno cotidiano puede realizarla”, dice la directora provincial de Protección de Derechos Humanos. “Hay que aportar información valiosa, no sólo respecto de cómo estaba vestida y su contextura física. También hay que informar sobre sus vínculos, sus hábitos y sus movimientos cotidianos”, enumera Rivadera.
En la provincia, la Ley 12.545, que se sanciona en el año 2006 a partir de la militancia, de la familia y las organizaciones en virtud de la búsqueda de Bruno Gentiletti, creó el “Registro Provincial de Información sobre Niños, Niñas y Adolescentes Desaparecidos”. El mismo comenzó a implementarse en el ámbito de lo que en ese momento era la Secretaría de Estado de Derechos Humanos.
El registro tiene como objetivo la implementación de un sistema eficiente y solidario para lograr la localización de menores de edad cuyo paradero sea considerado desconocido. “Es importante aclarar, que en ese momento el sistema penal era el del viejo Código Penal, con lo cual las búsquedas de los niños y las denuncias de búsqueda de paradero las tomaban los juzgados de instrucción. Al no existir la figura de la fiscalía, la ley ponía en cabeza de la Secretaría realizar diferentes medidas que hoy en día, con la creación del Ministerio Público de la Acusación (MPA), las llevan adelante los fiscales. Por ejemplo, pedir determinadas diligencias a la policía”, explica Rivadera.
No obstante eso, “la función de la Secretaría es primero tomar conocimiento de todas las búsquedas de NNyA desaparecidos en la provincia a partir de la derivación inmediata que hacen desde las distintas comisarias y articular tanto con la fiscalía, con la policía, como con la familia de los niños desaparecidos para que los mismos sean localizados”, menciona la funcionaria.
“Nuestra función es poder contener y asesorar a la familia y también poder determinar qué información la familia a veces va recaudando y no aporta o no cree importante aportar a la búsqueda de su familiar. Es valioso el acompañamiento, ya que generalmente se da un vínculo cercano con la familia y muchas veces se construye cierta confianza que hace que ellos puedan tener con nosotros la posibilidad de la inmediatez y de poder darnos información, poder contarnos cosas que quizás en otro ámbito no lo hacen”, dice Rivadera.
"Nosotros trabajamos articuladamente con las fiscalías y con la policía aportando información y también nos encargamos de, cuando se evalúa necesario, hacer la difusión de la fotografía del niño o niña adolescente para que la comunidad pueda aportar datos, en el caso de que tenga información relevante para poder localizar ese niño o niña adolescente”, finaliza la funcionaria.
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