Viernes 7.10.2022
/Última actualización 10:13
Son las diez de la mañana. Desde la sala de control de la Unidad Correccional N°4, el personal penitenciario vigila todo lo que acontece en el patio. En una esquina, un monitor divido en dieciséis pantallas muestra todo en tiempo real. Una de esas escenas llama la atención. Es una ronda de mates entre internas y alguien que viene de afuera, a verlas y a charlar con ellas.
Otro día, a la misma hora, minutos más minutos menos, las mismas cámaras registran otra escena. El mismo hombre conversa con una sola mujer separados del resto. Lo que se dicen solamente saben ellos, pero él tiene un lápiz y un papel donde escribe.
Y así sucedió en cada una de las visitas realizadas a la cárcel. Ese hombre siempre estaba presente. ¿Con qué propósitos? Contener, escuchar y perdonar si el arrepentimiento es sincero. Ese hombre es el Padre Dante Debiaggi.
En la casa del Señor
La Cárcel de Mujeres de la Capital provincial tiene en su interior una capilla que forma parte del Patrimonio Histórico Provincial. Se abre a la población carcelaria para la celebración de misas los días viernes o para algunas ocasiones especiales como bautismos.
Su estado denota que hace años no recibe intervención. Pero justamente por ser parte del Patrimonio Histórico, desde el Servicio Penitenciario aclaran que mucho no pueden hacer porque los arreglos son competencia de otras áreas del Gobierno. Como dato curioso, la capilla tiene forma de cruz, lo que puede observarse de manera perfecta desde el aire.
Allí, en el primer banco de la capilla, el padre Dante se hace un rato para conversar con El Litoral. La charla arranca contando una preocupación que tiene hace años… el egreso de las internas del penal.
"Cuando las chicas salen, no hay ninguna política de Estado que las acompañe. Quedan muy solas. Si bien está el Patronato de Liberadas que busca la reinserción laboral en la sociedad de estas mujeres, lo cierto es que allí van y firman un papel con una expectativa laboral que nunca llega. Luego de estar presas, salen… pero en un tiempo muchas vuelven. Vuelven porque reinciden en el delito. Y reinciden porque regresaron a la vida que tenían antes", dice el sacerdote.
Evitar que las internas que están purgando una condena regresen a "esa vida que tenían antes" de la prisión es uno de los objetivos que pretende el padre desde la Pastoral Penitenciaria. Pero no es fácil por muchísimos motivos que van desde lo económico a lo afectivo. Cuenta que la mayoría está en soledad y debe volver al lugar que tanto daño les hizo; y eso hay que evitarlo.
"Hay mujeres que no pueden volver al lugar de donde salieron y tampoco quieren. En esos casos desde la Pastoral Carcelaria gestionamos el alquiler de alguna habitación lejos de su lugar de residencia y empezamos a juntar lo mínimo para que pueda vivir dignamente. También tratamos de insertarlas en el mundo laboral", dice.
El padre Dante es la persona más esperada todas las mañanas por las internas desde hace más de 16 años. Más allá de sus creencias, porque no todas creen en Dios o son católicas, lo esperan porque saben de su facilidad de escucha, de sus palabras justas…
Consultado sobre cuál cree que es su misión dentro de la Unidad Correccional, Debiaggi dice que es "espiritual".
"Indudablemente que acá, cuando te encontrás privado de tu libertad, empezás a plantearte un montón de cosas. Y lo espiritual está incluido en ese montón", cuenta. Y lo que sigue es la explicación de la libreta y birome que lleva el sacerdote en cada visita a la cárcel. "Muchas reflexionan sobre lo que hicieron y me piden que vaya a visitar a la familia o que rece por esos seres queridos que no ven porque viven muy lejos y no pueden ir a visitarlas".
-¿Cuál es su respuesta a una interna que no encuentra explicación de por qué está acá y dice "Dios me abandonó"?
-Que se revelen contra Dios es lo más habitual. Es así, y por eso mi presencia aquí también porque ellas necesitan hacer un camino espiritual. Después de ese enojo viene la aceptación y se empiezan a fortalecer desde la Fe.
Sin dudas el Padre Dante es la persona que más conoce a cada una de las internas. Como sacerdote conoce las debilidades, las preocupaciones y también las alegrías de todas. Afirma que todas las mujeres privadas de su libertad están constantemente pensando en su familia, en sus hijos… añorando la libertad y la paz interior que alguna vez volverán a tener, o no. Solo Dios sabe.
"Cuando las chicas salen, no hay ninguna política de Estado que las acompañe. Quedan muy solas. Si bien está el Patronato de Liberadas que busca la reinserción laboral en la sociedad de estas mujeres, lo cierto es que allí van y firman un papel con una expectativa laboral que nunca llega. Luego de estar presas, salen… pero en un tiempo muchas vuelven. Vuelven porque reinciden en el delito. Y reinciden porque regresaron a la vida que tenían antes".
Al amparo de la Virgen del Carmen
Apenas se ingresa a la Unidad Correccional N° 4 una imagen religiosa recibe a cualquier persona que se disponga a atravesar la reja. Es de la Virgen del Carmen, declarada en1949 Patrona de las Cárceles e Institutos Penitenciarios. La Virgen del Carmen está presente en diferentes lugares del Penal.