"Muchos padres no ven que las apuestas online no son menos peligrosas que las drogas"
La especialista en ludopatía dice que es una adicción silenciosa. Afecta la vida de los adolescentes.
"Hay padres que no saben que los pibes están apostando pero otras veces sí saben. Incluso apuestan con ellos como si fuera un chiste, un juego, una cosa inocua, pero en todo caso prefieren eso y no que consuman alcohol o que fumen marihuana", señala Débora Blanca. Crédito: Manuel Fabatía
El incremento vertiginoso en el comportamiento adictivo de los jóvenes hacia las apuestas online, es un tema de preocupación de padres, comunidades educativas y especialistas. "Dirijo un equipo de psicólogos y psiquiatras especializados en ludopatía, que se llama Lazos en Juego y tuvimos que armar grupos para chicos y otros, para sus familias de forma virtual. No estaba en nuestras cabezas tener que responder a una demanda de adolescentes, que no existía hasta hace unos meses", resalta con preocupación Dra. Débora Blanca, experta en psicología y adicciones.
Blanca estuvo en Santa Fe compartiendo sus conocimientos y experiencias en la charla "Ludopatía: cuando las apuestas no son un juego", organizada por La Casa del Nogal, con el apoyo de Demos, Ader y la Usina, en la sede la Universidad Siglo 21.
-El crecimiento de la ludopatía está amplificado por todo lo que son las las ofertas de juego online. ¿En los consultorios de psicología se evidencia esto? ¿Están llegando más casos?
-Hace 20 años que me especializo en ludopatía y lo que veo que está pasando desde el año pasado es que están llegando chicos a consulta, con el contrasentido que tiene. Porque si vamos a lo más primario, por ley, para apostar hay que ser mayor de 18 años y los chicos están apostando desde los 12. Es decir, atendemos con nuestro equipo a chicos que se enferman de la misma manera en que le pasa a un ludópata adulto en el casino con la máquina tragamonedas o con la ruleta. O sea, los efectos son los mismos, y esto es muy impactante.
-Siempre se habló de que para un adulto salir de la ludopatía, como de otras adicciones, es difícil. ¿Qué ocurre con un adolescente que por ahí empezó hace poco y está acompañado por su familia? ¿Tiene mayores chances de salir?
-Es así, pueden salir de esto. Uno de los indicadores que muestra que tal vez si el tratamiento va a ser más complicado es, por ejemplo, el tiempo que hace que juega la persona. Si hace 20, 15 años que lo hace, su identidad ya está armada en relación a ser jugador. Dejar de jugar es como que le sacan un pedazo de él mismo. O sea, es difícil concebir eso para esa persona. En cambio, en un pibe que quizá está apostando desde hace unos meses, que a veces está llegando a la instancia de la ludopatía o a veces es un consumo problemático, es más sencillo en general su recuperación.
Lo que siempre uno evalúa es qué hay debajo de la ludopatía y ahí ves cuadros más tranquilos y otros graves, complejos. La verdad es que los chicos están mostrando afecciones vinculadas con los cambios de paradigmas con relación a las tecnologías de la información y la comunicación. A los consumos de sustancias se incorporan a la lista estas otras prácticas que tienen que ver con las apuestas, con chicos que no pueden dejar el celular o las redes sociales o los videojuegos. Esto lo ves en lo clínico y hay que ir armando estrategias sobre la marcha.
"Cuando la apuesta se vuelve compulsiva, siempre esa persona se va a endeudar", indica la especialista. Crédito: El Litoral
No es un juego, ni algo menor
-Por ahí hay padres preocupados por las drogas ilegales y quizá no tanto de estos otros consumos de los cuales hablás. ¿Son menos riesgosas las apuestas online a nivel de adicción?
-No, no son menos riesgosas. Muchos padres no ven que las apuestas online no son menos peligrosas que las drogas. Muchas veces, no saben que los pibes están apostando -me refiero especialmente a menores de 18 años-, pero otras veces sí saben. Incluso apuestan con ellos como si fuera un chiste, un juego, una cosa inocua, pero en todo caso prefieren que apuesten y no que consuman alcohol o que fumen marihuana. Es decir, los padres quizá tienen más miedo a la sustancia y lo ven como un riesgo mayor que el acto de apostar. Y no es un riesgo menor, tiene la misma peligrosidad; es más, la sustancia en todo caso, lo que tiene como facilitador para su detección es que está el cuerpo involucrado, es decir, vos ves si el chico viene alcoholizado. En cambio, la ludopatía es mucho más silenciosa. Entonces es más complejo de darse cuenta.
-¿Hay algunos indicadores que le pueden advertir a los padres sobre que está pasando algo de esto con su hijo?
-Sí, por un lado siempre lo primero que salta es algo en relación al dinero: que no tienen más plata en la billetera virtual, que no se estaban comprando algo porque ese dinero lo estaban usando para apostar, que tienen préstamos, que tienen deudas con amigos. Es decir, empiezan a descubrir toda una serie de situaciones en relación a endeudamientos. O sea, cuando la apuesta se vuelve compulsiva, siempre esa persona se va a endeudar. Pero además lo van a ver triste, desesperado, que no puede dormir, que baja el rendimiento académico, que ya no sale con sus amigos, que está enojado, irascible, deprimido, ansioso. Este es un listado de indicadores de que al chico algo le está pasando. Entonces, no es solo el tema del dinero, sino todo esto que el chico quizá sí está mostrando.
La especialista en ludopatía disertó recientemente en Santa Fe. Crédito: Manuel Fabatía
"Los padres se corrieron del lugar de adultos"
-Y el que se tiene que dar cuenta es el adulto, quizás las escuelas trabajar el tema también…
-A las escuelas hay que estarles agradecidos porque fue el terreno que detectó esto. Los docentes empezaron a ver que los chicos apostaban en los recreos desde el celular, empezaron a preocuparse, a pedir a los profesionales especializados en ludopatía consejos sobre qué se hace con esto, a decirles ellos a las familias que estén atentos porque los chicos están apostando. Volviendo a la pregunta sobre el adulto, esto es algo que tiene que ver con los cambios de paradigmas de las últimas décadas, porque el adulto se corrió de su lugar, y los chicos nos siguen necesitando en el lugar de adultos. Entonces, hay un quiebre que se produce. La figura de autoridad, que son los padres, los profesionales, los docentes, perdió el peso que tenía hace unas décadas atrás. Y esto tiene que ver con una cuestión de homogeneización que produjo Internet, con el pedido de transparencia de la información, entre otros factores. Pero los chicos siguen necesitando que los padres les digan "no" desde chiquitos: "no, porque esto es peligroso", "esto ahora no, cuando seas grande"; como nos decían en otros tiempos. Pero parece que eso es un sacrilegio.
-¿Cómo pueden actuar los padres o el entorno familiar cuando detectan que un adolescente se está volviendo adicto a los juegos online?
-A veces lo pueden resolver en las familias sin acudir a profesionales. Lo que sucede es que los chicos confiesan rápido a los papás; de hecho están esperando que los padres se aviven, se den cuenta. Entonces, ahí se angustian, lloran, les empiezan a contar que no pueden parar de apostar, que le deben dinero a este o a aquel. Y los padres tienen que acusar recibo de esto: no pensar que las apuestas son una tontería, rever el tema del dinero, que no sea virtual que empiecen a usar billetes, que no les den dinero demás sino que los chicos empiecen a pedir cuando necesitan, pero no darle plata como si a los 13 años ya supieran manejar las finanzas. Y acudir a especialistas para pensar no solo qué le está pasando al chico, sino muchas veces qué está pasando en la familia.
El acceso fácil y el rol del Estado
-Con relación a los adultos que hoy ya tienen un acceso todo el tiempo los juegos online, ¿esto agrava la cantidad de casos de ludopatía?
-Sí, esto agrava, porque cuando el ludópata va al casino, el familiar que convive con él, tiene ciertos indicadores para detectar. En cambio en el online, es mucho más invisible, más silencioso. El tema de los consumos es que, cuanto más accesible, más riesgo de que aumente la cantidad de adictos al juego o a lo que sea. En el celular tienen el juego y la billetera virtual, entonces está todo a mano y, en paralelo a esto, hay carencias de otras cosas, no es sólo la accesibilidad, porque hay pibes que apuestan y hay otros en cambio que están en la universidad, ideando proyectos. Es decir, la accesibilidad la tienen todos ¿por qué hay pibes o adultos que se enganchan en una adicción y otros no?. Porque en general en las adicciones hay una predisposición, hay cuestiones familiares.
También el Estado se tiene que despertar porque lo que hizo fue legalizar el juego online y listo. Ahora hay que armar campañas de prevención, hay que regular las publicidades, hay que bloquear todos los sitios ilegales que es donde apuestan los pibes, hay que sancionar a ciertas figuras que promocionan influencers, hay que armar equipos tratantes, organizar talleres para los pibes en las escuelas. Hay un montón de trabajo para hacer.
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