Lunes 27.12.2021
/Última actualización 14:15
El 3 de diciembre, El Litoral contó la historia de un alumno del Colegio Sara Faisal que había logrado la clasificación a las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas. Semanas más tarde, la noticia fue aún mejor y el "orgullo local" como se lo había denominado en las páginas de este medio, logró el primer puesto en la competencia individual. Por si fuera poco, en las pruebas grupales, quedó en tercer lugar representando junto a chicos de Buenos Aires a Argentina.
Matías Andrés Nocioni es el nombre del niño que enorgullece a su familia, a su escuela y a todo el país. Es él quien se adueñó de la medalla de oro por la que competían participantes de Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Venezuela.
Es el ganador de las Olimpiadas de Matemáticas pero a su vez, le gusta leer, tocar la guitarra, hacer taekwondo, jugar al Minecraft y al ajedrez. Un poco tímido pero con una sonrisa y mucho entusiasmo, orgulloso de sí mismo, se sienta y se anima a una entrevista con El Litoral.
"Pensaba que podía sacar alguna medalla pero no pensé que podía llegar a un puesto tan alto", cuenta Matías mientras juega con su cartel que le otorgaron para identificarlo en la competencia.
Manuel Fabatía. Acompañado por su mamá que lo mira orgullosa, Matías le contó su experiencia a El LitoralAcompañado por su mamá que lo mira orgullosa, Matías le contó su experiencia a El LitoralFoto: Manuel Fabatía.
Competencia, resultado y la emoción de ganar
El certamen internacional tuvo dos pruebas por separado. Una prueba individual y una grupal. Matías viajó a Buenos Aires para encontrarse con su equipo, otros chicos de 5to. grado que también iban a representar a Argentina. Con el resto de los participantes, de otros países, se encontraban vía Zoom.
Los problemas eran "muy diferentes" a los que está acostumbrado el "genio local" a hacer en la escuela. Sin embargo, tuvo una preparación previa con profesores de la Olimpíada Matemática Argentina (OMA). Ellos le dieron ejercicios similares a los que debió resolver en la competencia.
La prueba grupal constaba de dos problemas a desarrollar grupalmente y Argentina logró el tercer puesto. Por su parte, en la prueba individual, la consigna era resolver 5 problemas. Tres debían realizarse con procedimiento y en los otros dos solo poner el resultado.
"Creo que los hice todos bien" dice Matías dejando la duda sembrada de su nota final. No recibió las correcciones solo sabe que ganó y fue premiado en un video en vivo vía Facebook.
- ¿Estabas contento cuando te enteraste que ganaste?
- "¡Gritamos!", responden a coro los dos mientras se miran con una sonrisa cómplice.
Pese a ser un genio de los números, los resultados lo demuestran, Matías es fan de otras cosas. Entre ellas, y parece una paradoja, le gusta leer. Habitualmente los niños que les gusta Matemática, odian Lengua y viceversa. Son como el Colón - Unión de la escuela primaria.
Manuel Fabatia Matías y su diploma de reconocimiento que le otorgó Rodolfo Fabucci, Director Provincial de Educación PrivadaMatías y su diploma de reconocimiento que le otorgó Rodolfo Fabucci, Director Provincial de Educación PrivadaFoto: Manuel Fabatia
Por ahora, el alumno del Sara Faisal, no se anima a unas Olimpiadas de Lengua porque le gusta más leer que escribir. Lee novelas de acción, aventura, fantasía y su saga favorita es "La tierra de las historias" del escritor Chris Colfer.
Tras contar todo esto, Matías sale del ámbito escolar y al ser consultado por otras actividades o deporte que hace o le gusta comienza a relatar: "Hago taekwondo, Inglés, voy al CREI (está aprendiendo a tocar la guitarra), a robótica y practico ajedrez virtualmente, con un profesor que me enseña desde Bariloche".
Sin dudas, Matías Andrés Nocioni es un niño muy inteligente, entusiasta, con ganas de aprender y seguir creciendo. Sin embargo, muchos pueden preguntarse si no le gustan los videojuegos y la tecnología, algo que es cada vez más habitual en los chicos de su edad. La respuesta es "sí". Llegó a la entrevista con una remera del Minecraft y al ser consultado si le gustaba jugar, cambió su cara, se rió porque al parecer no se esperaba la pregunta y lo afirmó mirando la remera.