Con la sanción de una ordenanza, el Concejo de Santa Fe autorizó a la empresa prestataria del servicio de agua potable de Santa Fe, Aguas Santafesinas S.A. (Assa) a instalar macromedidores de agua en todos los edificios de vivienda colectiva existentes antes de la sanción, en 2021, del Código de Habitabilidad, que no cuenten con micromedidores y en los que no sea técnicamente viable su instalación.
Pero además, se estableció que la empresa deberá promover la implementación interna de micromedidores y/o el control del consumo ajustado a dicha tecnología, tanto en cada unidad funcional como en los espacios comunes (como cocheras).
“La ejecución de los trabajos efectuados en la vía pública se regirán por lo dispuesto en la Ordenanza Nº10.519”, dice el texto sancionado. La referida norma es la que establece un reglamento de ejecución de labores efectuadas justamente, en veredas y calles.
Y aquí, lo importante: “La prestataria (Assa) facturará distribuyendo el consumo de acuerdo a la participación dominial de cada unidad funcional (departamentos, por caso). Los consorcios de los edificios de vivienda colectiva podrán solicitar la facturación unificada y distribuirla internamente según el criterio acordado por los consorcistas”, indica el artículo 2 de la norma votada y sancionada por unanimidad.
En limpio
¿Qué implica todo esto? Que en los edificios que existían antes de 2021, Assa podrá colocar macromedidores de agua, dispositivos más grandes que los medidores domiciliarios, que brindan una medición confiable y exacta del flujo de agua en sistemas de suministro de gran capacidad, como por ejemplo, los edificios.
Los macromedidores son muy parecidos a los micromedidores. Ambos controlan el caudal del líquido vital que ingresa a un edificio privado. “Pero con un macromedidor se emite una sola factura, cuyo monto luego se dividirá entre la cantidad de unidades funcionales del edificio”, explicó en diálogo con El Litoral Lucas Simoniello (UCR-Interbloque “Unidos”), impulsor de la ordenanza.
Los macromedidores dan una medición confiable del flujo de agua en sistemas de suministro de gran capacidad, como los edificios. Crédito: Archivo El Litoral
“En articulación con Aguas Santafesinas, se resolvió que la prestaría pueda colocar en la vía pública macromedidores de agua para que la factura unificada se divida entre el caudal de agua consumido tal como lo defina el consorcio, por ejemplo, por metros cuadrados de cada vivienda u otro indicador. Pero lo importante es que se mida el caudal que ingresa del espacio público al privado (el edificio)”, agregó.
Con todo, el macromedidor medirá el consumo total de todas la viviendas de un edificio; luego se emite una factura al consorcio y luego éste, al ser una persona jurídica, puede definir cómo se divide el monto por consumo entre todas las unidades, es decir, departamentos de esa unidad de viviendas colectiva.
“Se puede hacer una factura unificada, y después el consorcio decide qué formato prorratea entre los propietarios o inquilinos de cada departamento. Otra opción, de acuerdo a las posibilidades técnicas y más allá del macromedidor, es que se podrán incorporar a futuro medidores independientes. A eso aspiramos”, explicaron a El Litoral altas fuentes de Assa.
Ese artículo establece que en toda obra de vivienda colectiva nueva, la instalación sanitaria deberá posibilitar técnicamente la instalación de agua potable para cada unidad funcional.
El concejal Lucas Simoniello (UCR-Interbloque “Unidos”), impulsor de la ordenanza sancionada. Crédito: Archivo El Litoral / Guillermo Di Salvatore
A su vez, “la ubicación, instalación y el mantenimiento de los medidores de agua se realizará conforme a las disposiciones de la empresa prestataria del servicio de agua potable, y deberán instalarse en todo inmueble que posea conexión propia e independiente de cualquier otro inmueble lindero”.
Uso eficiente y racional
Antes del Código de Habitabilidad, no se requería micromedidores para departamentos. Desde que se sancionó el Código, sí: “Entonces, el problema son los edificios viejos -adujo Simoniello-. Por ello, lo que se busca con esta ordenanza es lograr una medición confiable y un uso eficiente y racional del agua potable en la ciudad”.
El edil insistió en hacer eficiente la utilización del líquido vital. “Y que cada familia que vive en una unidad de esos edificios viejos pueda abonar por lo consumido; a su vez, que Assa pueda cobre por lo que efectivamente ingresa en caudal a estos edificios. Y que los contribuyentes paguen ni más ni menos que lo que consumen, y que puedan y podamos hacer un uso más eficiente de un recurso clave”, aseveró.
Esto también es parte de la refuncionalización de la empresa prestataria. “Assa viene, por decisión del gobernador (Maximiliano) Pullaro, se harán obras muy importantes en la ciudad de Santa Fe, como la renovación del colector principal de la cloaca madre, que cruza por todo Bv. Pellegrini-Gálvez, y también el reemplazo de cañerías de agua potable que tienen más de 100 años”, concluyó Simoniello.