Por Gustavo Vittori (*)
El Parque Biblioteca de la Constitución Nacional es una intervención urbana acerca de los principios de nacionalidad, ciudadanía, federalismo y república que rigen la vida de los argentinos desde la sanción de la Carta Magna en la ciudad de Santa Fe, el 1º de Mayo de 1853. La ciudad que albergó el nacimiento de nuestra ley fundamental le rinde homenaje, junto a todos los ciudadanos de la Nación.
Por Gustavo Vittori (*)
Después de 165 años de espera, la Constitución Nacional logró tener casa propia. Se levanta en un parque ribereño de 17 hectáreas ubicado en la ciudad de Santa Fe, junto al río que, con orgulloso eco, repite su nombre a los cuatro vientos.
La ciudad y la provincia que acunaron el texto fundamental aprobado por el Congreso General Constituyente de 1853, ahora ofrece al país de los argentinos un espacio mayor, que alberga todo el proceso constitucional de la Nación, desde el primer y frustrado intento de 1813 hasta el ecuménico texto de 1994, sancionado en esta histórica ciudad de las convenciones.
Con la conclusión de la segunda fase del programa de desarrollo histórico-cultural que traza el camino a recorrer, se ha dado un gran paso adelante. Sólo falta una tercera etapa: la construcción de una biblioteca/videoteca con elementos de respaldo para el trabajo de taller cívico con pequeños ciudadanos en formación y, también, para estímulo y participación de niños y jóvenes de barrios aledaños con carencias de distinto tipo.
La inauguración, el 10 de diciembre de 2018 Día Internacional de los Derechos Humanos- puso fin a la segunda fase del proyecto y abrió las puertas del Museo, o Centro de Interpretación como se prefiera-, que se extiende sobre una plataforma de más de 2000 m2 sostenida por pilotes en un terreno expuesto a los ciclos naturales de crecidas y bajantes del río.
La concepción arquitectónica, es una respuesta imaginativa y moderna que integra sin forzamientos la cultura a la naturaleza. Así, la materialidad del edificio se posa con suavidad sobre un terreno con extensos sectores de flora acuática y en su horizontalidad copia la línea de ribera fundiéndose en el paisaje fluvial. Con técnicas constructivas contemporáneas se replica el milenario uso del palafito (en este caso de hormigón armado), al que han echado mano grupos humanos que viven en zonas lacustres, en deltas fluviales o a orillas del mar. La solución refuerza, en el plano medioambiental, el mensaje de convivencia que la Constitución emite a nivel general. La norma escrita promueve la convivencia de las personas y grupos que integran la sociedad nacional y también establece derechos vinculados con la preservación del medio ambiente. El Parque de la Constitución es un complejo cultural que enseña con el ejemplo a respetar la naturaleza, al tiempo que alegoriza los beneficios de la armonía.
En el interior del edificio, a través de un recorrido de nueve salas, un espacio para muestras temporarias y un auditorio con 296 butacas para visualizar documentos fílmicos, los visitantes podrán asomarse a los orígenes y desarrollo de la ley escrita en la historia, y a su dificultosa encarnadura en la sociedad argentina. Como experiencia adicional, el auditorio ofrece durante las horas diurnas una extraordinaria inmersión visual en el paisaje de río e islas a través de la pared transparente que cierra la construcción en su límite sur.
El avance de los desarrollos físicos, se han acompasado con el de los contenidos expositivos, de modo que el día de la apertura confluyeran unos y otros. No obstante, un complejo cultural de estas características nunca queda terminado. Se activa y modifica con las visitas, observaciones y sugerencias de quienes pasan por él.
Quedó inaugurado el Museo de la Constitución
Además, la concepción museográfica es dinámica. Con el correr del tiempo se pueden cambiar algunos objetos expuestos, así como diálogos, musicalizaciones e imágenes. Se pueden y deben colectar documentos fílmicos respecto a los momentos más importantes de nuestra historia constitucional y acudir a la voz de especialistas que puedan facilitar la comprensión de textos con altos niveles de abstracción al ciudadano común. A ese fin se proyecta realizar entrevistas breves y precisas con estudiosos del derecho, de la economía, de la sociedad, para proyectarlas en la pantalla del auditorio. Y, por cierto, realizar talleres con escolares, luego de la sensibilización que produce el recorrido de las salas. Pero si esto es el “adentro”, a la vez se trabaja en el parque exterior con vistas a convertirlo en un espacio que vaya más allá del disfrute ribereño y el entretenimiento, y activarlo como un ámbito apropiado para la pedagogía de la naturaleza.
En suma, si bien es cierto que desde la colocación de la piedra fundamental en 2012 han transcurrido siete años, esto recién empieza. Es fundamental nacionalizarlo, porque no hay nada más común a los argentinos que la Constitución, a cuyo amparo y dentro de sus límites precisos, transcurren las vidas de todos nosotros, generación tras generación. Por eso hay que establecer un calendario de actividades que invite a participar, mediante charlas, paneles, exposiciones, a todas las provincias argentinas. Y dar lugar a todos los temas. Es una tarea enorme y desafiante, pero puede hacer de Santa Fe un gran lugar de encuentro para las gentes de un país pleno de diversidades y, por lo tanto, con la potencialidad enriquecedora de los intercambios.
También se abre el desafío de integrar los primeros circuitos de la Organización Nacional, que quedó firme con el Congreso General Constituyente de 1853 y la primera gran reforma de 1860, y la definitiva incorporación de la escindida provincia de Buenos Aires.
El Parque de la Constitución Nacional es, a todas luces, un lugar apropiado y operativo, que nos convoca al trabajo sostenido para crear ciudadanía y tejer tramas integradoras entre las provincias del Estado Federal Argentino.
(*) Secretario de la Asociación Parque Biblioteca de la Constitución Nacional.