Octubre es el mes de la preservación de los murciélagos y desde el Programa de Conservación de los Murciélagos de Argentina (PCMA) buscan la concientización de la población sobre su cuidado. La presencia de estos animales en el ambiente otorga grandes beneficios ecosistémicos. Por ello los especialistas pretenden barrer los mitos populares y la "mala prensa" que tienen.
Los murciélagos tienen su día. El 1 de octubre se conmemora el Día Latinoamericano y del Caribe de los Murciélagos. En el mundo hay más de 1.400 variedades, de la cuales 69 se despliegan en Argentina y 29, en nuestra provincia, representadas en 4 familias (ver Cuatro familias).
"La gran mayoría se alimenta de insectos, y un murciélago es capaz de comer entre 500 y mil mosquitos por noche", destaca la licenciada en Biodiversidad Marcela Tittarelli, que pertenece al PCMA en Santa Fe. Además se alimentan "de polillas y otros insectos", dice. Por lo tanto también contribuyen a la preservación de plantas y cultivos, aportando al equilibrio ecosistémico. "Muchos murciélagos se alimentan de frutas y son dispersores de semillas, por lo que contribuyen a la regeneración de bosques", dice más adelante la bióloga.
En resumen, los beneficios que otorgan la presencia de los murciélagos son: regeneran bosques y selvas, polinizan plantas, consumen insectos perjudiciales para los cultivos y su guano es un buen fertilizante.
Actividades
El PCMA tiene tres pilares: la investigación, la conservación y la función comunitaria, a través de la cual buscan -con charlas y talleres- la concientización de la población sobre la importancia que tiene la preservación de los murciélagos.
Imagen ilustrativa.
Durante el mes de octubre se realizan diferentes actividades de concientización en todo el país. En Santa Fe está prevista la realización de charlas en escuelas y visitas guiadas en la Reserva de la ciudad. También se realizarán capturas en diferentes lugares puntuales para el estudio y la investigación, con el objetivo de identificar las especies.
A no asustarse
Muchas personas tienen rechazo a los murciélagos. En ese sentido, desde el PCMA recomiendan no asustarse ante su presencia en cualquier espacio, ya que es completamente natural e inofensivo. Las veredas y plazas son su hábitat natural. También pueden aparecer en troncos, construcciones o huecos. Cuando más salen en busca de alimento es en primavera y en verano.
Si un murciélago ingresa a la casa hay un protocolo para quitarlo. Nunca se debe tocar con la mano. Lo ideal es cerrar el ambiente y dejarle una ventana abierta para que se vaya. Si es posible se debe oscurecer. Y si no se va, hay que tirarle un toallón o un recipiente encima y manipularlo con guantes de cuero, para evitar su mordedura.
Los murciélagos pueden ser transmisores de la rabia y otras enfermedades, al igual que los perros, gatos y otros mamíferos. Esto no significa que todos la tengan ni que vayan a contagiarla siempre. Sólo se debe tener el debido cuidado en su manipulación. "La probabilidad de que tengan rabia es muy baja, pero como todo animal silvestre, hay que evitar tocarlos para no generar accidentes", recomendó Tittarelli.
En caso de sufrir una mordedura, se debe concurrir al Centro de Zoonosis o al hospital más cercano, de ser posible con el animal.
Cuatro familias de murciélagos en Santa Fe
Murciélagos chicos (vespertilionidos): suelen presentar orejas pequeñas y puntiagudas, y una membrana que cubre sus extremidades posteriores incluyendo a la cola. Se alimentan de insectos.
Murciélagos cola de ratón (molosidos): tienen las orejas más grandes y anchas, un hocico más grande y la cola se encuentra libre, por lo que no está totalmente incluida en la membrana que une ambas extremidades. Se alimentan de insectos.
Murciélagos de hoja nasal (phylostomidos): tienen una estructura membranosa semejante a una hoja en el hocico. Estás especies se alimentan de frutas y sólo tres especies en América se alimentan de sangre, es decir, son hematófagos. Realizan un pequeño corte en la piel de mamíferos o aves y se alimentan de las gotitas de sangre que surgen de la herida. En nuestra provincia tenemos dos especies de esta familia. El vampiro, que se distribuye en zonas rurales del noroeste santafesino, y el murciélago frutero, que se alimenta de frutas.
Murciélagos pescadores (noctilionidos): tienen orejas pequeñas, puntiagudas y un rostro parecido a un perro bulldog. Su cola apenas perfora la membrana que une sus extremidades posteriores y sus garras son largas. Su coloración es anaranjada y habitan zonas de islas. Se alimentan de peces que capturan cuando vuelan al ras del agua. Los atrapan con su garras. También se alimentan de insectos.