Viernes 12.8.2022
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Desde principios del siglo XX, la ciudad de Santa Fe creció hacia el norte y oeste. Parecería ser que la Laguna Setúbal se convirtió en una especie de barrera invisible que impedía a las autoridades de aquellos tiempos urbanizar la capital de la provincia del otro lado del espejo de agua.
El cardinal Este del ejido urbano estuvo marcado en el pasado por varios proyectos, algunos se concretaron y otros quedaron en el camino. Lo que llama la atención al recorrer los archivos de El Litoral es toparse con dos iniciativas que habrían cambiado significativamente la vida de la capital provincial y la región.
Ya en los '30 se pensaba la necesidad de tener una estación aérea cercana a la capital.Previo al relleno completo del “triángulo”, gran espacio comprendido por la Ruta Nacional 168 y los terraplenes en la Setúbal (uno del extinto tren a Rincón), algunas ideas que tomaron estado público proyectaban un aeropuerto y un importante complejo deportivo con un estadio.
Desde finales de la década del ‘20 se pensaba nivelar ese predio para el aprovechamiento urbano. Pero los altos costos de una obra de tal magnitud fueron postergando a tal empresa. Así lo recordó un artículo publicado por El Litoral en la década de 1950.
Recorte de El Litoral de 1950.“Hace casi un cuarto de siglo se tuvo el propósito de iniciar los trabajos de rellenamiento del paraje "El Pozo", ubicado en el costado este del puente Colgante, a raíz de que la draga Santa Fe de la Administración del Puerto fué pasada a la laguna Setúbal por el arroyo Leyes para levantar los terrenos que actualmente ocupa la avenida Costanera (entonces Libertad)”, contaba este diario el lunes 5 de junio hace 72 años.
Más atrás en el tiempo, El Orden también hacía referencia a los beneficios que traería para la ciudad el relleno y posterior urbanización de ese sector. El citado periódico explicaba que allí antes se ubicaban un grupo de familias en un “rancherío” y que luego fueron sacadas, liberando el terreno para su relleno. “Creemos que seria ésta una magnífica oportunidad para afrontar la realización de estas obras, que bien planificadas, pueden dar trabajo largo tiempo a muchos hombres”, publicaba el antiguo diario.
El Orden también hablaba de la necesidad de la obra.La necesidad de un aeropuerto
El crecimiento urbano y comercial que mostró Santa Fe en la primera parte del siglo pasado empujaban a pensar en la necesidad de contar en la capital provincial con un aeródromo para agilizar las conexiones entre otras ciudades importantes del país.
La idea de tener un aeropuerto en cercanías de la ciudad se vio reflejada en distintas ediciones de El Litoral y del extinto El Orden. Además del citado espacio al Este de la Laguna Setúbal, publicaciones de la década del ‘30 hablaban de terrenos, también a rellenar, a la vera del Río Salado, en cercanías a donde está emplazado el Cementerio Municipal.
“Debido a que ese terreno es bajo e Inundable, se iniciaron obras de terraplenamiento, pero faltó interés para proseguirlas y no existiendo mayor apoyo oficial, los autores de la iniciativa abandonaron poco a poco los trabajos, quedando sólo, como vestigio, un terraplén que las aguas del río Salado arrasaron parcialmente”, publicó El Litoral el 2 de diciembre de 1931.
La citada nota fundamentaba: “En sus alrededores (N. del R: hace referencia a la ciudad de Santa Fe) hay sitios que reúnen condiciones propicias para la instalación de un aeródromo y aeropuerto. Tanto en el Oeste, sobre el río Salado, como en el Este, sobre los brazos del Paraná y la Laguna Setúbal, se podría construir con poco trabajo una base aérea especialmente para aviones dedicados al transporte de mercaderías, pasajeros, correspondencia, etc. Nunca les faltará agua ni espacio libre de obstáculo para levantar vuelo o descender”.
Cinco años más tarde, otra publicación de este diario daba cuenta de lo imperioso que resultaban ser para aquel entonces los trabajos de una draga, para dotar de estabilidad a los terrenos apuntados. “Los trabajos que se proyectan debieron ejecutarse hace años, y más de una vez hemos señalado a las autoridades municipales y provinciales la necesidad de realizarlos cuanto antes, para evitar que Ia ataguía construida con ese fin sea destruida por las crecidas, el oleaje y las lluvias, y para que el municipio cuente con un gran campo de deportes, bosque, aeropuerto, etcétera”, ahondaba El Litoral.
Con un croquis, desde El Orden se explicaba cómo podría adecuarse un aeródromo.Inversión y viabilidad, ¿hasta dónde llegaron los proyectos?
Retomando el artículo de 1950, se puede leer un apartado que hablaba de la inversión necesaria y la viabilidad de los proyectos ideados para la margen Este de la Laguna Setúbal. “La obra se consideró viable, pero tal vez haya influido en su desentendimiento la cuestión económica. Debe tenerse en cuenta que para rellenar los terrenos de la Costanera se invirtieron más de 200.000 pesos hace veinte años. Si se encararan ahora trabajos similares en "El Pozo" habría que hablar de millones de pesos, a lo cual habría que agregar el costo de la formación del parque y construcciones adecuadas para su utilización como estadio deportivo. Esto impondrá estudios profundos sobre los resultados que una inversión de tal naturaleza puede tener, considerándola desde diversos aspectos, tales como el saneamiento, embellecimiento de una zona que ahora no tiene utilidad de ninguna naturaleza, creación de un estadio deportivo de carácter popular, campings adecuados a la naturaleza de esa región próxima al río”, enumeró El Litoral hace 72 años.
En ese sentido, la publicación explicó de dónde se iba a sacar el relleno necesario para tal fin. “El material para el rellenamiento de la zona, se iba a extraer de la parte que constituye una especie de península en el lugar donde se halla ubicado el Yacht Club y de la margen izquierda del río Santa Fe, donde éste se confunde con el principio del canal de derivación. sobre el distrito Alto Verde”, detallaba la nota.
Imagen área tomada desde el Puente Colgante. Así lucía la Ruta 168 y el Riacho Santa Fe.Estadio monumental
El mismo artículo de 1950 también describió otro de los proyectos pensados para el Este capitalino. Así lo planteaba el vespertino: “En ese futuro parque podrían ublcarse pistas de atletismo. piletas de natación, canchas para fútbol y rugby, de basquetbol. Zona arbolada para campings, parques infantiles. práctica del remo, natación; instalación de colonias de vacaciones: canchas de tenis; pista para ciclismo y tantas otras actividades que no escaparán seguramente a quienes queden encargados de proyectarlas. Todo eso con locales adecuados y cómodos, de que carecen ahora la mayoría de las entidades, precisamente por razones económicas”.
Y fundamentaba: “Si el proyecto que señalamos para esta capital fuera llevado a la práctica, determinaría la concentración de múltiples actividades deportivas y serviria para el cumplimiento de los planes de educación física que se están realizando con evidentes incomodidades en los campos y estadios pertenecientes a entidades privadas”.
Desde el Colgante hacia el Este, los terrenos "elegidos" por los impulsores de los proyectos.Más lejos
Mientras en agosto de 1940 Rosario comenzaba a operar sus vuelos desde el aeródromo de Fisherton, en Santa Fe todavía no se definía un lugar apropiado para tal fin.
Debieron pasar unos 15 años para que llegara el primer vuelo de Aerolíneas Argentinas al aeródromo de Sauce Viejo. “Quedó inaugurado esta mañana el servicio de Aerolíneas Argentinas para nuestra capital”, tituló El Litoral el 9 de diciembre de 1955.
Para 1964, se habilitaron las obras de mejora y de pavimento de la pista de la aeroestación ubicada sobre la Ruta Nacional 11, en jurisdicción de Sauce Viejo, a unos 20 kilómetros de la capital santafesina. Más de medio siglo después, en 2018 se encararon obras de refacción y se creó un ente autárquico para administrar el lugar.
Recorte de 1972. Comenzaban los trabajos de relleno y se esperaban obras en la zona.Lo que se hizo en “El Pozo”
En los inicios de la década de 1970 finalmente tomaron forma proyectos urbanísticos en la margen Este de la Laguna Setúbal. En marzo del ‘72, El Litoral daba cuenta de una “etapa que abrirá nuevas perspectivas”, según tituló el vespertino.
“Apenas se cuente con los elementos indispensables, a la extracción mediante refulado, de los materiales sedimento-arena del margen este de la laguna, materiales que serán destinados a rellenar los bajos de la zona conocida como El Pozo. Esa extracción permitirá la canalización rápida de las aguas provenientes de los arroyos Leyes. Potrero y las originadas en la cuenca de Los Saladillos. La extensión a rellenar alcanza una superficie de 792 hectáreas”, explicaba el artículo consultado.
Noticia de 1971 con los primeros pasos de la obra de la Ciudad Universitaria.Meses más tarde, en noviembre de ese año el diario publicó la maqueta del “campus universitario” que la Universidad Nacional del Litoral tenía previsto construir al este del Puente Colgante. “En lo que hace al lugar donde se levantará el edificio, la elección del paraje "El Pozo" tiene las ventajas de constituir una real reserva ante las contingencias del desarrollo futuro de la Universidad, y además bajo el aspecto financiero posee la ventaja de su gratuidad entre otras”, describió El Litoral.
La maqueta del "campus" universitario de la UNL publicada por El Litoral.Al año siguiente (1971), el vespertino mostraba en sus páginas una imagen del inicio de obras y detallaba cómo estaba previsto avanzar con los trabajos. “La primera etapa de las obras están previstas finalizar según está previsto, a fines de noviembre quedando a partir de entonces habilitadas para su uso. La obra completa dominará en el futuro próximo el panorama de la costa este de la laguna Setúbal, al norte del puente colgante, hasta tanto comiencen a surgir allí edificios propiamente académicos del Campo Universitario, que ya están en vías de estudio”, explicó el diario. Desde entonces, la UNL creció en ese inmenso predio ubicado a la vera de la Ruta Nacional 168. Al edificio de aulas, se le sumaron auditorios y un comedor. En la actualidad, la Ciudad Universitaria contiene además un campo de deportes con estadio cubierto, canchas de fútbol, piletas, parque y un hotel (en sociedad con el gremio ATE).
El anuncio en El Litoral sobre la construcción de viviendas en el paraje.En paralelo, a fines de la década del ‘70, un convenio entre los gobiernos provincial y nacional determinó la construcción de viviendas en el paraje El Pozo bajo la modalidad FoNaVi. En agosto de 1978, El Litoral adelantó que se levantaría un barrio con 1.000 casas. En ese artículo se mencionaba que sería un terreno de 42 hectáreas, situadas a unos 850 metros de la Ruta 168.
En el '85 las viviendas y las torres comenzaban a tomar formaLos problemas económicos, los cambios de gobierno y la feroz inundación del ‘83 aplazaron la finalización de las obras en ese flamante sector de la ciudad de Santa Fe. Para octubre de 1988 se inauguraron las primeras dos torres y ocho manzanas de casas. En enero del ‘89 se habilitaron otras cinco torres y cinco manzanas y la finalización del proyecto fue en junio de ese año.
Las torres de barrio El Pozo en construcción, imagen de 1984.Entre las características principales, el barrio está formado por edificios de diez pisos, la mayoría con cuatro departamentos por piso y casas de uno, dos y cuatro dormitorios. El lugar cuenta con servicios y desde 1999 con gas natural. A partir de entonces se transformó en una de las zonas más populares de la capital provincial e incluso, hay quienes dicen que es una ciudad en sí misma.
Tramo final de la obra (1987). Meses más tarde comenzará la entrega a los beneficiarios.