Piojos, parásitos y casos de viruela aviar en las palomas de plaza Colón
Lo advierte un grupo de veterinarios de la UNL y el Conicet. La viruela es una enfermedad grave en las palomas, que puede contagiarse con facilidad a otras aves.
Mauricio Garín El palomar se inauguró en 1941 y siempre fue un lugar de concentración para las familias y los niños.
En el palomar de Plaza Colón hay muchas palomas que están enfermas. No sólo tienen piojos y parásitos. Un relevamiento de investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) de la UNL y del Conicet detectó lesiones en las piel —“pápulas y nódulos oscuros”— que son características de una enfermedad grave y muy contagiosa entre las aves: la viruela aviar.
“Hace tres años que tomamos muestras, en las distintas estaciones del año, y encontramos estas lesiones en las palomas”, le contó a El Litoral Betina Mariño, integrante de la cátedra de Microbiología de la FCV.
Gentileza Facultad de Ciencias Veterinarias UNL Las lesiones en la piel son severas y el cuadro puede ser fatal. El vector del virus son los mosquitos, que lo transmiten al picar a las aves.
Las lesiones en la piel son severas y el cuadro puede ser fatal. El vector del virus son los mosquitos, que lo transmiten al picar a las aves. Foto: Gentileza Facultad de Ciencias Veterinarias UNL
La viruela aviar no se transmite a los seres humanos pero es una amenaza importante para las aves. El virus genera lesiones severas en la piel y desarrolla un cuadro que puede ser mortal. La enfermedad afecta a más de 230 especies de 23 órdenes de aves, domésticas y silvestres. “Es un virus muy resistente, además, que puede persistir varios meses en el ambiente”, advierten los investigadores.
Flavio Raina Los chicos disfrutan el contacto con las aves. La viruela aviar no se contagia a las personas pero si pueden pasar los piojos.
Los chicos disfrutan el contacto con las aves. La viruela aviar no se contagia a las personas pero si pueden “pasar” los piojos. Foto: Flavio Raina
“La presencia de la enfermedad también suele ser un indicador de malas condiciones higiénicas”, insistió Mariño. Cuando capturan las palomas para tomarles muestras y sacarles sangre, los veterinarios y los alumnos también notaron que suelen tener piojos —que si pueden “migrar” a la cabeza de los chicos— y parásitos entre las alas. Otro dato importante es que durante la noche y la mañana temprano se ven muchas ratas.
Para confirmar la patología, una de las muestras —biopsias— de las costras y lesiones que tienen en la piel se envió al Laboratorio de Anatomía Patológica de la facultad. En lenguaje científico, el resultado histopatológico “evidenció una dermatitis proliferativa con hiperplasia epitelial con marcada vacuolización y degeneración balonosa de las células epiteliales y presencia de numerosos cuerpos de inclusión intracitoplasmáticos acidófilos de gran tamaño”. En palabras más sencillas, el resultado confirmó que las lesiones son compatibles con viruela aviar.
En los relevamientos que se hicieron en el palomar se encontraron mosquitos, el principal vector de la enfermedad, y también moscas de la subfamilia Hippoboscoidea, que también pueden transmitir el virus a las palomas.
Gentileza Facultad de Ciencias Veterinarias UNL Hace tres años que investigadores y alumnos toman muestras y les realizan análisis de sangre a las palomas y otras aves de la región.
Hace tres años que investigadores y alumnos toman muestras y les realizan análisis de sangre a las palomas y otras aves de la región. Foto: Gentileza Facultad de Ciencias Veterinarias UNL
Los investigadores reconocen el trabajo del encargado del palomar, que incluso los ayuda a capturar las aves para tomar las muestras —“es impresionante, las llama por su nombre y las palomas vienen”, asegura Mariño—, pero recomiendan al municipio “llevar a cabo un plan adecuado de control” para mejorar la situación sanitaria de las aves.
Darío Manzoli, veterinario, docente de la FCV e investigador del Conicet, explicó que en altas densidades de aves —como sucede en el palomar— es habitual que se expresen con mayor severidad estás enfermedades. “En estos casos, lo que se recomienda es un control periódico del estado sanitario de las aves y a los padres hay que recordarles que es importante que los chicos se laven las manos después de tomar contacto con las palomas, en especial cuando tienen menos de cinco años, y evitar que jueguen cerca de la materia fecal”, aconsejó el especialista.
Gentileza Facultad de Ciencias Veterinarias UNL Esta foto que tomaron los investigadores muestra la gravedad que pueden alcanzar las lesiones.
Esta foto que tomaron los investigadores muestra la gravedad que pueden alcanzar las lesiones. Foto: Gentileza Facultad de Ciencias Veterinarias UNL
Este trabajo se desarrolló en el marco de un proyecto de investigación de la facultad y el Conicet, que viene estudiando diferentes aves en zonas urbanas y rurales de Santa Fe, Recreo y Esperanza (también participa el Instituto Banela de la Universidad Nacional de Córdoba). La investigación puntual sobre las palomas se presentó en unas jornadas de veterinaria que se realizaron en noviembre.
La investigación
El trabajo que analizó la situación de las palomas se denomina: “Ecoepidemiología de virus de importancia para la salud pública y animal en fauna sinantrópica del centro de la Provincia de Santa Fe”. En la presentación clínica de los casos de viruela aviar en el palomar de Santa Fe participaron Mariño, B; Capovilla, P; Gorosito, F; Calvet, E; Fasano, A; Sosa, C; Reynoso, L; Sánchez, A; y la Cátedra de Microbiología, Grupo Capibara y el Laboratorio de Anatomía Patológica de la Facultad de Ciencias Veterinarias (UNL).