Sábado 18.4.2020
/Última actualización 16:47
Cintia Carrió es investigadora del Conicet y docente de la Facultad de Humanidades de la UNL, y junto a un equipo de lingüistas y expertos de esa casa de estudios y de la FICH dirige el proyecto “moqoit”, un software educativo pensado para las aulas de lengua y cultura mocoví. El desarrollo de este proyecto derivó de una investigación previa sobre la cual se apoyó su tesis doctoral sobre esa lengua, que se habla únicamente en la Argentina, en las provincias de Santa Fe y Chaco.
Este camino se asentó en un recorrido real, con permanencia incluida, por los espacios que habitan las comunidades, y en los vínculos que se crearon con sus integrantes y referentes.
Todo esto fue posible antes de ingresar en el período de aislamiento social, preventivo y obligatorio que desde el 20 de marzo congeló en forma transitoria todo desplazamiento que no fuera esencial, pero puso en evidencia el valor de la tecnología como herramienta de comunicación. “Durante el fin de semana largo de marzo me comuniqué con las comunidades para preguntarles cómo estaban y cómo transitaban esta situación tan compleja por la incertidumbre que genera para todos”, cuenta Carrió a este diario. “Cuando hablé con el líder comunitario de La Thee Palma, ubicada a unos 300 kilómetros de Santa Fe, entre todos los temas mencionados, me comentó que tienen una red de conexiones con whatsapp muy sujeta a que haya señal en los teléfonos, y que había grabado un audio con su hija para hacerlo circular por la comunidad”.
Gentileza La tecnología acerca distancias que, en cuarentena, no se pueden transitar. La Thee Palma está a unos 300 kilómetros de esta capital.La tecnología acerca distancias que, en cuarentena, no se pueden transitar. La Thee Palma está a unos 300 kilómetros de esta capital.Foto: Gentileza
En mocoví, el audio decía “quedate en casa, tenemos que cuidarnos”.
Fue una anéctoda apenas o podría haber quedado ahí. Sin embargo, resultó el insumo para un video en el que se plantearon las normas básicas de prevención del COVID-19 (en línea con las pautas del Ministerio de Salud de la Nación), con imágenes sencillas y fácilmente comprensibles, textos en castellano pero audios en mocoví, que empezó a circular rápidamente por comunidades distantes, “porque no solo estamos lejos nosotros de ellos, sino ellos entre sí”.
El video se difundió por WhatsApp, con las limitaciones que supone la presencia intermitente de señal, pero con la garantía de que sería comprensible para las personas a quienes estaba destinado.
Pero la inquietud no terminó allí: “se decidió trabajar en conjunto con una becaria que investiga multiculturalidad y tiene contacto con el barrio qom-toba ubicado en barrio Las Lomas de la ciudad de Santa Fe y nos pusimos en contacto con el maestro bilingüe de la escuela y referente comunitario para hacer un video en esa lengua”, relata Carrió. “La lengua qom del pueblo toba-qom tiene gran vitalidad y sus hablantes se distribuyen en las provincias de Santa Fe, Chaco y Buenos Aires”, ilustra la docente.
Carrió pone el eje en la “empatía”, que produce escuchar un mensaje en la propia lengua; tiene otra receptividad, sea que la persona que la escuche sea un hablante fluido o no”.
“No vamos a saber si los videos permitirán evitar algún contagio. Eso seguramente resultará una verdad contra fáctica. Pero hasta solo la duda amerita el trabajo”, concluye.
“Hice un audio con mi hija”
Para llegar a La Thee Palma desde Santa Fe, hay que subirse a la Ruta Nacional N°11 y manejar unos 300 kilómetros para, entonces, desviar al oeste. También se puede subir al colectivo El Norte (único que te lleva y te trae), pero el viaje será considerablemente más lento, y luego tener que caminar unos cuantos kilómetros desde el desvío. Nada de esto es posible en contexto de cuarentena. Un mensaje para saber cómo estaba todo por allá y una respuesta dilatada, sujeta a los vaivenes de la señal de los teléfonos, derivó en el primer video de prevención para COVID-19 en lengua mocoví.
Entre las preocupaciones de cómo lograr cumplir medianamente con el aislamiento, cómo cobrar cuando los cajeros quedan a kilómetros si no hay vehículos, cómo abastecerse en un pueblo pequeño y sin movimiento, surgió: “Hice un audio con mi hija”. Su iniciativa, su visión y su preocupación, fueron el puntapié inicial. Mediante comunicaciones por celular se logró, trabajando a la distancia y en dos días, un video de difusión en lengua mocoví. Luego lo replicamos pero en lengua qom, con la comunidad Qom de Santa Fe Capital.
Los videos son muy simples y seguro perfectibles, seguro mejorables, pero lo que importa ahora es que están circulando desde hace días e informando a personas que no pueden leer, que no pueden comprender el español o que, sencillamente, sienten en la lengua de sus padres y abuelos el consejo y la fortaleza que necesitan. La lengua identifica, cobija, acaricia. La traducción que acompaña las imágenes es libre y sintética, los audios son mucho más ricos que los subtítulos, porque están destinados a los hablantes. Un video sencillo que pretende, no sólo informar, sino también lograr que la identificación con la lengua favorezca la empatía (...).
Ser empático es difícil pero es lo que nos vuelve humanos. “No tengo palabras”, fue la última frase de nuestro intercambio, después de que vieran el video; qué paradójico, ahí metidos nosotros entre dos lenguas y no encontrando palabras ni en mocoví ni en español, y fue silencio.
Es un software educativo pensado para las aulas de lengua y cultura mocoví (lengua indoamericana de la familia lingüística Guaycurú), fruto del trabajo interdisciplinar, colaborativo y continuo de especialistas de diversas áreas pertenecientes a la FHUC y a la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL, así como también de miembros de instituciones educativas y referentes de comunidades indígenas; todos reunidos en torno a Proyectos de Extensión y de Investigación Orientada.