En la semana trascendió un video por redes sociales que generó indignación y náuseas en buena parte de la población de Santo Tomé. El epígrafe de la filmación casera señalaba que lo que se veía en las imágenes era el resultado de un operativo de decomiso desarrollado en una rotisería céntrica de la ciudad, Master Chef, ubicada en la zona conocida como Las 5 Esquinas.
Lo captado era más que elocuente. Pisos supuestamente blancos con grandes costras oscuras de grasa seca; ollas y otros utensilios de cocina en pleno uso y tapados de vieja suciedad; pequeñas cucarachas caminando por todo el lugar; hasta heladeras enteras llenas de tuppers en condiciones dudosas y comida suelta visiblemente deteriorada. Frente a lo contundente de lo registrado, el Litoral consultó a la Municipalidad de Santo Tomé la veracidad de los hechos, y confirmaron lo trascendido.
Sobre lo filmado por un celular, la directora de Gestión Ambiental y Control Alimentario, María Marta Durelli, precisó que lo difundido por algún desconocido es el fruto de una auditoría realizada por agentes pertenecientes a la Oficina de Auditorias y Control Alimentario del municipio el martes 9 de marzo. A las 11.30, un equipo integrado por dos personas del área, junto a dos agentes de Policía Municipal y tres policías de la provincia, se presentaron en la rotisería ubicada en las cercanías de la intersección de las avenidas Luján y 7 de Marzo, con la correspondiente autorización para efectuar el procedimiento.
"Cuando entramos al comercio de comidas para llevar, de inmediato se notaron condiciones deplorables en todos los aspectos. La higiene directamente no existía ni siquiera en el espacio de comercialización al público, mucho menos en el lugar de elaboración de alimentos, en el baño, el patio y demás", sostuvo la funcionaria. Tal como describió Durelli "había grasa por todos lados, cucarachas, telas de araña, y los pisos estaban patinosos por la grasa acumulada; las heladeras llenas de comida, gran parte de ella en muy mal estado de conservación; los utensilios de cocina, los hornos, la freidora, todo en un estado de abandono higiénico que da cuenta de una acumulación de meses de no limpiar y desinfectar".
En total se decomisaron más de 50 kilos de mercadería en mal estado. Se clausuró el lugar y se le requirió al propietario que realice modificaciones para poder reabrir sus puertas. Entre ellas arreglos edilicios, limpieza y desinfección profunda, desinsectación y otra seria de pedidos más específicos. Más allá de la importancia del operativo, lo sucedido en este local no es nada nuevo.
"Hace dos años habíamos hecho otra clausura por lo mismo. El comercio es reincidente. Después de esa primera vez, el propietario hizo las modificaciones solicitadas y pudo volver a abrir, pero por la pandemia y el cese temporal de los operativos no pudimos continuar con el seguimiento hasta ahora", detalló la directora.
Por sus antecedentes, este local gastronómico estaba en la agenda de los puntos a intervenir ni bien se vaya normalizando la actividad en el área. Y así fue. "Usualmente a este tipo de acciones vamos acompañados por la Policía porque a nadie le gusta que el organismo de control venga a clausurar su negocio. Indudablemente lo encontrado nos sorprendió a todos", concluyó.