El desarrollismo con Frondizi a la cabeza caló hondo en la década de 1960 en la República Argentina. El presidente radical con mandato desde 1958 - 1962 (derrocado por militares) sentó bases para el crecimiento de la infraestructura de distintos puntos del país.
En lo que compete a Santa Fe, en esos años comenzaron e incluso terminaron, obras de vital importancia (aún en nuestros días). El túnel subfluvial, la circunvalación, ampliación de avenidas, edificios de Correos, son sólo algunos ejemplos que fueron destacados en otro artículo de Memorias.
Lo anterior sirve como preámbulo, para ubicar históricamente un particular hecho que se vivió en la ciudad de Santa Fe en los inicios de ese decenio. Puntualmente, en febrero de 1961 el por entonces intendente Ramón Lofeudo inició un ambicioso plan para renovar la avenida Gobernador Freyre. El proyecto apuntaba a remodelar el corredor con un bulevar, dársenas y otras mejoras.
La crónica que mostraba y criticó la poda de árboles.
Esa iniciativa tenía un impedimento: el arbolado de la tradicional avenida. Las crónicas de la época marcan que se trataba de ejemplares de tipas, que necesariamente debían ser retirados de la vía pública, para darle lugar a las reformas. Pese a la oposición de la opinión pública, el municipio avanzó con los trabajos.
“‘Furia arboricida’ en avenida Freyre. Caen viejas y útiles tipas, valioso patrimonio de la ciudad”, tituló El Litoral el 1° de febrero de 1961 y abrió un intenso debate en defensa del arbolado de la capital provincial.
Con una prosa impecable, fiel a aquellos tiempos periodísticos, el vespertino tomó una fuerte postura en contra de los planes municipales. “Nuevamente se escandaliza la opinión pública de la ciudad ante la renovada muestra de la fobia a los árboles de que parece atacada, en sustancia, la actual administración de los intereses municipales”, arrancaba el citado artículo.
Y seguía: “A la deplorable historia de los muchos bellos ejemplares quitados ya de paseos y calles por la empeñosa gestión de las actuales autoridades, se suma ahora la eliminación de las añosas, altas, frondosas tipas de avenida Freyre”.
La continuidad de la nota profundiza con la crítica hacia la necesidad de quitar los árboles. Apunta a que por aquellos tiempos no había tanta “puntualidad” para, por ejemplo, el mantenimientos de “yuyales”; una línea comparativa con la actualidad.
El segundo día de poda, reflejado por El Litoral
La defensa del patrimonio
Uno de los argumentos en que se basó la crítica de El Litoral y una importante porción de la opinión pública fue la preservación de lo que consideraron como patrimonio de la capital santafesina.
“Bienes gananciales que se han ido acumulando a través de los años, que las autoridades y vecinos deben defender a todo trance, y no es admisible que funcionarios accidentales dispongan de ese capital forestal como si fueran bienes propios”, fundamentaba El Litoral aquel febrero del ‘61.
La antigua Avenida Freyre en la zona del Mercado de Abasto.
Pese a las duras críticas, las tareas de remoción continuaron. “En Av. Freyre sigue la obra destructiva de las útiles tipas”, tituló el vespertino el 2 de febrero de aquel año.
“No ha habido tal reacción. La decisión de quien administra la cosa pública santafesina ha sido pétrea; no admite, al parecer, posibilidad de rectificación, nl atiende reclamos de los interesados en preservar los bienes públicos que, como se dijo ayer, demandan una defensa positiva, un cuidado que los aleje de las determinaciones de quienes temporariamente tienen a su cargo la función pública”, reclamó el vespertino entre sus páginas.
“Todavía hay tiempo”, resaltaba la crónica del segundo día de poda al tiempo de criticar a la gestión municipal: “silencio total”, sentenciaba un subtítulo de dicho artículo. Además, se explicaba que la Federación de Entidades Vecinales también se oponía a los trabajos y presentaría una queja formal ante el Concejo.
Otra imagen de la antigua avenida Freyre.
Cómo siguió
Lo cierto es que pese a la resistencia, las tareas de remoción y posterior obras de mejora se culminaron. La avenida Freyre, desde bulevar Pellegrini hasta General López, cambió su fisonomía con nuevos espacios para estacionar, lo que significó un avance en la infraestructura de la ciudad capital.
La rotonda de Avenida Freyre y Bulevar Pellegrini con vista hacia el sur de la ciudad.
Para el año ‘62, El Litoral daba cuenta de otro paso más hacia la conexión de avenidas de importancia para Santa Fe. “Fue habilitada en la fecha la calzada oeste del enlace entre las avenidas Freyre y López y Planes”, tituló el vespertino el 26 de febrero del citado año. “Una obra de positivos beneficios para el racional ordenamiento del tránsito en un sector de la ciudad que ha pasado a revistar entre los puntos neurálgicos de la urbe”, explicó la nota.
Las imágenes que atesora el archivo de El Litoral y que acompañan este artículo muestran el antes y después de los trabajos sobre Av. Freyre.
Además de las dársenas, se incluyó un novedosos sistema lumínico para la época.
Muestras de progreso
Pese a la resistencia de aquellos tiempos, la figura del intendente Lofeudo fue de real importancia para el crecimiento de la infraestructura de la ciudad de Santa Fe. En los años de mandato del mandatario radical se proyectaron, concretaron y culminaron obras significativas.
Además de la remodelación de Av. Freyre, en el gobierno de Lofeudo se pavimentaron diversas calles que hasta el momento tenían adoquines o directamente eran de tierra. General López, Urquiza, tramo norte de Facundo Zuviría, son sólo algunos ejemplos. También se implementó un sistema lumínico con gas a mercurio y aparecieron los primeros semáforos.
La crónica de El Litoral daba cuenta del fin de los tranvías eléctricos.
Se consolidó el transporte público de colectivos, con las primeras líneas de la capital provincial en desmedro del tranvía eléctrico que desde 1961 dejaron de correr por las calles santafesinas. Otra de las acciones destacadas en la época de Lofeudo, fue que el municipio cedió a la UNL los terrenos para la construcción de la Ciudad Universitaria.
Mayo del '62, ya se proyectaba la sesión de los terrenos para la Ciudad Universitaria.