Mariano Rinaldi
Mariano Rinaldi
Durante los primeros años de la década del ´30, se corrió en Santa Fe “La Maratón de los Barrios”. Certamen organizado por el Club Pedestre en la que tomaron parte numerosos atletas locales. El programa comprendía un largo recorrido que partía desde el local del club y pasaba por diversos barrios de la ciudad.
En 1935, el día después de correrse el maratón, la crónica del diario El Litoral decía lo siguiente: “Hace unos años atrás el atletismo no era motivo de atracción. Ahora las cosas han cambiado, el apoyo de toda la ciudad desde sus respectivos barrios y la cantidad de corredores demuestra que estamos frente a un acontecimiento sin precedente”.
El primer maratón que se corrió en Argentina fue el 4 de octubre de 1903, en la ciudad de Buenos Aires. Se presentaron 30 corredores, con salida y llegada en el Jardín Florida, sobre un recorrido cercano a los 40 kilómetros, resultando ganador Claudio Peralta de 19 años.
Pasaron unos años hasta el siguiente maratón. El 5 mayo de 1910, se realizó también en Buenos Aires y el marco de los festejos del Centenario de nuestro país, el segundo maratón. En esa oportunidad ganó Ceferino Legria.
Para 1914 muchos de los deportes que hoy practicamos ya estaban presentes a lo largo del territorio nacional. Concomitantes con la modernización, la construcción del Estado y la internacionalización creciente de los intercambios económicos, sociales y culturales.
Los estereotipos masculinos que empezaban a definirse por aquellos años dependen del estado físico. El esfuerzo físico y el cuidado corporal aparecen, de esa manera, no solo como símbolos de la modernidad sino como algo que hay que cultivar y desarrollar, como una práctica individual y social que debe ser garantizada por el Estado y la sociedad civil.
Para el historiador Eduardo Archetti, en Argentina a comienzos del siglo XX dos modelos compiten: el de la gimnasia y el del deporte de equipo. El primero tendrá como lugares de expresión la escuela y el mundo militar; mientras que el segundo estará asociado a la creación de espacios públicos regulados (parques, plazas) o no (baldíos, potreros) y a la aparición de instalaciones deportivas de los clubes o de las municipalidades. La expansión del deporte en la Argentina se puede asociar al desarrollo de la sociedad civil ya que las organizaciones y clubes deportivos generan espacios de autonomía y participación al margen del Estado.
En ese contexto particular las prácticas deportivas permitirán establecer un “espacio nacional” de competencia real, de movilidad social, de unificación territorial y simbólica. La prensa y la radio en la década del veinte jugarán un papel crucial en esta dirección.
La popular revista El Gráfico organizó desde 1934 hasta 1975 su famosa “Maratón de los Barrios”, que concitó la atención de numerosos atletas y de los habitantes de la ciudad, que solían acompañar la prueba parándose en alguna vereda o siguiendo en bicicleta a los corredores.
En Buenos Aires, el primer Maratón de los Barrios dio la pauta del enorme interés que había despertado, en la que un centenar de competidores luchan por ganar posiciones. Uno de los premios reservados para el ganador era la publicación de su foto en la tapa del popular semanario deportivo. La carrera partía de la Editorial Atlántida, pasaba por Palermo, por Independencia y Maza, Paseo Colón y Venezuela y finaliza en el Luna Park.
Afirmaba la crónica del diario El Litoral: “La interesante prueba del Club Pedestre en Santa Fe reunió numerosos participantes. Es indudable que existe un gran interés por el desarrollo de la mencionada carrera que se desarrolla por primera vez en nuestra ciudad”. El atletismo había logrado por esos años un enorme difusión, con muchos aficionados interesados por el deporte. El Maratón de los Barrios se venía repitiendo anualmente desde 1933.
La comisión de atletismo del Club Pedestre santafesino había organizado esos primeros maratones en la ciudad. Por doce importantes barrios de Santa Fe los atletas pasaban y eran saludados y acompañados por los vecinos que esperaban ver desde las esquinas como los corredores luchan contra el cansancio y los kilómetros estimulados por una única esperanza: la de llegar. Numerosas bicicletas y automóviles acompañaban a los corredores seguramente recibiendo distintas sensaciones. El entusiasmo popular que se ponía de manifiesto en toda la ciudad era considerable.
A medida que marchaban hallaban la mayor cantidad de público. Por Boulevard Pellegrini y luego Avenida Freyre los trabajadores y comerciantes abandonaron sus ocupaciones, mujeres con sus canastas estaban allí. Una señora estaba lavando su vereda provista de una manguera. Mientras los corredores pasaban a cada uno de ellos le dio el aliento de un “manguerazo”.
Los barrios por donde los atletas pasaron fueron: Sunchales, Centenario, El Quillá, El Campito, Av. Alem, Barrio Candiotti, Sargento Cabral, Kilómetro 2, Barrio Oser, Parque Juan de Garay y Barrio Roma.
En las barriadas santafesinas, lugar de los atletas, se tejían comentarios y las incógnitas eran muchas. ¿Quién ganará? ¿Quién será el corredor que demuestre su resistencia y condiciones a través de los doce barrios populares que formaban la ciudad?