Una de los espacios verdes más antiguos de Santa Fe
"Plaza de las Banderas": de cava y laguna, a pulmón verde de barrio Candioti
La historia de un sector de la ciudad que evolucionó con el correr de los tiempos. Lugar de encuentro para familias que, incluso, cuenta con WiFi público. La contracara: de los 21 mástiles, solo es utilizado uno, donde flamea la Bandera Argentina. Además, falta renovar el mobiliario y juegos.
El Litoral Así luce hoy la Plaza 20 de Junio o de de las banderas , como se la conoce popularmente
Quienes transiten por los alrededores de la Plaza 20 de Junio, ubicada en el corazón de barrio Candioti Norte de la ciudad de Santa Fe, notarán la faltante de las banderas, un dato no menor teniendo en cuenta que el nombre popular con el que se conoce a la plaza es, precisamente, “Plaza de las Banderas”. Como atenuante, cabe remarcar que sólo flamea la insignia de nuestra patria.
La manzana, conformada por calles Necochea (al este), Marcial Candioti (al oeste), Juan del Campillo (al sur) e Iturraspe (al norte) luce además cierto grado de descuido: graffitis, losas descalzadas y juegos arruinados por el paso del tiempo.
También se puede apreciar que la pasarela, tan característica de este sector de la ciudad, presenta roturas en su estructura. La contracara es la adecuada manutención y limpieza y, como novedad de los últimos años, el servicio de WiFi gratuito provisto por el gobierno provincial.
En los últimos tiempos este espacio público fue “puesto en valor” en varias oportunidades. El paso del tiempo y, por sobre todo, las malas conductas de algunos ciudadanos hacen indispensable que esta plaza, al igual que otras muchas de la capital provincial, deba ser arreglada en cortos períodos de tiempo.
La última de ellas se encaró en mayo de 2015, por la gestión del intendente José Corral. En aquella oportunidad, El Litoral informó: “Los trabajos en la plaza abarcan distintos aspectos que van desde la reparación de los solados, trabajos de poda y parquización, refuerzo del talud de la pasarela, reparación y pintura del mobiliario urbano, y reposición de luminarias”.
Previo a las obras de refacción, otra nota de este diario remarcaba el estado de abandono de la zona: “En barrio Candioti Norte, a la plaza 20 de Junio todo el mundo le dice la plaza de las Banderas. Esta mañana, el apodo ciudadano no tenía sentido: de los 20 mástiles no colgaba ninguna bandera, ni siquiera la Argentina. Es una mancha más en una plaza que luce muy desprolija”.
Otro trabajo de refacción fue realizado por el entonces gobierno de Mario Barletta en 2008. En aquel entonces, este diario publicó: “La puesta en valor demandó tareas de parquización, de reposición y pintura de cestos y bancos, así como de restauración de mástiles para su posterior colocación de todas las banderas de los países latinoamericanos. Además, se había realizado una poda correctiva de árboles, se plantaron flores y se mejoró la iluminación”. Ese año, para el actos del 20 de Junio, que se realizó en este lugar, el espacio lució renovado y acorde a las expectativas ciudadanas. Sin embargo, cuatro meses más tarde fue vandalizado; “entre otros daños, hay varios cestos de basura, luminarias y juegos rotos, pintadas de grafitis en la base de los mástiles, y cortes y enredos en los alambres que permitían izar las banderas”, describió El Litoral en noviembre de ese año.
Banderas difíciles de ver (y encontrar)
Con sus más de 100 años, Diario El Litoral cuenta con un archivo de noticias y de fotografías valiosísimo. En este caso, al consultar el registro fotográfico de los últimos 20 años el resultado es irrefutable: cuesta encontrar una imagen de la Plaza 20 de Junio con todas las banderas flameando en las mástiles.
En la hemeroteca aparece, por ejemplo, una crónica de 2003 titulada “Todos a la Plaza de las Banderas” donde también se hablaba de la misma situación. “La Plaza de las Banderas -en realidad, sólo quedan en pie los mástiles- recibe cada noche a familias enteras”, acotaba este medio.
Un poco de historia: de cava y laguna a plaza y pulmón verde
Lo que hoy es una plaza en el corazón de un tradicional barrio santafesino, hace 90 años era una cava donde se acumulaba agua y se la conocía como “Laguna Felipe”. En aquellos tiempos, la zona estaba habitada por trabajadores del puerto y la cervecería. Crónicas de 1930 advertían por los peligros de la acumulación de basura y residuos en la laguna. “Las emanaciones de las aguas estancadas y de las basuras y residuos descompuestos son una amenaza constante para la salud”, publicó el diario El Orden ese año.
Captura de pantalla Así titulaba diario El Orden en la década de 1930 los problemas de la laguna Felipe
Así titulaba diario El Orden en la década de 1930 los problemas de la laguna FelipeFoto: Captura de pantalla
Fue en el gobierno de Zapata Gollán donde se ejecutó un proyecto para mejorar la problemática anteriormente citada. Para ello, se aprobó el Reglamento Bromatológico o Código de alimentos y bebidas (1932) y se dispuso el relleno de dos cavas, una en Barranquitas y la otra la de la Laguna Felipe. Unos cinco años más tarde, ya en la gestión de Francisco Bobbio se inició en la ciudad una significativa transformación edilicia, que incluyó la remodelación de varios paseos públicos (Alberdi, Garay y Cívico del Sur, se gestionó la construcción del Palomar y el equipamiento de las plazas Constituyentes, 25 de Mayo, Pueyrredón, y paseos y avenidas como el Bv. Gálvez, Costanera, Alem, Freyre y Gral. Paz). En esa época aparecieron nuevas plazas, como la “Simón de Iriondo” (hoy plaza de la Bandera).
Precisamente, el cambio de nombre ocurrió en 1944 cuando por decreto se cambió la nomenclatura de este espacio verde y pasó a llamarse Plaza 20 de Junio; con el tiempo los vecinos la apodaron “de la bandera”.
La escuela Pizarro, otro emblema del barrio
La escuela de enseñanza media técnica 479 Manuel Pizarro llegó a barrio Candioti en 1941, procedente de Mariano Comas al 2400, donde funcionaba desde 1932.