Transcurridos los primeros días como Obispo Auxiliar de Santa Fe, Mons. Matías Vecino comenzó a delinear lo que será su misión dentro de la Iglesia santafesina durante los próximos años, junto al Arzobispo Mons. Sergio Fenoy.
El sacerdote planteó su acción pastoral y anticipó que tendrá un fuerte vínculo con lo social. “Voy a recorrer las parroquias del cordón oeste de la ciudad para llevar el Evangelio a los más necesitados”, dijo. Además, su misión educativa con la postura frente a la ESI y el aborto legal. “No hay que callar un contenido sino darlo desde la perspectiva que defendemos”.
Transcurridos los primeros días como Obispo Auxiliar de Santa Fe, Mons. Matías Vecino comenzó a delinear lo que será su misión dentro de la Iglesia santafesina durante los próximos años, junto al Arzobispo Mons. Sergio Fenoy.
Designado por el Papa Francisco, Vecino fue ordenado como nuevo Obispo Auxiliar el pasado 30 de septiembre, en una ceremonia religiosa llevada a cabo en la Basílica de Guadalupe. Con 45 años, se transformó así en el Obispo más joven y ocupará esa responsabilidad en un cargo que la Iglesia Católica mantenía vacante desde hacía 47 años. El último Obispo Auxiliar había sido Edgardo Storni, durante el arzobispado de Vicente Zaspe, a quien luego sucedió hasta su destitución, en 2002.
El santotomesino Vecino nació el 28 de agosto de 1979 y fue ordenado sacerdote hace 16 años, el 30 de septiembre de 2008, por Mons. José María Arancedo. Desde entonces tuvo un camino fuertemente marcado por su labor dentro de la pastoral social de la Iglesia, ocupando el cargo de vicario episcopal de dicha área y como coordinador de la misma, entre otras misiones.
Mons. Vecino tiene ahora tres desafíos por delante: la formación permanente de los sacerdotes, el acompañamiento de la pastoral de los fieles más pobres de la ciudad y las cuestiones vinculadas a la educación.
“Lo más importante e inmediato es la formación permanente de los sacerdotes”, dijo Vecino, que recibió a El Litoral en el Arzobispado para conversar sobre su misión pastoral, entre otros temas. “Esa es nuestra mayor tarea como obispos”, agregó, y destacó luego que “muchos son compañeros del Seminario, es decir que hay un vínculo muy cercano. Entonces, lo primero es re conectarme con esos vínculos que nunca se rompieron, pero cuando vos terminás el Seminario, dejás de vivir todos juntos y cada uno es mandado a una parroquia de la extensa diócesis, entonces te dejás de ver, o te ves sólo una vez al año. Ahora tendré que visitarlos en cada parroquia para ver cómo están y qué necesitan”.
En ese sentido, la Iglesia lleva a cabo durante este mes los encuentros de formación permanente. Los mismos son encabezados por Vecino y se dividen por edades en tres. En la primera quincena se realizó el primero y restan dos más.
Sobre la segunda misión que tendrá Vecino, vinculada al acompañamiento de los más pobres de la ciudad, el Obispo Auxiliar dijo que es algo que “ya lo venía charlando con Mons. Fenoy, y es algo que venía haciendo desde la Pastoral Social. Ahora la idea es meterme un poco más”, anticipó, y dijo que pretende “acompañar a las parroquias del cordón oeste, para ver la manera de llevar el Evangelio a los más necesitados”.
-¿Cómo piensa ocuparse de los más pobres?
-Quiero organizar mejor la presencia que tiene hoy la Iglesia con los más necesitados, para hacerla más eficiente y ordenada. Y pretendo tomar una firme decisión sobre la evangelización con los más pobres. Esto significa trabajar entre otras cosas sobre las adicciones, un tema no es sólo de los más pobres, pero pega duro en este sector social. También quiero trabajar con los que están presos, con las Cáritas, las parroquias del cordón oeste y las redes civiles, para tender puentes en pos de lograr el encuentro y la unión, para que todos puedan dialogar y apostar al bien común.
-¿Cuál es su radiografía de la cuestión social hoy en Santa Fe?
-Sin dudas que hoy la dura realidad pega más en los que menos tienen, pero yo estoy convencido de que la Argentina es un país hermoso, no sólo con recursos materiales para no estar como estamos, sino que también tenemos recursos humanos, gente muy capacitada, profesional, así que si nos juntamos podríamos salir adelante.
-En ese sentido, ¿qué puede aportar la Iglesia?
-Ayudar a que nos podamos juntar alrededor de una mesa para sentarnos a dialogar en pos de alcanzar acuerdos -insistió Vecino.
El Obispo Auxiliar citó luego dos ejemplos de algunos años atrás, en ese sentido: “Durante el gobierno de (Miguel) Lifchitz había un desencuentro con los movimientos sociales. Nosotros teníamos buen diálogo con Pablo Farías (que era funcionario) y con los movimientos, así que pudimos sentar en una mesa a ambos para que dialoguen. Después hicimos lo mismo con los movimientos sociales y las universidades. Hacíamos de puente entre actores que no se hablaban entre ellos porque tenían rispideces. Eso es lo que queremos repetir ahora.
También impulsa Vecino desde la Iglesia el compromiso asumido hace un año atrás por distintos sectores de la sociedad santafesina a través de la firma de un “Pacto Social que abrace al pueblo que sufre”. Aquella vez adhirieron más de 100 personas, candidatos políticos e instituciones de distinta índole. Y este sábado se llevaba a cabo una nueva reunión en la sede local de Festram, en la denominada Jornada Social Santafesina, con el objetivo de renovar ese compromiso. El encuentro propone diferentes momentos y tópicos, bajo los formatos de conferencias, paneles, debates, stands y celebración litúgica.
“Hay muchas cosas en las que seguir pensando y reflexionando, el hambre pega hoy muy fuerte, por ejemplo”, dijo Vecino. “Entonces, me parece que lo más importante que podemos hacer desde la Iglesia en ese sentido es sumar voluntades de gente que está trabajando de forma aislada”, agregó, “poder juntarnos y sumar fuerzas desde distintos lugares”.
Al joven Obispo Auxiliar se lo puede cruzar por la ciudad cuando viaja en su bicicleta. Se distingue por su clériman (vestimenta sacerdotal), al pedalear por las bicisendas o en cualquier calle de la ciudad. El sacerdote va saludando a sus amigos de toda la vida, ya que se crió acá y antes de ser cura trabajó en el Puerto. Va de una parroquia a otra, o por la Costanera, a dar clases en la Universidad Católica, entre sus recorridos habituales.
Al momento de realizar esta entrevista, la primera pregunta -que casi siempre es una formalidad- fue: ¿Cómo está? A lo que Vecino contestó: “Muy bien, un poco cansado nomás, porque anoche fui a jugar a la pelota”.
-Anda en bici y juega a la pelota, es un “vecino” más…
-(risas) Tengo 45 años y todavía me da el cuero para jugar a la pelota, así que lo voy a seguir haciendo porque me gusta, como también me gusta andar en bicicleta. Es barato. Y si no me muevo un poco, con esta vida sedentaria que llevamos puedo llegar a subir de peso y complicarme la salud. Entonces hago esto porque me gusta y me da salud. Y, de paso, andar en bici me ayuda a tener unos kilos menos y poder correr un poco más atrás de una pelota, que es algo que siempre me gustó.
-¿Ganaron o perdieron anoche?
-Perdimos, mal (risas). Estuvo parejo hasta que en un momento nos quebramos -confesó.
Además de continuar dando clases en la Universidad Católica de Santa Fe, Mons. Vecino tendrá ahora otra misión que vincula a la Iglesia con la educación. “El tema educativo es casi una novedad para mí”, admitió. “Cuando salí del Seminario casi siempre tuve escuelas y reconozco que tengo mucha facilidad para llegar a los más jóvenes, pero lo educativo con todo lo que ello significa, con lo pedagógico y lo legislativo, tengo que introducirme prácticamente de cero”.
-¿Cómo piensa abordar la Educación Sexual Integral (ESI) y el aborto legal en las escuelas, desde la mirada que tiene hoy la Iglesia?
-Hoy existen contenidos que se vuelcan desde el Gobierno y a través de las leyes, que se deben abordar, como la ESI. En las escuelas de la Iglesia tenemos ESI desde los ‘90, es decir, desde antes de que se plantee el tema. La Iglesia siempre tuvo Educación Sexual Integral, aunque no con ese nombre, sino como Educación para el Amor, así que no es una novedad para nosotros y no tengo ningún problema de hablar sobre el tema del aborto o la ESI. Lo que sí, tenemos la libertad para hacerlo desde nuestras convicciones y nuestros valores. No hay que callar un contenido sino darlo desde nuestra perspectiva que defendemos y la que creemos que es la más humana. Y está bien que nos respetemos todos -finalizó.
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