Carolina G. Betique*
Presentaron el estado del proyecto arquitectónico.
Carolina G. Betique*
El gobernador Antonio Bonfatti y miembros de la Asociación Civil Pro Nueva Catedral se reunieron ayer para dialogar acerca de la posibilidad de culminar la Nueva Catedral de la ciudad. El encuentro tuvo como objetivo poner al tanto a la autoridad provincial del estado actual del proyecto arquitectónico y pedir una colaboración económica para financiar los trabajos que restan para poder licitar las obras.
La asociación civil fue fundada en el 2010 por empresarios y vecinos interesados en terminar un proyecto que, en realidad, data de más de un siglo. Es que el rumor de la construcción de una Nueva Catedral santafesina circula desde 1887, cuando se solicitó a El Vaticano la creación de la diócesis local. Efectivamente, por esa época comenzaron las gestiones para levantar un majestuoso templo que, en principio, se erigiría sobre el edificio colonial de nuestra iglesia matriz (frente a la plaza 25 de Mayo).
El concurso público para la presentación de planos y presupuestos fue en 1888. La premisa era que el diseño ganador debía representar la coronación del progreso alcanzado por Santa Fe en aquellos días de prosperidad. Además, como para el culto católico de fines del siglo XIX la suntuosidad servía para entender la grandeza de Dios, no podían faltar pomposas ornamentaciones.
En 1889, fue aceptada la propuesta del italiano Juan Bautista Arnaldi, quien también proyectó las catedrales de Paraná y Rosario, la Iglesia de Santo Domingo y la Basílica de Guadalupe.
Si bien el financiamiento provincial se conquistó sin problemas, la inoportuna crisis de 1890 impidió cumplir los compromisos asumidos.
Dos años después, mientras la economía argentina intentaba recomponerse, Luciano Leiva fue electo gobernador santafesino. El funcionario propuso trasladar el centro cívico de la ciudad a inmediaciones de plaza San Martín. Como consecuencia, Arnaldi redibujó el plano de la catedral en 1896 y situó el ingreso sobre calle 1º de Mayo.
El esquema general del edificio era de cruz latina, con una cúpula de 65,50 metros soportada por cuatro grupos de columnas de granito en la parte central, y un atrio que se elevaba 15 metros sobre el nivel de la calle. La fachada presentaba estatuas de los 12 apóstoles y dos torres de 22 metros alineadas con otro par de menor altura en la contrafachada. Hacia el cielo, dos imponentes campanarios eran el broche de oro.
En paralelo, el Obispado adquirió con recursos provinciales el terreno comprendido entre 4 de Enero y 1º de Mayo al 2400. Un año después fue bendecida la Piedra Fundacional de la Nueva Catedral y los trabajos fueron adjudicados a la constructora Mai e Hijos.
Si bien no hay consenso acerca de por qué las obras no tuvieron continuidad, se infiere que fue por problemas financieros y de abastecimiento de materiales.
La feligresía de los primeros años aplaudía cada movimiento. No obstante, a partir del 1900 de a poco fue desvaneciendo el entusiasmo y los aportes económicos. El 21 de abril de 1930 la edificación de la Nueva Catedral se detuvo y se decidió terminar sólo el sector con entrada por calle 4 de Enero, donde hoy está la parroquia Sagrado Corazón de Jesús.
Si bien no hay consenso acerca de por qué las obras no tuvieron continuidad, se infiere que fue por problemas financieros y de abastecimiento de materiales. La situación internacional habría resultado clave: la Primera Guerra Mundial impidió la entrada al país de insumos italianos indispensables y la Gran Depresión de 1930 desmanteló la economía. Ello se sumó a que en Santa Fe, al refaccionarse la Casa Gris, el centro cívico fue revalidado en la plaza 25 de Mayo.
En tanto, columnas y arcos romanos quedaron ubicados a cuadras de la peatonal. Este paisaje dio lugar a que distintas generaciones seducidas por las ruinas intentaran sin éxito reactivar la construcción.
De vuelta al ruedo
En 2003, el proyecto fue enviado al arzobispo José María Arancedo, pero como la coyuntura no acompañaba, por la crisis económica y la reciente inundación del Salado, la empresa quedó nuevamente relegada.
Pero Arancedo nunca olvidó la propuesta y hace cinco años sorprendió con el lanzamiento del proyecto 2010-2016 para culminar la Nueva Catedral, aclarando: “No significa que ese año (2016) lo tengamos que ver terminado”.
Tras el anuncio, se llevaron a cabo intercambios entre la Asociación Civil Pro Nueva Catedral (nacida en 2010), las facultades de arquitectura de las universidades Católica de Santa Fe (UCSF) y Nacional del Litoral (UNL), y el Colegio de Arquitectos de la ciudad.
La asociación y la Facultad de Arquitectura de la UCSF formalizaron un convenio en 2011 y se abrió una convocatoria para presentar ideas que retomasen el diseño de 1896 desde una visión contemporánea.
La arquitecta Liliana Rocchetti, integrante del equipo que elaboró el proyecto para la Nueva Catedral, contó que “el desafío fue resolver la catedral como unidad, incorporando la parroquia Sagrado Corazón al diseño completo. Además, la liturgia desde la que Arnaldi pensó la obra fue modificada por el Concilio Vaticano II. Antes de 1965 la misa se daba de espaldas y en latín, y la gente no tenía participación activa. Nosotros nos propusimos recrear ese espacio acorde a nuestro tiempo”.
Según Rocchetti, por falta de financiamiento el proyecto había quedado inconcluso pero hay voluntad de retomarlo.
En mayo de 2012, se preseleccionaron dos propuestas y en febrero de 2013 fue aprobada la planteada por Raúl Pérez, Liliana Rocchetti, María Beatriz Vera Candioti, Ezequiel Belluni, Jorge Alegre, Justo Ezcurra, Virginia Laino y Juan Manuel Pérez. No obstante, debido a la intervención del Arzobispado y de la Asociación Pro Nueva Catedral, tuvieron que hacerse muchos trabajos de ajuste en el diseño y aún falta redondear la versión definitiva.
Según Rocchetti, por falta de financiamiento el proyecto había quedado inconcluso pero hay voluntad de retomarlo. La arquitecta puntualizó que meses atrás, como “había una cantidad de obras que el gobierno nacional iba a seleccionar y apoyar económicamente, se hizo una presentación para hacer el pedido de dinero y justificar el trabajo”. A estas gestiones, ahora se suma la reunión de ayer con el gobernador.
Mientras tanto, en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, se expone una gigantografía que alude a la Nueva Catedral bajo el lema: “Encuentro con el pasado, compromiso con el presente, orgullo santafesino para siempre”.
De templo religioso a escenario cultural
Según el músico Leonardo Ramallo, el Patio Catedral es el “lugar más bonito para tocar que tenemos en Santa Fe”. Y, en palabras del fotógrafo José Gunsett, “cada rincón de las ruinas es espectacular, da la sensación de que de pronto se viaja en el tiempo”.
El predio eclesiástico se transformó en escenario para espectáculos locales, nacionales e internacionales en abril de 1990, cuando fue cedido en préstamo a la provincia, producto de un convenio con el Arzobispado. Fue entonces que columnas, capiteles, portones y boletería fueron ubicados estratégicamente bajo la directiva del arquitecto Humberto Terezziani.
Si bien el acuerdo se selló por 10 años y fue ratificado en 1991 y ampliado en 1993, el 31 de marzo de 1999 fue rescindido unilateralmente. En junio, se cerraron las rejas por orden del arzobispo Edgardo Storni y se levantó un paredón sobre la línea de edificación.
La clausura del anfiteatro generó gran reprobación social. En 2001, cuando El Litoral publicó una nota referente al abandono de la propiedad, el párroco Marcelo Mateo aclaró en respuesta a las críticas recibidas: “La gente debe entender que eso no es un patio cultural sino una iglesia que no se terminó”.
No obstante, nueve años después, en sincronía con el planteo de continuar la obra inconclusa, la parroquia Sagrado Corazón de Jesús firmó un convenio con la Municipalidad, el tapial fue derribado y se realizaron tareas de acondicionamiento para recuperar el Patio Catedral. Desde septiembre de 2010, el solar está a disposición para organizar actividades culturales y educativas.
Jamás desistir, el legado de Gelabert y Crespo
Hasta 1897, la ciudad dependió de la Diócesis de Paraná. La Diócesis de Santa Fe de la Vera Cruz (elevada a arquidiócesis en 1934) fue creada por la Bula In Petri Cathedra del Papa León XIII.
Un mes antes de que llegara el comunicado oficial de la emancipación, el entonces obispo de Paraná, José María Gelabert y Crespo bendijo la Piedra Fundamental de la Nueva Catedral, proclamando: “El presente nos sonríe mostrándonos ya a nuestra Santa Fe próxima a ser designada cabeza de un nuevo obispado, cuyo nombre ha de llevar. Este encumbramiento al rango de Ciudad Episcopal impone la necesidad y el deber de construir un templo exclusivamente destinado para catedral”.
En el mismo discurso, la autoridad religiosa precisó: “Comprendemos la magnitud de la empresa que vamos a acometer y no se nos ocultan las múltiples y serias dificultades que han de salirnos al paso, antes de llegar a su terminación; pero sean las que fueren, contando con el auxilio de Dios, jamás desistiremos de nuestros propósitos hasta alcanzar el principal templo de la nueva diócesis”.
*Taller de Especialización I: Redacción
Licenciatura en Comunicación Social (Uner)