Lía Masjoan
in la totalidad de las medidas de seguridad, los grandes y pesados trenes de carga pueden causar una fatalidad al atravesar tramos urbanos en medio del intenso ritmo que hoy tienen las grandes ciudades.
Aunque la cruz de San Andrés obliga -según las normas de tránsito- a parar, escuchar y mirar, es una medida insuficiente para resguardar la seguridad de los ciudadanos, más aún, cuando ya no están acostumbrados a ver pasar los trenes con asiduidad. Si se resolvió que las formaciones comiencen a circular de día, hubiese sido esperable, al menos, una campaña de difusión para advertir a los vecinos.
Y, por supuesto, reforzar las medidas de seguridad, garantizando la presencia de guardabarreras o barreras automáticas y señales en perfectas condiciones.