Advierten por pesca indiscriminada en plena costanera de Santa Fe
En las imágenes se observan dos jóvenes pescadores en la orilla de la Laguna Setúbal con tres ejemplares juveniles de dorados muertos. La especie está protegida por ley y solo se autoriza la pesca deportiva con devolución. Con el río en niveles normales, la fauna ictícola está en plena recuperación tras largos años de bajante.
Advierten por pesca indiscriminada en plena costanera de Santa Fe
La pesca del Dorado (Salminus brasiliensis) está prohibida con fines comerciales, de acopio, venta, tenencia y tránsito en todo el territorio de la provincia de Santa Fe, según lo define la Ley 12.722. La misma normativa declara a esta especie como "Pez Turístico Provincial".
Este lunes por la tarde, en imágenes que llegaron a la redacción del diario, se observa a dos jóvenes pescando en la orilla oeste de la Laguna Setúbal -según lo que describió el lector, los pescadores estaban sobre la costa a la altura de la UTN-. A un costado, ya muertos, se observan al menos tres ejemplares de dorado de pequeña talla.
El Litoral consultó al Dr. en Ciencias Biológicas, Pablo Scarabotti, investigador del Conicet y especialista en ecología de peces, quien hizo referencia a esta situación puntual. "Mucha gente que pesca cree que los peces pequeños son especies diferentes de los peces grandes. Por ejemplo, hay gente que cree que las mojarritas cuando crecen se transforman en dorados", comentó.
Al mismo tiempo, el investigador instó a que la gente que pesca con "boguero", como en este caso, preste atención a lo que saca porque puede estar afectando a las poblaciones de las especies protegidas como el dorado. "Hace un tiempo (2010 y 2016) ocurrió algo similar cuando se empezaron a pescar juveniles de manguruyú y la gente creía que eran bagres sapo".
Pescar y no devolver, una práctica que pone en peligro a las especies ictícolas que están en plena recuperación tras largos años de bajante. Foto: Gentileza Daniel Luna
La recuperación del río y su fauna
Tras tres largos años de una bajante extrema que dificultó la conexión entre los bañados y lagunas que se encuentran en las islas con el curso principal del río Paraná, a partir de enero de este año los niveles hidrométricos repuntaron y actualmente se sostienen en condiciones normales. Sobre este punto clave para la supervivencia y reproducción de la fauna ictícola, Scarabotti analizó: "En esta temporada tuvimos dos picos. Uno que se dió a mediados de noviembre, que fue interrumpido por una bajante importante a mediados de enero donde el río llegó casi a cero en el hidrómetro, y otro en marzo, donde el río volvió a repuntar hasta mediados de abril y todavía se sostiene".
En referencia a los dorados "juveniles" que se ven en las imágenes, indicó que "por la talla que tienen probablemente estos individuos hayan nacido durante la creciente de octubre-noviembre". Acerca del impacto que representa esta recuperación del agua, el especialista en ecología de peces remarcó: "Esos dos repuntes estimularon claramente la reproducción de los peces, porque los peces se reproducen cuando el río aumenta de nivel. El problema es que la creciente no se sostuvo durante todo el verano. Esa bajante de enero probablemente afectó la supervivencia de los juveniles de varias especies y redujo la importancia de la reproducción".
A pesar de la interrupción en el pico de crecida que se dio en enero, Scarabotti señaló que "claramente es muy positivo en relación a cómo veníamos los años anteriores. Estos dos repuntes del río estimulan el desove de los peces migradores y el hecho que todavía hoy el río tenga una buena altura, permite que los peces juveniles permanezcan en los sitios de cría como lagunas y bañados, favoreciendo la alimentación, el crecimiento y el resguardo de los depredadores, lo que aumenta mucho su supervivencia".
Al pensar en el largo plazo y la repercusión que tendrá este actual nivel hidrométrico, el Dr. en Ciencias Biológicas sostuvo que es esperable que haya una recuperación en términos poblacionales de las especies migratorias que aprovechan estos pulsos de inundación para reproducirse. "Cuando hablamos de especies migratorias nos referimos al dorado, boga, sábalo, surubí, patí. Son todas especies que tienen su temporada reproductiva durante la primavera y el verano y desovan cuando el río repunta, y claramente se ven beneficiadas con las crecientes de verano".
"Estos dos repuntes del río estimulan el desove de los peces migradores y el hecho que todavía hoy el río tenga una buena altura, permite que los peces juveniles permanezcan en los sitios de cría como lagunas y bañados, favoreciendo la alimentación, el crecimiento y el resguardo de los depredadores, lo que aumenta mucho su supervivencia", explicó Scarabotti. Foto: Fernando Nicola
Una norma poco práctica
Como se señaló en el comienzo de esta nota, el Dorado (Salminus brasiliensis) es considerado el Pez Turístico Provincial. En consideración de ello, y al hecho puntual de los jóvenes pescadores, "hablando desde el punto estrictamente legal, claramente lo que están haciendo está prohibido tanto si fuese un pez de 20 centímetros como si fuese un pez de 50 centímetros", mencionó Scarabotti.
Sin embargo, el especialista advirtió que "es una norma que es insostenible en términos prácticos porque vos no podés prohibir una especie como si fuese posible pescar exclusivamente eso, digamos como si fuese posible usar un arte de pesca perfectamente selectivo que capture solo una especie. Mientras por otro lado se permite la pesca comercial de sábalo con unas 5 mil toneladas anuales en la misma provincia".
En este sentido, comentó que además de ser en términos prácticos poco sostenible, "también es injusto en términos ecológicos", al considerar que "no debería protegerse especialmente el dorado más que la tararira, el surubí que son peces depredadores que están al tope de la cadena alimentaria y que claramente tienen un rol importante en conectar y estabilizar la red alimentaria que sostienen al sistema. Cuando una especie se hace muy abundante y compite sobre otra, estos peces van amortiguando esas variaciones comiendo lo que está en exceso. Esta es la forma en la que los depredadores regulan las poblaciones de sus presas".