Viernes 6.11.2020
/Última actualización 18:31
Un nuevo descenso del nivel del río Paraná se avecina y dejaría en evidencia un salto de agua poco común en el corazón de la laguna Setúbal, advierten especialistas de la Facultad de Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral. Se trata de un fenómeno natural que se produciría cuando en un tramo de este curso fluvial, por causa de un fuerte desnivel del lecho, el agua caería verticalmente por efecto de la gravedad. Las caídas de agua se consideran uno de los fenómenos más bellos de la naturaleza. Sin embargo, de producirse en la Setúbal, en este caso la caída sería leve, apenas perceptible. Su magnitud dependerá del nivel de descenso del Paraná.
Geólogos, ingenieros hídricos y antropólogos -entre otras disciplinas científicas- vienen estudiando el comportamiento del río y del suelo lagunar en particular desde el inicio de esta bajante histórica. La misma lleva más de un año con niveles por debajo de los 3 metros, y picos de descenso de hasta 0,48 metros, como ocurrió el 21 de mayo pasado.
"Los saltos de agua se podrán ver desde la costa, ubicándose en la Costanera Oeste a la altura de El Faro y mirando hacia el noreste", explica el geólogo Carlos Ramonell, desde el Laboratorio de Sedimentología (FICH UNL). "No será una línea recta sino con forma variada. Y también está interferida por la presencia de algunos pozos de dragado".
-¿Cómo se produce el fenómeno de los saltos de agua en la Setúbal?
-Son antiguos sedimentos decamilenarios que en la actualidad no están cubiertos por fangos blandos y por lo tanto son más resistentes a la erosión. Así se forman estos saltos -continúa la descripción del fenómeno el especialista.
Este viernes el río Paraná mide 0,70 metros en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe, siendo que la altura promedio para esta fecha es de 3,55 metros. "Estos saltos se podrán ver cuando descienda unos 15 centímetros más", advierte Ramonell. "Y si baja aun más el fenómeno se irá magnificando".
La referencia más cercana en el tiempo y en distancia son las cascadas que se formaron sobre el arroyo Colastiné, que El Litoral mostró desde sus plataformas en abril pasado. Ese salto de agua se ubica sobre el arroyo Colastiné, entre la autopista a Rosario y la vieja ruta nacional 11, a pocos kilómetros de su desembocadura en el río Coronda, al sur de esta ciudad homónima. El fenómeno se puede observar en gran parte del año y es un punto atractivo para la pesca deportiva.
Fernando Nicola (Drone) Bajante. Testigos de una época son los santafesinos que durante todo este año pudieron observar la geografía de la Setúbal como pocas veces en su historia se permite, debido a la bajante del Paraná.Bajante. Testigos de una época son los santafesinos que durante todo este año pudieron observar la geografía de la Setúbal como pocas veces en su historia se permite, debido a la bajante del Paraná.Foto: Fernando Nicola (Drone)
Cabe mencionar que el punto de medición de altura del Paraná ubicado en el Dique II del Puerto es cuestionado por algunos especialistas. Éstos argumentan que dicho hidrómetro no se encuentra sobre el cauce principal del río, sino sobre el río Santa Fe, que además de ser un afluente también recibe descargas de los Saladillos Dulce y Amargo, a través de la laguna Setúbal. Más allá de ello, el del Puerto es hoy el punto de medición oficial para la Prefectura Naval Argentina, luego del puerto de la ciudad de Paraná. Y dichos registros son tenidos en cuenta a la hora de declarar el nivel de alerta (5,30 m.) y de evacuación (5,70 m.) en la ciudad. "Para tener mayor precisión habría que trasladar ese dato de nivel del río a un dato del caudal real de agua que pasa", dice Ramonell.
Hecha esta aclaración, lo cierto es que según el pronóstico del Instituto Nacional del Agua (INA) para los próximos días, se aguarda un nuevo descenso del nivel del río Paraná en nuestra zona, por lo que la laguna Setúbal – que es un afluente- volverá a "secarse", con la marcada delimitación del serpenteante canal principal y de esos grandes manchones de limos y arcillas que ya habían emergido en mayo pasado. Los mismos son parte del suelo lagunar y saldrán a la superficie nuevamente. Incluso por estos días ya comenzaron a aparecer sobre la zona frente a El Faro de la Costanera Oeste.
Según las previsiones de los especialistas del INA, a mediados de noviembre el río Paraná podría descender en Santa Fe a hasta un mínimo pronosticado en 0,55 metros. "Las perspectivas a corto plazo siguen siendo desfavorables", señala el informe de dicho instituto encargado de analizar el comportamiento del Paraná, ya que en los próximos días "no se esperan eventos (lluvias) que puedan aliviar sensiblemente la situación de escasez y bajante que predomina en la región". Y además, la tendencia climática hacia mediados de enero 2021 también "sigue siendo desfavorable", señala el informe, lo que no permitirá "una recuperación franca en los próximos tres meses".
"No cruzar la laguna caminando"
La primera advertencia, entonces, es "que la gente no intente cruzar la laguna caminando", dice Ramonell. Lo mismo habían reclamando desde dicho organismo académico la vez anterior -en agosto- cuando se ahogaron dos personas que se habían aventurado a cruzarla. El peligro está latente por la presencia de grandes pozos profundos que se formaron cuando se dragó la laguna en diferentes zonas. Hoy dichos pozos contienen fangos muy blandos de depositación reciente que al pisarlos provocan que la persona se hunda y al intentar salir se genera un "efecto sopapa" que lo dificulta.
Bajante similar, pero distintas
Más adelante, Ramonell explicó que con niveles hidrológicos bajos similares a los registrados en meses anteriores, puede llegar a suceder que a simple vista la laguna parezca más seca. Esto se debe a que "las conexiones con las que el cauce principal del Paraná va alimentando al San Javier, que luego terminará en el Arroyo Leyes y en la Setúbal, se encuentran más tapiadas por sedimentos que se fueron acumulando en todo este tiempo y por la vegetación, que como es habitual, ha proliferado y eclosionado durante la primavera". De esta forma, "en el cauce principal se registran los mismos niveles de agua que la vez anterior pero en los marginales puede haber menos".