El Litoral
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Desde las 9.30, el fenómeno convocó a un centenar de personas en la terraza del observatorio.
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Los 42,7° de sensación térmica que registraron a las 9.30 las estaciones meteorológicas del municipio no impidieron apreciar el eclipse de sol en Santa Fe. A esa hora, un centenar de personas se acercó al Centro Observadores del Espacio (Code), en la Costanera, para mirar con telescopios la interposición de la Luna entre la Tierra y el Sol.
Fue el fenómeno astronómico más importante del año y, en nuestra ciudad, no fue total: la Luna tapó al astro en un 54 %. “Parece una luna amarilla”, explicó Dolores Álvarez, de 7 años, quien lo miró con cristales negros en la terraza del observatorio. “Son vidrios de casco de soldador que tienen un filtro especial e impiden el paso de los rayos UV”, explicó uno de los voluntarios del Code en la terraza. Allí, había tres telescopios dispuestos para observar el fenómeno, y detrás de cada uno se formó una fila de hasta veinte personas que esperaban su turno.
La convocatoria comenzó anoche, cuando los voluntarios del Code debieron extender su horario nocturno hasta la 1 de la madrugada por la cantidad de gente que se acercó a mirar por telescopios en la víspera del eclipse.
No hubo excusas
Con paraguas como sombrillas, mate en mano y hasta una botellita de agua en la mano, los testimonios indican que no hubo excusa que ameritara perderse el eclipse.
Máximo Moyano, de 8 años, convenció a su mamá de ir al ver el fenómeno. “Eso implicó levantar temprano a toda la familia y llevar los hermanitos a casa de su abuela, pero no podía fallarle”, contó su mamá, Adriana.
Bajo la sombra de un árbol que llega a la terraza, Graciela, Beatriz, Animata y Nieves esperaban su turno para ver el eclipse. “Todas tenemos más o menos 80”, comentó entre risas Graciela Riboira, quien lamentó perder su habitual misa de domingo, “pero no podíamos perdernos este acontecimiento de la naturaleza”, explicó Graciela, contundente.
Lidia y Roberto Buemo dijeron que fueron de curiosos. “Al anterior también lo vimos acá. Igual, el de esta vez me encantó: por intermedio de los vidrios pudimos ver el sol y cómo la luna se acomodó encima, como una medialuna”, contó la señora.
Un privilegio
“El eclipse de hoy es el único acontecimiento astronómico importante en el año”, contó Jorge Coghlan, director del Code. Sin embargo, también destacó que Argentina será privilegiada en 2019 y 2020 con dos eclipses totales de sol, dos años seguidos. “Uno va a suceder también en la Patagonia, y otro en el sur de Provincia de Buenos Aires y La Pampa”, anticipó el divulgador astronómico.
Los eclipses de luna, a diferencia de los solares, se ven en la mitad del mundo que está de noche y sucede con luna llena. En cambio, los eclipses de sol son un privilegio para quienes pueden verlo: sólo ocurren en una pequeña franja del mundo porque el cono de sombra de la luna apenas roza a la tierra.
“Esto pasa porque el plano de la luna con respecto a la tierra está inclinado en 5,5 grados. Si coincidieran los planos, en cada luna nueva tendríamos un eclipse de sol, y en cada luna llena un eclipse de luna, algo que no pasa por esa inclinación. Lo habitual es que la luna pase por arriba, por encima o muy cerquita del sol”, explicó Coghlan. Los eclipses de sol se producen cada dos años, ya sean parciales, totales o anulares.
300 personas se acercan al Centro Observadores del Espacio (CODE) a observar el cielo, de martes a domingo, desde las 20.