Mariano Rinaldi
En la tradicional zona sur, casco histórico de la ciudad, una mañana de 1962, peatones y conductores se encuentran con que detener y avanzar la marcha de sus vehículos dependerá de las señales luminosas que este novedoso artefacto desde un poste les ordene.
Mariano Rinaldi
En diciembre de 1868 se instaló en Londres el primer semáforo del mundo en el exterior del parlamento británico de Westminster. Su diseño consistía en dos brazos verticales con dos lámparas de gas. De día, cuando el brazo estaba en posición vertical indicaba “seguir” y cuando estaba en posición horizontal indicaba “parar” y de noche se utilizaban las lámparas de gas con los colores verde para “seguir” y rojo para “parar”, accionadas de forma manual por un policía.
El primer semáforo eléctrico del mundo se instaló en Cleveland, Estados Unidos, en 1914, a días de iniciarse “la gran guerra” en Europa. La producción de Henry Ford, el padre de la producción en serie, ya había llegado a 250 mil unidades, por tanto, la necesidad de controlar el tráfico debido al incremento del uso de varios tipos de vehículos y la consiguiente congestión en la circulación propició que la idea del semáforo fuera recuperada a principios del siglo XX.
En 1933, en Buenos Aires, el tránsito se organizaba por agentes ubicados en las garitas que fueron reemplazados en algunas avenidas por sistemas de señales luminosas manuales. El primer semáforo apareció en 1958, en la esquina de las avenidas Leandro N. Alem y Córdoba.
En la mañana del 13 de abril de 1962, los santafesinos se sorprendieron al ver el primer semáforo en la ciudad Capital. Afirmaba el diario El Litoral: “La intensificación del tránsito de vehículos en las principales calles y avenidas, creó la necesidad de regular y ordenar el movimiento mediante sistemas adecuados que ofrece la técnica moderna”.
Siguiendo el ejemplo de la Capital Federal, la Municipalidad de Santa Fe había dispuesto la instalación de semáforos para el ordenamiento del tránsito. Cumpliendo con esa disposición el primer semáforo de Santa Fe se instaló sobre la intersección de avenida General Lopez y 9 de julio . “En sus combinaciones de luces de colores, indica a los conductores cuando debe avanzar si la luz verde se lo permite y cuando frenar ante la orden de la luz roja”, explicaba la crónica periodística, y expresaba con preocupación: “Hemos observado que en los primeros momentos del ensayo que se viene realizando, no todos los conductores respetan las indicaciones del semáforo. Pero lo más preocupante es que los peatones tampoco lo tienen en cuenta, esperemos sea solo momentáneo y por desconocimiento”. Como ultimo dato de color, la crónica rescataba: “esta previsto mantener siempre abierta o cerrada una determinada calle para casos de desfiles o procesiones”.
Hoy, el semáforo sigue regulando el tráfico de todo el mundo, asegurando que la circulación sea más fluida, cómoda y segura, tanto para conductores como para peatones.