El feroz ataque de dos perros Pitbull a una abuela y su nieta ocurrido el sábado por la noche en barrio Santa Rosa de Lima vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la tenencia responsable de este tipo de animales.
La pequeña de un año y medio tenía asistencia respiratoria mecánica, y su abuela tiene la cara desfigurada. La Municipalidad intervino en el caso, que es investigado ahora por la Justicia. Los perros potencialmente peligrosos no estaban inscriptos. Hoy son 207 los perros anotados en el Registro.
El feroz ataque de dos perros Pitbull a una abuela y su nieta ocurrido el sábado por la noche en barrio Santa Rosa de Lima vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la tenencia responsable de este tipo de animales.
La niña de un año quedó internada grave en la Terapia Intensiva del Hospital Alassia, mientras que su abuela, de 46 años, estaba internada en el Hospital Cullen con la cara desfigurada, entre otras lesiones. Ambas habían salido de su casa el sábado cerca de las 22 horas, para ir a comprar un jugo a un kiosco del barrio cuando padecieron el sorpresivo ataque de los perros. También iba con ellas la otra nieta, de 8 años, que alcanzó a escapar ilesa.
Este lunes por la mañana los familiares aguardaban las novedades médicas de ambas víctimas del ataque, en el Hospital de Niños y en el Hospital Cullen. De la abuela se supo que evaluaban su traslado a una clínica privada. La niña permanecía grave en Terapia.
La pequeña sufrió “fracturas costales, que a su vez le provocaron un hemoneumotórax”, explicó el médico Pablo Ledesma, desde el Hospital Alassia. Por ese motivo continuaba internada en la Terapia “con asistencia respiratoria mecánica”, dijo, y agregó que, “al momento” se encuentra “hemodinámicamente compensada”.
De acuerdo a lo informado, ambos perros Pitbull blancos -uno con manchas negras, otro marrones- se habrían escapado de la vivienda a donde vivían y perpetraron el ataque, en la zona de Hermano Madeo 2900 (altura de Hipólito Irigoyen).
Avisados de los hechos, la policía solicitó la intervención de la Unidad Ecológica. Pero el personal se negó a retirar a los perros debido a su clasificación como de alto riesgo. Más tarde actuó la justicia a través de la fiscalía de turno, se trasladó a la propietaria de los perros a una dependencia policial y se inició una investigación penal.
En paralelo, agentes municipales también intervinieron en el caso, en el marco de la aplicación de la Ordenanza que regula la tenencia de animales peligrosos. La norma prevé un protocolo de actuación y multas económicas para los dueños que no la cumplan. Además, dicha Ordenanza impone la obligación de inscribir en un registro a “todos los perros potencialmente peligrosos y sus cruzas”.
Según pudo averiguar El Litoral, ninguno de los dos perros atacantes estaba inscripto en el registro. Y además, el Pitbull agresor no habría tenido la vacuna antirrábica al día. Ambos animales permanecían este lunes en la casa de su propietaria.
Dicho registro tiene al día de hoy un total de 209 perros potencialmente peligrosos inscriptos en la ciudad de Santa Fe, de acuerdo a lo informado por el Municipio tras la consulta de El Litoral. “Faltan inscribir muchísimos perros”, advirtió la subdirectora de Salud Animal de la Municipalidad de Santa Fe, la veterinaria Anahí Montiel. “Falta el 70 por ciento de las razas peligrosas”, agregó, y dijo que “el problema radica en que la gente no los inscribe, no toma esto como un hecho de gravedad, hasta que ocurren este tipo de casos”.
“Por el tamaño y tipo de raza, este tipo de perros pueden causar una lesión mucho más grave que la que puede ocasionar un perro de tamaño chico”, explicó Montiel. “Está comprobado que en la genética de la raza que este tipo de actitudes se transmiten sólo en un 20 por ciento, de generación en generación”, dijo. En consecuencia, el 80 por ciento restante “tiene que ver con el ambiente, el entorno y cómo fueron criados y atendidos”, mencionó la veterinaria.
“El que tiene un perro de estas características debe ser un dueño responsable, que sepa brindarle las condiciones que necesita, y no para tenerlo atado como un perro guardián, sin relacionarse con otros animales”, dijo Montiel, “porque necesitan socializarse como cualquier otro perro”.
En cuanto a las estadísticas de incidentes y lesiones relacionados con este tipo de animales, la funcionaria sostuvo que el número de reclamos es constante y creciente sobre animales peligrosos o perros que han mordido a otros.
Quienes tengan perros potencialmente peligrosos en la ciudad de Santa Fe deben comunicarse con la línea telefónica gratuita del Municipio, 0800 777 5000, para recibir el asesoramiento y realizar la inscripción de los animales en el registro.
El Municipio trabaja fuertemente en la educación ciudadana sobre los cuidados y despliega una política sanitaria en todo el territorio, con la descentralización del Instituto Municipal de Salud Animal (IMUSA). Entre diciembre de 2019 y marzo de 2022, se llevaron a cabo un total de 42.308 castraciones de animales de compañía y se realizaron 48.409 intervenciones, que incluyeron consultas veterinarias, vacunaciones, aplicaciones de antibióticos y otros cuidados. Durante ese mismo período, se atendieron 1.102 reclamos por maltrato animal.
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