Plaza Chicharritas: un espacio para las infancias que resiste simbólicamente
Un grupo de vecinos defiende uno de los pocos espacios públicos que van quedando en el barrio del atropello de los intereses particulares. Esperan ser escuchados para poner en condiciones la plazoleta y que sea un lugar de disfrute y encuentro de los niños y niñas.
Un vecino cuida el césped que da frente a su vivienda, y musicaliza la siesta mientras los niños juegan. El lugar tiene una parte de espacio verde, y otra de cemento. Crédito: Luis Cetraro
"¿Cuándo van a sacar los palos?", pregunta Dino a El Litoral, mientras va llegando con su pelota a sumarse al grupo de chicos que ya está jugando en la plaza. Los palos son unos postes que algún privado colocó quizá con la intención de generar un emprendimiento particular y que les interrumpe el libre correteo y el picadito. La plaza es -por ahora- un espacio con árboles en parte y con un alisado de cemento en otra, perdido a mitad de manzana entre los monoblocks de Las Flores II (se ingresa por calles Estrada y Lamadrid). Pero los niños ansían que ese predio tenga mejoras y se convierta en un lugar de juego para el barrio.
La "Plaza Chicharritas" -así bautizada por los vecinos-, es un espacio de las infancias que hoy resiste simbólicamente el avasallamiento de los intereses individuales y privados, que levanta muros, que coloca palos, que deshabilita la presencia de los niños y niñas y los alejan del encuentro de lo común.
Los profesores Mariano Mariani, de filosofía, y María Eugenia Zorzi, de educación física, son pareja. Viven en el barrio y su hijo juega en ese espacio. Ellos encabezan la "resistencia" y aseguran que detrás hay unos 40 vecinos con la misma intención: defender el espacio y convertirlo en una verdadera plaza.
La plazoleta queda en el medio de una manzana, entre los monoblocks de Las Flores. Crédito: Luis Cetraro
Ellos recuerdan otras épocas, en las que en Las Flores había al menos 6 de estas plazoletas o pulmones públicos necesarios en medio las torres de viviendas. Hace más de 40 años que el barrio comienza su historia y los lugares comunes constituían un lugar primordial en el fortalecimiento de los lazos comunitarios. Pero poco a poco se fueron ocupando, sin mucha regulación, con cocheras particulares, extensiones de casas, tapiales, jardines o patios cercados, rejas o el levantamiento de un paredón, todo lo cual provocó un achicamiento de lo común.
"A este espacio, por ejemplo, se ingresaba desde varios puntos, antes del paredón que levantaron para poner cocheras. Pero eso hace años ya y quedó. Lo que nos toca ahora es defender lo que aún sobrevive, y lo hacemos porque la mayoría de los que nos criamos acá, hoy tenemos nuestros pibes que juegan en esta plaza. Ellos salen de la escuela y convergen en este lugar de encuentro, que es seguro porque está en una mitad de manzana, no da directamente a la calle", contaron Mariano y Eugenia.
Lo que activó las alarmas de los vecinos fue la aparición de seis postes de madera a finales de 2023. "Ahí hicimos denuncias, como cuatro ya, al municipio. Ellos recibieron y tienen el tema en agenda", indicaron.
Unos postes de madera aparecieron a fines de 2023 y encendieron las alarmas. Los vecinos temen que un privado avance sobre el espacio que es de los chicos. Crédito: Luis Cetraro
Fútbol y básquet
"Acá jugamos siempre a la pelota o a la escondida", contaron Santino, Valentino, Tiziano y Agustino. "Antes estaba más feo el lugar; ahora está mejor", dijo uno de los chicos. Otro opinó: "A mí me gustaría que saquen esos palos y que pongan arcos de fútbol y aros de básquet". "¡Y también una pileta gigante!", soltó otro de los pibes, porque para soñar hay que hacerlo en grande.
Mariano y Eugenia contaron que uno de los chicos se lesionó un pie al chocarse contra uno de los postes y consideraron que, además de sacarlos, también habría que arreglar una cloaca cercana a la que se le rompió la tapa, para mayor seguridad. Esperan que el municipio los escuche para convertir a ese predio en un verdadero playón deportivo o plaza, para lograr darle un nombre formal y mejoras, como el arreglo de luminarias, el desmalezado de los espacios verdes, la colocación de bancos, la construcción de un sistema de desagüe para que los días de lluvia no se acumule agua.
"Acá todo lo que hicimos hasta ahora es a pulmón y con las mismas ganas de que este espacio sea para los chicos", sostuvo Eugenia.
Los vecinos comenzaron a diseñar un plan de acción mancomunado con los niños, niñas y familiares para resistir a la ocupación definitiva de la plaza. Hicieron circuitos lúdicos en el piso, elaboraron un mural colectivo denominado "Mariposa resistencia". Crédito: Luis Cetraro
Tonucci, un faro
La pareja lleva puesta una remera del Consejo para los Niños, que vienen integrando junto a su hijo Valentín desde hace 4 años, y que hace referencia a la propuesta del pedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci, autor de numerosos libros sobre el papel de los niños en los ecosistemas urbanos.
Guiados por las enseñanzas de Tonucci, se propusieron con firmeza defender la plazoleta, ponerle un nombre, pintar un mural y colocar un cartel que le dé identidad. "Empezamos a hacer una resistencia simbólica y el día de la inauguración -también simbólica- de la plaza, fue el 2 de abril. Vinieron casi 50 chicos y la bautizamos con el nombre Chicharritas porque ellos están siempre haciéndose notar a la siesta, como las chicharras", comentó Mariano.
El 2 de abril se hizo la inauguración simbólica del espacio público. Los vecinos le pusieron nombre, un cartel y pintaron un mural. Crédito: Gentileza
Los vecinos comenzaron a diseñar un plan de acción mancomunado con los niños, niñas y familiares para resistir a la ocupación definitiva de la plaza. Hicieron circuitos lúdicos en el piso, elaboraron un mural colectivo denominado "Mariposa resistencia". Al lado, dibujaron "ojos", que representan la mirada atenta de los adultos que cuidan el lugar. Y escribieron todos los nombres de los niños que van a jugar al espacio. "¿Podés creer que tuvimos que volver otro día a pintar los nombres de los chicos que nos olvidamos de poner, porque nos reclamaron ellos?", dice el docente. Así de fuerte es la pertenencia al espacio.
Un lugar para el Consejo
"Con el Consejo de los Niños nos reuníamos en el Centro de Acción Familiar (CAF) 24. Después tuvimos casi cuatro años en el alero de Las Flores II; también en la Esquina Encendida. Ahora estamos a la espera de ver dónde lo habitamos y la idea también es habilitar esta plazoleta para el encuentro y para una Escuela Lúdica, porque aún no tenemos espacio físico", pidió el profesor de Filosofía, Mariano Mariani.
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