No eran cientas, eran miles. Adolescentes, jóvenes, adultas, con hijos, en grupos de amigas, con los pañuelos verdes y lilas en las muñecas o colgados en las mochilas. “Nos matan, nos descuartizan, nos asan; marchá, no te quedés en tu casa”, era la arenga sin medias tintas en una de las pancartas. El “efecto Fátima”, la joven de Paraná asesinada, se hizo sentir en forma conmovedora. Esas miles marcharon este lunes en la ciudad, como una legión embravecida, clamando por más igualdad de género, por más derechos, por menos violencia machista y por un freno a los femicidios.
Las columnas humanas se fueron armando desde la Plaza San Martín, frente el Ministerio de Seguridad. Marcharon por Urquiza hacia el sur, hasta la Legislatura, Tribunales y Casa de Gobierno. Fue en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemoró este domingo y que copó muchas calles del país este lunes. Los megáfonos tronaban, los cánticos eran estridentes; la masa avanzaba decidida.
Adónde está parada la sociedad actual respecto de las conquistas y la ampliación de derechos de las mujeres y del colectivo LGTBIQ+ —que se sumó a la movilización— era uno de los interrogantes, más allá de los truculentos femicidios acontecidos en las últimas semanas. Para Claudia Catalín, integrante de la Mesa Ni Una Menos Santa Fe, se necesitan “más políticas públicas que protejan a las mujeres, con presupuestos acordes; leyes en todos los rubros que nos hagan iguales en ejercicio de derechos, y que contrarresten la violencia que estamos viviendo a diario como sociedad, particularmente las mujeres”, le dijo a El Litoral.
Pero también se necesita un Poder Judicial “que no llegue tarde, sobre el hecho consumado (en alusión al caso del femicidio de Fátima Acevedo, y tantos otros), y que tome medidas de prevención, como las restricciones, que muchas veces no alcanzan, o bien no hay un control policial necesario como para que una mujer se sienta protegida”. También se refirió a que no se dictan prisiones preventivas suficientes —o a tiempo—, “que sean acordes al caso y a la peligrosidad en la que se ve amenazada una mujer”. Los tres poderes deben hacer su parte, enfatizó la referente.
Marcha por el #8M en Santa Fe
“Es inevitable hablar de que las estadísticas enlutan todos los días el número de muertas por femicidas. Esto nos pone hoy en la calle, nos preocupa y nos agobia. Aquí estamos, exigiendo más derechos, porque falta mucho: cada 23 horas aparece una mujer muerta; el año pasado era cada 30 horas, o sea que los promedios cada vez son más alarmantes. Nos debemos una profunda reflexión como sociedad en su conjunto, desde las primeras infancias, comenzando con la Educación Sexual Integral (ESI)”, insistió Catalín.
Para Alejandra Ironici, también integrante de la Mesa y del colectivo LGTBIQ+, hubo algunos avances en el acompañamiento del Estado, pero falta. “Y falta despertar, sobre todo, la empatía social de nuestra comunidad, y la visibilización: porque así como hay femicidios, hay mujeres travestis asesinadas y cuyos casos no tienen sentencia ni fallo. La Justicia es una ‘pata’ fundamental, pero hoy no está dando respuesta, al igual que el Estado. Lamentablemente, toda vez que damos un paso, el machismo mata a una mujer”. Pese a todo, “estamos más empoderadas que nunca y no tenemos miedo”, afirmó con convicción.
En la lucha feminista, el factor sociocultural es determinante. Y los cambios que se necesitan en esta esfera también están en discusión. Durante el #8M, ¿era lógico decir “feliz día” a una mujer por su sola condición de tal? Para Catalín, el Día de la Mujer debe ser “un día de reflexión y de movilización” en reclamo de más derechos e igualdad.
“Todos los procesos sociales y culturales son lentos y demandan mucho trabajo. Pero a lo mejor, si retrocedemos cinco años en el tiempo, no se interpretaba que ‘no estaba bien’ que nos dijeran feliz día. Ahora, afortunadamente ya hay mucha gente que se da cuenta de que no es un ‘feliz día’”, opinó la integrante de la Mesa Ni Una Menos Santa Fe.