Salomé Crespo
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Alrededor de 12 millones de pesos es lo que necesitan actualmente los representantes de la orden franciscana en Santa Fe para hacer frente a los arreglos de los serios problemas estructurales que presenta el convento, ubicado en el casco histórico de la ciudad. Por estos días y tras tomar estado público la preocupante situación de este emblemático edificio, y el de San Carlos en San Lorenzo, lentamente comienzan a aparecer algunas soluciones.
Oportunamente, los frailes de ambos conventos advirtieron sobre la falta de recursos para solventar la restauración y el mantenimiento de las antiquísimas construcciones, como también para sostener abiertos dichos lugares, declarados monumentos históricos a nivel nacional.
Esta semana, los senadores Hugo Macucci y Armando Traferri presentaron dos proyectos de ley para atender en el corto plazo los inconvenientes de los conventos. Por un lado, en una iniciativa conjunta solicitan que se les otorgue un subsidio mensual para hacer frente a los gastos corrientes de ambos sitios. La suma será designada por el Ejecutivo provincial.
A su vez, el senador por el departamento La Capital, Hugo Marcucci, requiere la declaración del convento de San Francisco como patrimonio cultural de la provincia. Ahora resta esperar el acompañamiento de la cámara en la aprobación de ambas propuestas.
“Los gastos ordinarios están en el orden de los 90 mil o 100 mil pesos mensuales. Lo que proponemos es que se destine un mínimo porcentaje del Fondo de Financiamiento Educativo para el mantenimiento de los conventos”, precisó el senador justicialista por el departamento San Lorenzo, Armando Traferri. Según afirmó, los proyectos ya cuentan con las firmas de 12 legisladores.
El aporte para sustentar “la diaria” representa un verdadero alivio para los frailes. “Con ese subsidio vamos a tener para el mantenimiento mínimo del museo y vamos a pagar un empleado para que se ocupe de hacerlo”, consideró el fray Jorge Stipech, guardián del convento de San Francisco.
Pero el estado general del museo, la residencia y la iglesia es lo que más preocupa al franciscano. Y más aún, la falta de respuesta de parte de los distintos niveles del Estado provincial y nacional en el aporte de fondos para encarar los arreglos de fondo.
Recurrir a Nación
En sucesivas notas publicadas por este medio, en febrero y en marzo de este año, los frailes advirtieron sobre las filtraciones y las humedades que presenta el museo, la iglesia y la residencia. Previamente, a mediados del año pasado, a instancias de la fundación cultural Patrimonium, que trabaja con la orden, obtuvieron la autorización por parte de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos para intervenir el museo de San Francisco. Pero el organismo nacional no hizo ni un solo comentario sobre el aporte de dinero o la gestión de algún subsidio para hacer frente a los arreglos.
“Estimamos en 2 millones de pesos el presupuesto para restaurar el museo. Si bien tenemos el permiso, en el documento que me devolvieron decía que nosotros debíamos conseguir la plata. Y la verdad es que no la tenemos”, lamentó Stipech. En tanto, la cifra estimada para afrontar la restauración de todo el predio se eleva a los 10 millones de pesos.
Ahora el objetivo es, con el acompañamiento de los senadores y otros representantes de la sociedad civil, formar una comisión para gestionar fondos en Nación, según adelantó Stipech a El Litoral.
El arquitecto Jorge Caramés es actualmente asesor de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación. En diálogo con este medio, dijo conocer la situación de San Francisco e hizo referencia al proyecto de restauración del museo.
“Estuvimos en contacto con Patrimonium, fueron los intermediarios ya que trabajan con todas las iglesias de la orden y se encargan de elaborar los documentos de las intervenciones. Con la autorización que se otorgó, tanto la fundación como la orden, deben gestionar los fondos ante la Dirección Nacional de Arquitectura, que es el ente financiero”, detalló el arquitecto. Y dejó claro que “la comisión no dispone dinero, ni le corresponde gestionarlo”.