Nocturnidad: "La interrupción del descanso puede provocar alteraciones orgánicas"
El médico neurólogo fue invitado desde el Concejo Municipal a la audiencia pública para brindar sus conocimientos médicos con respecto al tema de contaminación acústica. No descansar correctamente en un plazo de tiempo sostenido, puede provocar alteraciones físicas y psicológicas.
Nocturnidad: "La interrupción del descanso puede provocar alteraciones orgánicas"
En la audiencia pública sobre nocturnidad, expusieron varios vecinos sobre las alteraciones que significaban en su vida cotidiana no poder dormir por la música fuerte o los ruidos propios de la concentración de personas, provenientes de determinados locales nocturnos. Algunos de ellos, inclusive, estuvieron al borde de las lágrimas cuando hablaban, dejando entrever una frustración importante ante la extensión del problema en el tiempo.
De entre los expositores, se destacó la explicación del neurólogo Hugo Valderrama, quién habló sobre los problemas que puede ocasionar la contaminación acústica en una entrevista con El Litoral.
-¿Por qué hay ruidos que nos pueden estresar, aunque no estemos durmiendo?
-Todos los seres humanos tenemos neuronas, que continuamente están censando amenazas de manera automática, a partir de estímulos que nos llegan como el auditivo. Es un mecanismo evolutivo que nos prepara para atacar o huir. Te prepara inclusive antes de chequear si realmente era una amenaza, porque a veces no hay tiempo cuando realmente lo es.
-¿De qué depende que los ruidos los detecte una persona y no otra?
-De múltiples factores, principalmente de las experiencias previas, el acostumbramiento que pueda tener a esos ruidos y por supuesto de si uno se expone voluntariamente o no. En general es un proceso en el cúal no tenemos control. Cuando los estímulos auditivos son detectados como invasivos por el cerebro, eleva adrenérgicos y cortisol, para estar alertas. Hay patrones universales que es muy difícil que el cerebro los pase por alto, entre ellos, gritos, llantos, estruendos, timbres, bocinas, música a determinado volumen expuestos involuntariamente, o por ejemplo cualquier ruido cercano que pueda estar relacionado a situaciones de inseguridad. La OMS los engloba a todos ellos dentro de la "contaminación acústica", y determinó que es el segundo factor ambiental que produce enfermedades, después de la contaminación ambiental.
Hugo Valderrama expuso en la audiencia sobre nocturnidad.
-¿Cómo puede afectar a nuestro cerebro no dormir correctamente?
-Cuando dormimos el cerebro sigue activo cumpliendo funciones, como recuperar energía, consolidar y fijar información en nuestra memoria, eliminar desechos y regular el sistema inmune. La interrupción del descanso puede producir alteraciones orgánicas. Si estos procesos se interrumpen puede haber consecuencias inmediatas generalmente reversibles, pero también crónicas a largo plazo, dependiendo de la frecuencia e intensidad de las interrupciones.
-¿Cuáles son las consecuencias de estar "mal descansados" al día siguiente?
-Unos de los primeros sectores del cerebro en agotarse es el lóbulo frontal, el que se encuentra detrás de la frente. Entre muchas funciones, es el que intenta poner freno a nuestras conductas impulsivas y también es la central de las funciones ejecutivas, o sea, del razonamiento lógico. Si esto sucede de vez en cuando y luego podemos descansar, las funciones vuelven a recuperar su funcionamiento normal. Por eso, si percibimos ese déficit, podemos alertar a la otra persona, porque sabemos que podemos razonar incorrectamente, tomarnos todo comentario de manera negativa y, a su vez, contestar de manera impulsiva atacando sin sentido. Esto puede repercutir en cualquier actividad del día a día, tanto social como laboral.
-¿Y qué pasa si este déficit se mantiene a largo plazo?
-Se agregan factores de riesgo para enfermedades, como si fuese "números" para salir sorteado en determinadas enfermedades, lo cuál no significa que si o si va a pasar, sino que somos más propensos.
-¿De qué tipo de enfermedades estamos hablando?
-La más frecuente es la ansiedad crónica, la depresión, pero también puede ser Alzheimer, infartos coronarios, gastritis, colon irritable, enfermedades autoinmunes, entre muchas otras.