Luego de las cuestiones protocolares, comenzaron con el movimiento de tierras y tareas aledañas para concretar el nuevo puente que conectará Santa Fe con Santo Tomé.
Tras la firma del contrato y el acto protocolar encabezado por Pullaro, esta semana se llevaban a cabo tareas con retroexcavadoras al sur del Carretero. El viaducto tendrá 1.324 metros de longitud.
Luego de las cuestiones protocolares, comenzaron con el movimiento de tierras y tareas aledañas para concretar el nuevo puente que conectará Santa Fe con Santo Tomé.
Como estaba previsto, los trabajos se llevaban a cabo al sur del viejo Carretero y este martes se pudieron ver las pesadas máquinas haciendo su labor.
El drone de El Litoral recorrió la zona, notó la presencia de operarios de la UTE que ganó la licitación y ya se dedica a las primeras tareas en la zona del río Salado.
Sin interrumpir el tránsito, los trabajadores encaraban tareas de movimiento de suelo y todo lo necesario para comenzar a colocar los pilotes.
Como se recordará, la obra fue adjudicada a la empresa Pietroboni (UTE Lemiro Petroboni SA, SE.MI.SA, Cocivial SA) por $ 39.811 millones, financiados íntegramente por el Gobierno de la Provincia de Santa Fe.
Los trabajos contemplan tres sectores, siendo dos de ellos las cabeceras y obras aledañas en la localidad de Santo Tomé y Santa Fe, y el restante el puente propiamente dicho sobre el Río Salado.
El puente existente facilitará -con dos carriles- el ingreso del tráfico a la ciudad de Santo Tomé, mientras que el nuevo puente se destinará a facilitar el cruce hacia la ciudad de Santa Fe -también con dos carriles-.
El viaducto tendrá 1.324 metros de longitud. Estará al sur y en paralelo al actual puente. La obra contempla la construcción de los accesos en ambas cabeceras, bicisendas y numerosas obras complementarias que mejorarán la circulación vehicular, haciéndola más segura.
La construcción del nuevo puente tendrá cuatro frentes de trabajo que estarán abiertos de forma permanente: uno sobre la cabecera de Santa Fe, otra sobre el ingreso al puente en Santo Tomé y dos más sobre el lecho del río Salado, donde se construirá el puente en sí.
Sobre la cabecera de Santa Fe, se va a demoler el pavimento de hormigón existente, que cuenta con numerosa cantidad de bacheos y losas deterioradas.
Luego se dos calzadas de 9,30 m de ancho (dos carriles de 3,65 metros de ancho y una banquina de 2 metros de ancho), una de ellas sobre el terraplén existente (prácticamente coincidente con el pavimento que se demuele) y la otra sobre un terraplén que se prevé construir al norte del existente.
También habrá obras complementarias como iluminación, parquización, construcción de bicisenda, entre otras.
Sobre la cabecera de Santo Tomé, se hará una reconversión del sentido del tránsito existente.
A grandes rasgos, se puede resumir en un impedimento del giro a la izquierda por calle Mitre para la mano que circula desde Santa Fe hacia Santo Tomé, y el cambio de sentido de Avenida Mitre en las últimas dos cuadras antes de llegar a la Avenida 7 de Marzo (ingreso al puente Carretero) convirtiéndola en sentido único en sentido sur-norte.
En cuanto al sector del puente, contará con una longitud de 1.300 metros. El proyecto incluye también la protección contra erosión del estribo. Además, se contempla la iluminación de todo el puente, la colocación de defensas metálicas y barandas.
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