Viernes 14.8.2020
/Última actualización 16:01
Por estos días, un equipo multidisciplinario de investigadores locales perfora el lecho de la laguna Setúbal que quedó a la vista de todos debido a la pronunciada bajante del río Paraná. Van en busca de las distintas capas geológicas y restos paleontológicos, que nos cuenten sobre la historia de nuestros antepasados. Parte de esos fósiles de más de 500 mil años (podrían ser hasta de 100 mil años) fueron hallados en la laguna cuando se construyeron los puentes —el ferroviario y el Colgante—, a principios del siglo pasado, y permanecen a resguardo en el Museo Provincial de Ciencias Naturales “Florentino Ameghino”.
Los objetivos de la investigación a cargo de especialistas de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (FICH UNL) son múltiples. Por un lado, quieren determinar con precisión las edades de los animales cuyos fósiles perduran en el subsuelo de la laguna. Por otro, buscan determinar cuándo y cómo se formó la Setúbal, en qué año aproximado, y cómo fue cambiando el paisaje desde hace miles de años atrás. Todo ello a través de un conocimiento científico tanto básico como aplicado.
Para develar estos misterios los investigadores realizaron las primeras perforaciones con maquinaria especializada. Utilizaron una vibradora de hormigón adaptada para introducir un caño de aluminio. Con dicha máquina pueden alcanzar hasta 6 metros de profundidad. Ese es el máximo del caño que se consigue. Si tuviesen uno de 10 metros podrían perforar, por ejemplo, a esa profundidad.
Los primeros estudios se llevaron a cabo durante los primeros días de esta semana. El primer sitio perforado se ubica en el fondo lagunar de limos y arcillas frente a barrio El Pozo, que quedó seco y a la vista por la bajante del río. El otro punto investigado está un poco más al noreste, cerca de la defensa de Colastiné Norte, en la zona conocida como Paraíso 17.
Gentileza Laboratorio de Sedimentología FICH UNL. Adentro. Los caños utilizados miden 6 metros. Con la maquinaria actual alcanzan esa profundidad, y gestionan otra para continuar la investigación.Adentro. Los caños utilizados miden 6 metros. Con la maquinaria actual alcanzan esa profundidad, y gestionan otra para continuar la investigación.Foto: Gentileza Laboratorio de Sedimentología FICH UNL.
En dichos estudios no alcanzaron la profundidad necesaria para llegar a las arenas fosilíferas que buscan. “Debido a la dureza del nivel del suelo alcanzado —arcillas de de 20 mil a 80 mil años de antigüedad— la maquinaria utilizada sufrió desperfectos a los 4 metros de profundidad, aproximadamente”, contó el geólogo Carlos Ramonell, al frente del equipo. Para hacerlo van a esperar que pase un leve repunte del nivel del río previsto en los próximos días. Y cuando vuelva a descender retornarán al lecho de la laguna en busca de su cometido.
“Vamos a necesitar contar con otra máquina, por lo que también será necesario costearla”, explicó el encargado del Laboratorio de Sedimentología de la FICH UNL (ver Investigadores). Es el mismo que años atrás aportó a través de las páginas de El Litoral que los dos tonos de marrón de la laguna se deben a los aportes de sedimentos y limos que viajan desde los Andes por el río Bermejo y luego por el Paraná, y los que provienen localmente de la cuenca de Los Saladillos.
“Queremos intentar llegar a las arenas fosilíferas del subsuelo para sacar muestras en pos de determinar nuevas edades precisas en que esas especies animales vivieron acá, cuando un gran cauce mayor del Paraná recorría la faja de la Setúbal —contó Ramonell—, y determinar cómo era ese cauce, si se alimentaba con los mismos ríos principales que ahora”, entre otros conocimientos.
—¿Qué otra información buscan en el fondo de la laguna?
—Después queremos ver qué tipos de ambientes se establecieron en la zona una vez que ese gran cauce se retiró, hasta nuestros días. Y también, cuándo se sucedieron esos cambios de paisaje, y determinar esa dinámica asociada a cambios climáticos o ambientales globales o locales del pasado.
—¿Cómo se puede conocer cuándo nació la laguna?
—Para ello es que comenzamos a tomar muestras de los fangos actuales de la laguna, para ver por medio de análisis isotópicos, en colaboración con universidades extranjeras, en qué momento del pasado la laguna empezó a existir como tal, y cuáles son las tasas de sedimentación o recrecimiento del fondo que están ocurriendo, para mejorar nuestras predicciones sobre su colmatación (relleno de una cuenca sedimentaria con materiales detríticos arrastrados y depositados por el agua), por la que la laguna va a mutar en un cauce de río entre bancos de arena e islas bajas con pajonales.
Cabe mencionar al respecto que alguna vez, miles de años atrás, la laguna Setúbal fue parte del cauce principal del río Paraná. Luego hubo pantanos y bañados, incluso hasta dunas de desierto, hasta que se formó la laguna, que hoy es parte del Paraná (nace y muere en ese río).
Gentileza Laboratorio de Sedimentología FICH UNL. Material. Arenas fosilíferas son las que necesitan estudiar para documentar la historia.Material. Arenas fosilíferas son las que necesitan estudiar para documentar la historia.Foto: Gentileza Laboratorio de Sedimentología FICH UNL.
En lo que hace al conocimiento aplicado, hay dos líneas de investigación que los especialistas están explorando y evaluando. Por un lado, buscan determinar la heterogeneidad del fondo y subsuelo lagunar en relación al planteo de obras de ingeniería y a las transformaciones que la laguna experimentará en las próximas décadas. Y por el otro, “muestreamos los fangos actuales para ver si pueden usarse para emprendimientos de valor económico, como la fabricación de ladrillos, por ejemplo; de resultar satisfactorio ésto está bueno, porque el fondo se renueva con aportes de esos sedimentos todos los años , y así se evitaría fabricar ladrillos decapitando suelos productivos de la llanura”, explicó Ramonell.
Finalmente, la investigación cuenta con una interacción con el antropólogo Gabriel Cocco y su equipo, del Museo Etnográfico y Colonial, quienes investigan —en paralelo— los sitios arqueológicos de la laguna Setúbal. Ellos requieren de la mirada de los geólogos para alcanzar una reconstrucción ambiental y dilucidar así sus sitios arqueológicos dentro y en las márgenes de la superficie lagunar. Un tiempo atrás, los antropólogos hallaron restos de vasijas de barro que se presume podrían haber sido de los Quiloazas y otros pueblos aborígenes de la zona, al igual que algunos restos humanos. Y ahora van por más.
Gentileza Laboratorio de Sedimentología FICH UNL. Profundidad. Los investigadores alcanzan los 6 metros de profundidad, en el lecho de la laguna que quedó a la vista por la bajante.Profundidad. Los investigadores alcanzan los 6 metros de profundidad, en el lecho de la laguna que quedó a la vista por la bajante.Foto: Gentileza Laboratorio de Sedimentología FICH UNL.
Los restos fósiles hallados en la Setúbal permanecen en el depósito del Museo Provincial de Ciencias Naturales “Florentino Ameghino”, que está cerrado por la pandemia. Su director, Andrés Pautasso, le dijo a El Litoral que cuando se abra los buscarán para mostrarlos a través de las páginas del diario.
Parte de las muestras viajarán al Instituto de Geomorfología y Suelos, de la Universidad Nacional de La Plata, donde el Dr. Martín Hurtado se sumará a la investigación con sus aportes. Y otro lote de materiales partirá rumbo Singapur, donde el Dr. Edgardo Latrubesse, aplicará su tecnología y conocimientos para participar de la investigación desde la Nanyang Technological University
El equipo de la FICH UNL que participa en estos estudios de campo del lecho de la laguna Setúbal encabezado por el geólogo Carlos Ramonell está conformado por: Pía Fernández (geóloga), Manuel Gallego (Ing en Recursos Hídricos), Lucas Domínguez Rubén (Ing Civil, Dr en Hidráulica), Pilar Castro (auxiliar, remera de alto rendimiento). También participan en las mediciones sobre la sedimentación del Arroyo Leyes en la Setúbal y cambios similares en otras partes del río Paraná, los Dres. Ricardo Szupiany y Aylén Carrasco (Ing. Hidráulicos), Zuleica Marchetti (Bióloga), Francisco Latosinsky (Ing. Ambiental) y Ramiro Alberdi (Agrimensor).
Perforan la laguna en busca de la historia