El cigarrillo es la causa por la que muchos adultos pueden contraer Epoc. Pero también puede diagnosticarse en niños, como es el caso de Un chico de Recreo.
Bautista Olivares tiene 11 años. Nació el 14 de octubre de 2001, con ocho meses de gestación. Al año y medio, luego de pasar por varias internaciones y una hemorragia pulmonar al mes de vida, le diagnosticaron Epoc. Hoy, no realiza una vida como cualquier chico de su edad. No debe correr ni andar en bicicleta, y hasta debe evitar llorar o reirse a carcajadas. “Son acciones que le insumen más aire y que podrían generarle una crisis”, explicó su mamá Elizabeth Díaz.
A los 3 años, Bautista fue conectado a una mochila de oxígeno. Gracias al avance de la medicina ya no la usa; pero el riesgo de vida sigue siendo el mismo. “Él es paciente del Garrahan. Allí nos dijeron que por más que lo veamos bien, nuestro hijo no está bien. Tiene que cuidarse mucho”, refirió la madre.
Sobre el tratamiento que recibe el niño en la actualidad, dijo que cada 15 días le colocan una vacuna que le requiere internación y a diario una dosis de corticoide. Una vez por mes, la aplicación se la realizan en Buenos Aires. “Llevamos 1 año y medio de tratamiento. Esa vacuna que le colocan es muy costosa, pero realmente cambió su vida. Cada vacuna sale 6.000 pesos, que por suerte nos reconoce el Iapos. Ojalá todos los chicos que tienen Epoc puedan aplicársela porque realmente es muy buena”.
El tiempo de este tratamiento es incierto, y Elizabeth prefiere vivir el día a día. “Sabemos que va a ser por muchos años, pero como la medicina avanza tan rápido... veremos qué pasa”, dijo.
Al finalizar la entrevista con El Litoral, Bautista pidió la palabra para expresar Un deseo: “Que todos los chicos que tienen Epoc puedan acceder a esta vacuna. Yo mejoré muchísimo. Me ayudan a abrir bien los pulmones y puedo respirar mejor”.