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Se trata del Rigel, un arenero que desapareció de la superficie en 2002. Desde entonces hay una boya que indica “barco hundido”.
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Quienes visiten por estos días el Puerto de Santa Fe se encontrarán con un par de grúas flotantes de gran porte que operan en el Dique I. Se trata de un operativo de rescate de un buque arenero que se hundió en 2002. Tras 16 años de espera, finalmente comenzaron las tareas para quitar del fondo del río este gigante de acero.
El buque arenero Rigel se hundió la mañana del viernes 11 de enero de 2002, en el extremo oeste de ingreso al Dique I del Puerto, cuando se encontraba amarrado a la costa. Por entonces era un buque semi abandonado que no prestaba servicio.
Según consta en un sumario administrativo de la Prefectura Naval Argentina mediante una “inspección ocular” no se pudieron detectar averías en la nave “estimando que las causas del hundimiento se deben al rápido repunte de la altura del río —señala el documento—, lo que no permitió despegar el casco del fondo, provocando el ingreso de agua por los accesos a la sala de máquinas”.
Así, el casco de acero apoyó sus 46,56 metros de eslora, 9 metros de manga y 3,23 metros de puntal sobre el fondo del dique y desapareció por completo de la superficie, a unos cuatro metros de distancia en paralelo al muelle, con una escora de 7° a estribor.
Intentan reflotar un barco hundido en el Dique I
Prefectura colocó en el lugar la correspondiente boya de alerta de “barco hundido” y cuando el río estaba bajo aparecía sobre la superficie la Timonera del Rigel. El paso del tiempo hizo lo suyo y el casco sufrió las consecuencias.
Ahora, los operarios inyectan aire para reflotar el casco y desde mañana comenzarían las tareas para levantarlo mediante una grúa flotante. Se trata de una millonaria inversión de rescate de un casco que hoy genera un daño ambiental.