Comenzó diciembre y el calor se empieza a sentir con mayor intensidad. El sol y sus rayos ultravioletas ponen en alerta al cuidado de la piel. Pareciera que esta época propiciara la importancia de los protectores solares, suponiendo que no fuera necesario protegerse del sol durante todo el año. Sin embargo, hoy los protectores solares no son objeto de políticas de Estado; es decir, no están contemplados por ninguna prepaga ni obra social. El tema parece encerrar una paradoja: son de vital importancia para la salud de la piel, pero se consideran elementos de estética o de uso personal.
Además, la última lista de Precios Cuidados —fechada el 10 de septiembre de este año y válida hasta el 7 de enero del año próximo— no contempla entre sus productos ninguna marca de protector solar. Es cierto que, según el calendario, el verano inicia el 21 de diciembre. Pero los rayos ultravioletas empiezan a hacer mella desde antes que el verano “entre en vigencia”.
Los protectores solares dermatológicos son la principal defensa contra el cáncer de piel, que a su vez es uno de los más frecuentes en las personas. Entonces, no se explica cómo un elemento tan importante para la salud no aparezca en la lista de precios cuidados. Más aún luego de haber tenido un aumento del 400% en el último año: en un supermercado puede oscilar los mil pesos.
La dermatóloga Nuria Ferrera (Mat. N° 5935) advierte que los protectores solares “debieran usarse todo el año, más allá del verano y aunque el día esté nublado”. Por eso, “sería bueno que lo pudieran cubrir las obras sociales. Más allá de esto, hay cremas que son para tratamientos como acné, rosácea (enrojecimiento de la piel) y otras patologías que tampoco entran por obra social. Cuesta muchísimo que las incluyan, y todavía más cuesta que se los incorporen en Precios Cuidados”.
Necesidad de proteger la piel
El protector solar es un elemento verdaderamente necesario para proteger de las enfermedades de la piel, y es también necesario poner en valor lo que significa para la salud humana. “No es un producto de estética sino un medicamento preventivo, que debiera utilizarse en todas las edades, durante todo el año y en diversos momentos del día”, afirmó Ferrera. Pero en estos tiempos, esa necesidad de protección y prevención choca contra la realidad económica inflacionaria.
Con relación a esto, la especialista comentó que el protector solar “no es algo aislado, todos los medicamentos escalaron. No es que este producto escaló por ser considerado un elemento de estética. Así como es exponencial el crecimiento del precio del protector, también es exponencial el crecimiento del cáncer de piel”, advirtió.
Además, la dermatóloga se detuvo en la importancia de distinguir aquellos protectores solares que son dermatológicos de aquellos que no lo son y que, por lo tanto, no protegen de igual manera a la piel. “La gente, por abaratar, muchas veces no va a la farmacia que es donde están los protectores solares dermatológicos, sino que va las góndolas del supermercado y compra protectores que son más baratos pero no protegen, porque no son dermatológicos”.
Expresó su desazón respecto un caso particular reciente: “En uno de los últimos años, el único protector incluido en el Plan Médico Obligatorio (PMO) fue uno de los peores que hay, de más baja calidad en cuanto a prevención”. Pero la especialista se permitió un gesto de optimismo: “Gracias a Dios, cada vez hay más conciencia del cuidado de la piel, año tras año”.
“Año a año hay un crecimiento en los casos de cáncer de piel en el mundo, por encima de cualquier otro tipo de cáncer. Además, cada vez en edades menores. Al melanoma, que es el cáncer de piel maligno más invasivo, antes lo veíamos en personas de más de 50 años. Hoy en día lo vemos en personas de 30 ó 40 años”, dijo Ferrera, que además de ser dermatóloga es diplomada en Dermatología Oncológica.
Existen factores de riesgo que propician las posibilidades de contraer cáncer y están “a la vuelta de la esquina”, como por ejemplo quedarse dormido una tarde al sol. “Los antecedentes de quemaduras, de insolaciones que uno tiene en la infancia y en la adolescencia, además del uso de la cama solar, son marcas que se consideran factores de riesgos para tener un melanoma más adelante. Dentro de los protectores solares hay nacionales e importados: de los nacionales, existen marcas conocidas que, si bien no son tan baratas, son accesibles. Sobre todo si pensamos en la importancia del producto y para lo que nos previene. Deberíamos apuntar a que las obras sociales cubran estos productos como una política de estado, expresó la dermatóloga.
En consonancia con esto último, la especialista contó un mecanismo por el cual los pacientes pueden acceder a precios más bajos. “Los laboratorios otorgan a los dermatólogos cuponeras de descuento para los pacientes, pero ¿por qué es algo que corre por cuenta de los laboratorios, cuando lo debiera brindar el Estado?”, se preguntó Ferrera.
“Lo que buscamos los dermatólogos es brindar opciones de mercado que no sean tan caras pero que sean siempre protectores dermatológicos, de calidad y que aseguren una protección para la piel”, comentó Ferrera, con relación al valor económico del producto y a la necesidad de proteger la piel. La especialista también explicó el caso de una sustancia que, además de proteger, tiene propiedades curativas: “Existe un tipo de protector que, además de proteger la piel, tiene una sustancia llamada fotoliasa. Esta última ofrece tratamiento de ‘queratosis actínicas’, lesiones premalignas en la piel. Esto, que es un tratamiento médico, tampoco es contemplado por las obras sociales, y se vende a un precio que oscila los mil pesos”.
La dermatóloga valora el cuidado de la piel y, en consonancia con esto, a los protectores solares en su justa medida y total dimensión. “Teniendo en cuenta que vienen envases que son grandes, que son para toda la familia, y que sirven para cuidarnos del cáncer de piel, quizás no sea un precio tan caro. Es también un poco darle la jerarquía que medicamento tiene”, concluyó.
“Los protectores solares debieran usarse todo el año, más allá del verano y aunque esté el día nublado. Sería bueno que lo pudieran cubrir las obras sociales. Más allá de esto, hay cremas que son para tratamientos como acné, rosácea y otras patologías que tampoco entran por obra social. Cuesta muchísimo que las incluyan, y todavía más cuesta que se lo incorporen en Precios Cuidados” Nuria Ferrera. Médica dermatóloga diplomada en Dermatología Oncológica