La planta de reciclado de basura de B° Cabal es otra de las obras nacionales paralizadas en Santa Fe
Está ubicada junto al Camino Viejo a Esperanza. Es una obra del Movimiento de Trabajadores Excluidos financiada por la Nación. Dejaron de girar los fondos y quedó al 70 por ciento de avance. Temen por el robo de materiales y maquinarias.
La planta de reciclado quedó en un 70 por ciento de avance de obra. Mauricio Garín
La Planta de Transferencia de Materiales Reciclables que estaban levantando los miembros del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) en barrio Cabal es otra de las obras públicas que quedaron paralizadas en la ciudad de Santa Fe, tras la decisión del gobierno nacional de dejar de financiarlas. A esta se le suman 13 obras públicas que eran financiadas por la Nación, a través de acuerdos con la Municipalidad de Santa Fe. Todas están paralizadas.
La planta de reciclado ubicada en el postergado noroeste santafesino era construida por los trabajadores del Movimiento que habían creado una cooperativa (Construir Trabajo Limitado) para llevarla a cabo, a través de un convenio firmado con la Secretaría de Integración Socio Urbana de la Nación. Y son los mismos que el día que la terminen, la utilizarán para reciclar los residuos de cartón, aluminio y plásticos PET que se generan en la ciudad, para luego venderlos y lograr así un sustento de vida.
Otra vista de la planta, cuya obra quedó paralizada. Mauricio Garín
La idea es recepcionar los residuos recuperables que levantan los recolectores. El cartón -por ejemplo- se procesa, se enfarda, prensa y acopia, y luego se lo vende a las industrias sin intermediarios. De esta forma la ganancia es mayor y beneficia de forma directa a unos 100 recicladores, e indirectamente a otras 400 personas que recolectan el material.
Se trata de un galpón de grandes dimensiones ubicado junto al Camino Viejo a Esperanza (calle Menchaca) y Hernandarias. La impresionante estructura contrasta con las casitas sociales bajas que fueron levantadas por Los Sin Techo, en medio de las calles de tierra con zanjón a cielo abierto. Una zona de la ciudad que desde hace años espera obras de infraestructura urbana para crecer, que es habitada en su mayoría por cuentapropistas, gente de oficios, changarines y excluidos. Allí a donde también se había comenzado a entubar un antiguo zanjón de desagüe pluvial que viaja hacia el reservorio, sobre el que luego construirían un gran bulevar con cantero central y doble carril. Esa otra obra también quedó paralizada por la falta de fondos nacionales. Sólo se concretaron 700 metros. El zanjón está lleno de basura. Y los vecinos están desesperanzados.
Está en la zona del Camino Viejo a Esperanza, otra obra paralizada. Mauricio Garín
La obra de la planta de reciclado se inició el 31 de julio del año y en un año debía estar terminada. “La paramos en febrero por falta de fondos”, se lamenta Soledad Díaz, desde el MTE. “Así que además de no tener la obra terminada, 300 compañeros se quedaron sin trabajo”, agrega. “La obra quedó en un 70 por ciento de avance”, cuenta. “En febrero certificamos un 32 por ciento para continuar y todavía estamos a la espera del tercer desembolso de fondos que tiene que realizar la Nación para poder continuarla”, agrega, y explica: “El cambio de gobierno nacional nos congeló la plata. Lo que no se explica es que no nos giren los fondos, porque tenemos aprobada la rendición contable correspondiente”.
Cuando se inició la construcción de la Planta se había generado cierta tensión con los vecinos, ya que la misma es levantada en un terreno en el que un tiempo antes habían comenzado a instalar juegos con la pretensión de que sea una plaza. Pero dicho terreno es uno de los tantos registrados en el Relevamiento Nacional de Barrios Populares (Renabap), declarados “de utilidad pública” por ley nacional (Nº 27.453), destinados para proyectos de integración socio urbana. La construcción del galpón contempló entonces un espacio con juegos infantiles para los vecinos.
Muchos vecinos del lugar subsisten gracias al reciclado. Mauricio Garín
Desde hace unos meses atrás, los miembros del MTE vienen realizando distintas gestiones para intentar activar la obra y terminarla. Por un lado, insisten ante el gobierno nacional que les “entregue el dinero que ya estaba destinado para la obra, porque la plata estaba”, dice Díaz. Para ello “falta la firma de Caputo (Luis, ministro de Economía)”.
Los fondos para esta obra -y otras obras- provienen del Fideicomiso para la Integración Sociourbana (FISU). “Eran deducidos de un porcentaje del impuesto PAIS al dólar, que luego se redujo mucho”, dice Díaz. Pero “esos fondos están disponibles, sólo que el ministro Caputo no firma para que los giren y estamos a la espera desde hace meses”.
Maqueta. Así será la planta, el día que la terminen. Mauricio Garín
Pedido
En paralelo, los representantes del MTE realizaron distintas gestiones ante los gobiernos provincial y municipal en busca de alternativas de financiación, “pero hasta el momento nos dijeron que no tienen la plata suficiente para poder terminar esta obra”, dice Díaz. “Estamos organizándonos con las demás cooperativas de la ciudad que tienen obras paralizadas para hacer llegar los reclamos a la Municipalidad y que nos apoye en el reclamo ante la Nación, porque son todas obras que benefician a los vecinos y vecinas de la ciudad, y dan trabajo y movimiento económico a la gente”.
Este zanjón iba a ser entubado para construirle encima un bulevar. Sólo se concretaron 700 metros, al norte de este sector que se ve en la imagen. Mauricio Garín
Además de la planta recicladora, el MTE venía realizando dos obras de conexiones intra domicilairias de electricidad y agua, y la construcción de veredas en los barrios Santa Marta y Los Hornos. Dichas obras también “están certificadas al 60 por ciento. Estamos a la espera de los desembolsos para continuar”, explican desde el movimiento.
La estimación es que precisan unos 17 millones de pesos para poder finalizar la mayor parte de lo que falta de la obra, lo que permitiría el comienzo del funcionamiento de la planta recicladora de residuos. “Lo vemos complicado”, confiesa Díaz, “porque además este gobierno no ve con buenos ojos a la economía popular”.
Vista de la maqueta del galpón a terminar, con la plaza de juegos en la esquina. Mauricio Garín
En el mientras tanto, el temor que tienen los miembros del MTE es el saqueo de los materiales y herramientas que guardan en el sector del galpón más chico que ya fue construido. “No hay plata para pagar serenos, pero queremos preservar lo que hay”, dice Díaz. Mientras esperan poder terminar la construcción de la planta recicladora, las tareas de la cooperativa se realizan en otro galpón ubicado en calle San Juan 1270, en barrio San Lorenzo.
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