Cómo fue el milagro en Santa Fe por el que el Papa consagró a Mama Antula, la primera santa argentina
Un paciente internado en el hospital Cullen, en estado vegetativo y con daños cerebrales irreparables, se curó. La Iglesia lo atribuye a un milagro. Su familia y amigos se lo habían pedido a la beata. Una historia increíble.
Protagonista. Claudio Perusini es santafesino y sobrevivió gracias al milagro de Mama Antula.
Flavio Raina.
Este martes se conoció que el Papa Francisco autorizó la canonización de la Beata María Antonia de San José, conocida como Mama Antula, una laica consagrada argentina y fundadora de la Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires. Por lo tanto, Mama Antula será santa desde el año próximo.
El milagro que se le atribuye a Mama Antula obedece a la supervivencia milagrosa de Claudio Perusini (nacido en Santa Fe en 1959), quien en 2017 sufrió un “ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico”. Ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital José M. Cullen de la ciudad de Santa Fe en estado comatoso, el pronóstico era poco auspicioso o muy reservado, con muy pocas posibilidades de volver a la vida normal debido a las lesiones cerebrales irreparables. Permaneció 28 días en estado vegetativo.
Al cabo de unos días, Perusini mostró una notable mejoría y, tras unos meses de fisioterapia en el Hospital Vera Candioti, era independiente, autónomo en su vida diaria, realizando tareas manuales normales. Todos los familiares y amigos habían rezado pidiendo la intercesión de Mama Antula. Siete personas que no eran amigos ni familiares también rezaron por la salud del enfermo.
Fue monseñor Giobando, amigo personal de la familia Perusini, quien les acercó la imagen de Mama Antula para que le recen cuando Claudio estaba internado en el Cullen. Desde aquel día el hombre lleva consigo aquella estampita. La tiene escondida en la funda de su celular.
La sanación de Perusini no tiene explicación médica. Fue considerada un posible milagro.
Es que la relación entre los rezos y curación se hizo clara y evidente. A esa conclusión científica llegaron los médicos. Además se consideró una consulta médica realizada el pasado 14 de septiembre y la documentación que atestigua la invocación de la beata.
La investigación
El 13 de abril de 2018, el por entonces arzobispo monseñor José María Arancedo les tomó juramento en Santa Fe a las personas designadas para llevar adelante la investigación canónica de esta curación y el 18 de diciembre de ese año se cerró el proceso con una misa de Acción de Gracias.
“Los milagros tienen que ser investigados”, afirma el padre Javier González Grenón, quien fue el encargado de hacer aquella instrucción. “Es un proceso que tiene un protocolo de la Santa Sede”, apunta, en diálogo con El Litoral. Se necesitó un notario, el padre Fernando Heinzen; una notaria, Delfina Zenclussen; un promotor de justicia, el padre Hugo Capello; y dos peritos médicos, un neurólogo y un cardiólogo.
Esta comisión evaluó las historias clínicas del paciente Perusini que les brindaron el Cullen y el Vera Candioti. También escucharon a los testigos. Con todo ello, tomaron la decisión de creer que estaban frente a un milagro. Los sobres lacrados con los documentos del supuesto milagro fueron enviados a Roma para la evaluación de la Junta Médica y de la Comisión para las Causas de los Santos.
Tras la audiencia al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, finalmente este martes el Papa Francisco autorizó al mismo Dicasterio a promulgar un decreto relativo al milagro ocurrido en Santa Fe, atribuido a la intercesión de la Beata María Antonia de San José, que nació en 1730 en Silipica, Santiago del Estero, y falleció el 7 de marzo de 1799 en Buenos Aires.
Este presunto milagro ocurrido en Santa Fe no es lo único que se investigó para tomar tamaña decisión en la Iglesia Católica. También había otros dos posibles milagros más de Mama Antula. El caso de una religiosa llamada Rosa Vanina, de 1904; y el de un médico, el doctor Copelli, en 1947. Pero fue finalmente el presunto milagro de Claudio Perusini el que tuvo peso y la consagrará finalmente como la primera santa argentina, en 2024, luego del cura Brochero.
El protagonista
Esta historia cobija otro costado muy santafesino. Es que Perusini y el por entonces sacerdote Jorge Bergoglio -hoy el Papa- compartieron gratos momentos en la ciudad fundada por Garay. Perusini quería ser cura y se había acercado al jesuita para que lo acompañe en su decisión. Ambos estuvieron en los ‘70 en la Compañía de Jesús de Santa Fe, donde Bergoglio lo terminó convenciendo de que ese no era su destino. Más tarde Perusini formó una familia y tuvo dos hijos. El recuerdo de esas charlas en la cocina del convento y el vínculo amistoso entre ambos perduró. Y el destino quiso volver a cruzarlos ahora, con la decisión del Papa de tomar su caso como un motivo para santificar a Mama Antula.
Incluso esta historia contiene otra anécdota llena de fe. Cuando Perusini luchaba por su vida en el Cullen sonó el teléfono de su casa. Su esposa, María Laura, no quería atender. Hasta que le dijeron que el llamado no era del hospital. Era el Papa Francisco. Conversaron media hora.
Cuando Perusini recuperó su vida habitual conversó en varias oportunidades con el Papa Francisco. Incluso lo visitó en el Vaticano y le llevó de regalo seis cervezas artesanales de su producción artesanal. La relación entre ambos continúa.
Y una anécdota más. La última vez que se cruzaron el padre González Grenón y el protagonista de esta historia, Perusini, fue el pasado 31 de julio en el Santuario de los Milagros del Colegio Inmaculada. Aquel atardecer, después de la misa por el día de San Ignacio “ya se había ido toda la gente, quedaba un hombre sentado solo en el último banco del templo -recuerda González Grenón-. Al pasar a su lado me miró y me preguntó: ‘¿No se acuerda de mí?, padre’. Lo miré bien y me di cuenta que era Claudio”, relata el cura.
-¿Cómo estás? -le preguntó entonces el sacerdote.
-Y, bien, acá andamos -contestó Perusini.
-No te quejes, porque deberías estar muerto. Estás caminando...
Ambos lanzaron una carcajada que retumbó en el templo.
Es que el protagonista del milagro “es una persona que si nadie sabe lo que le pasó, es normal”, dice González Grenón en la charla con El Litoral, “pese a que tendría que estar muerto o con vida vegetativa en una cama”.
En cambio Perusini tiene 66 años, es profesor de filosofía jubilado y laico, y reside desde 2007 en Lago Posadas, Santa Cruz, junto a su mujer, María Laura. Viene seguido a Santa Fe a visitar a sus dos hijos, Juan Francisco (32 años) e Ignacio (30 años).
Un grupo de fieles acompañados por el artista santafesino Luis Quiroz entrega a Francisco la imagen de la Venerable Mama Antula.
Archivo.
Este miércoles recibió la noticia en Santa Fe, ya que se encuentra en reposo en la casa de su familia de barrio Guadalupe, tras haber sido operado la semana pasada. “Yo agradezco cada mañana que estoy vivo”, dice Perusini. “Valoro cada minuto”, se emociona.
Mama Antula
Sobre Mama Antula se cuenta que tras la expulsión de los jesuitas del país fue de ciudad en ciudad por las regiones pobres del nordeste argentino promoviendo ejercicios espirituales según el espíritu ignaciano, confiando únicamente en la providencia. En solo ocho años, consiguió ofrecer los ejercicios espirituales a 70.000 personas.
Defensora y divulgadora de la obra de los Ejercicios Espirituales, estableció también una primera Casa de Ejercicios en Argentina tras la supresión de la Compañía de Jesús, que contó con el apoyo del rey Carlos III de España.
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