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“Está en perfectas condiciones al igual que mi hija Yanina”, dijo la abuela, Mónica Defelice.
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Este miércoles llegó al mundo Milagros Ailén, hija de Yanina (31), la joven que el 1° de abril, domingo de Pascuas, sufrió un asalto en una esquina de barrio Roma. El asaltante de 20 años —hoy detenido bajo prisión preventiva— le puso el arma sobre su panza. La beba, que estaba en el octavo mes de gestación, tuvo a centímetros el frío rigor de la posibilidad de la muerte.
La madre fue salvada por Ariel Castelló, un arquitecto de 42 años que salió a la calle para intentar frustrar el asalto y defender a la joven. Castelló recibió del delincuente un disparo a medio metro de distancia, y murió a los pocos minutos. El caso conmocionó a la ciudad, movilizó a los vecinos de barrio Roma exigiendo justicia y pidiendo acciones contra la ola de robos que padece ese sector de la ciudad.
La beba nació en el Hospital Cullen, por cesárea. “Están muy bien, ella y mi hija Yanina”, dice a El Litoral Mónica Defelice, la abuela de Milagros. Pesó 3,150 kg. “Es gordita”, dice sin ocultar su emoción. Yanina estaba recuperándose ya en sala, aún bajo los efectos de la anestesia.
Al momento de la última comunicación con este medio, Milagros ya estaba en brazos de su madre. Y la beba es, en efecto, hermosa y saludable, de tez clara y ojos color café. El Litoral accedió a una foto pero no se la publica para no exponer públicamente a la menor recién nacida.
“Por precaución, no queremos que se muestren fotos de la beba. Mi hija vivió una situación muy angustiante”, pidió Defelice. “Gracias a él (Castelló) mi hija está bien, fue mamá por tercera vez (tiene dos varones, Axel y Benjamín). Él para nosotros es un héroe”, agradece emocionada la mujer. “Lo que le pasó a este muchacho (Castelló), le pudo haber pasado a ella”.
“Esto de ser un héroe se lo merece y se lo merecerá en nuestra memoria, porque fue un momento muy dramático. Yo soy amiga de toda la familia (del fallecido), ahí en barrio Roma. Somos todos del barrio. Es muy triste todo lo que pasó”, confiesa Defelice.
El nombre de Milagros había sido elegido antes del triste episodio del asalto, por otra situación personal. La tragedia irreparable de la muerte de Ariel Castelló trajo el “milagro” de una vida.