Poca agua en la Setúbal, un puente que ya no está y los pilotes eternos
En la segunda mitad de la década de 1930 se inauguró la conexión ferroviaria que unía Santa Fe con Rincón. Por aquel entonces, como en la actualidad, la laguna tuvo momentos con poco caudal de agua. El puente fue desarticulado a los pocos años y sus soportes quedaron instalados “para siempre” . El recuerdo de las iniciativas que funcionaron en ese sector de la costanera. Casi un siglo después “duermen” proyectos en para revitalizar los pilares.
Archivo El Litoral Así se veían la vieja costanera, el puente ferroviario y la Laguna Setúbal con poco caudal de agua en la década de 1930.
La región litoraleña, y Santa Fe no es la excepción, mira con gran asombro como el Río Paraná se presenta con poco caudal de agua; como hacía 50 años no ocurría. La bajante histórica del río se manifiesta de diversos sentidos, en la capital de la provincia se hace notoria por la falta de agua en la Laguna Setúbal. Al espejo de agua y emblema de la ciudad se lo observa como pocas veces se lo vio. En algunos sectores, se puede visualizar el suelo fangoso y en otros directamente vegetación que, por lo general, quedan ocultos bajo el agua.
El 15 de abril rompió el piso del metro y llegó a lo 98 centímetros. Luego, el río repuntó hasta marcar 1,08 y durante el fin de semana volvió a bajar, para quedar este lunes 20 de abril en 92 centímetros. Un nueva marca histórica. Con este panorama, la escasez de agua se hace notar en la Setúbal (así lo mostró El Litoral a través de las imágenes de drone) y trae recuerdos de otras épocas de bajantes. Por ejemplo, en la segunda mitad de la década de 1930 se registraron guarismos similares a los actuales. Así lo explicaron especialistas en diversas entrevistas brindadas a El Litoral.
Fernando Nicola (Drone) La bajante actual del río Paraná modificó el paisaje en la Laguna Setúbal.
La bajante actual del río Paraná modificó el paisaje en la Laguna Setúbal. Foto: Fernando Nicola (Drone)
Y así se puede apreciar en una foto de archivo que abre esta nota y que muestra desde el aire cómo se encontraba la vieja costanera, el puente ferroviario y la Laguna Setúbal con poco caudal de agua. La imagen muestra en su esplendor la conexión del Ferrocarril Francés que sirvió para unir las localidades de Santa Fe y Rincón y que en la actualidad sólo quedan sus pilotes.
En varias oportunidades, desde el Museo Ferroviario Regional de Santa Fe explicaron que este puente es el tercero que se levantó en la laguna. La construcción comenzó en 1929 y la obra estuvo a cargo de una firma alemana. Ese año, se inició la obra en dos estribos (lados este y oeste) y tres pilares entre ambos extremos.
Archivo El Litoral La construcción de nexo ferroviario comenzó en 1929 y la obra estuvo a cargo de una firma alemana. Pero el puente no fue utilizado de forma regular.
La construcción de nexo ferroviario comenzó en 1929 y la obra estuvo a cargo de una firma alemana. Pero el puente no fue utilizado de forma regular. Foto: Archivo El Litoral
“Se hizo todo a base de cemento sobre fundaciones de aire comprimido, en cajones realizados a tal efecto. Cada uno de los cuatro tramos, portaba una estructura de hierro de 101 metros”, recordó Andrés Andreis miembro de la menciona institución en un artículo que publicó El Litoral.
Archivo El Litoral El puente con el tren sobre la Laguna Setúbal
El puente con el tren sobre la Laguna SetúbalFoto: Archivo El Litoral
Entre 1933 y 1934 se recibieron en el Puerto de Santa Fe los tramos metálicos que le darían forma a la conexión proyectada sobre la laguna. “A finales de 1934, concluyen los trabajos de construcción y, en febrero de 1935, se realizan las pruebas de carga con trenes y locomotoras”, agregó el historiador local en la citada nota.
Por su parte, el reconocido arquitecto Cesar Carli en su libro "Los Constructores de la ciudad" indicó que de la construcción del puente partició el Ing. Manuel Alejandro Argüelles, autor de otras obras que cambiaron la fisonomía de la Costanera santafesina durante las primeras décadas del siglo XX como lo fueron la pavimentación de Avenida Siete Jefes y la bellísima residencia del Dr. Juliá, una maciza construcción con una extraña decoración de columnas salomónicas, ubicada a cien metros del Puente Colgante.
Sin embargo, pese a los esfuerzos económicos y los años que demandó la obra, el puente no fue utilizado de manera regular. Motivo por el cual, a mediados de 1943 se vendieron los cuatro tramos de hierro del puente para ser utilizados por la empresa del Ferrocarril Trasandino. Un año después (1944) las estructuras metálicas habían sido trasladadas a Mendoza. Y para los santafesinos quedaron los pilares o pilotes sobre la laguna.
Con 90 años encima, las estructuras donde se apoyó el puente por donde alguna vez funcionó el tren resistieron a las sucesivas crecidas y sólo uno, el de la cabecera este, fue víctima de las aguas. Nunca fueron retiradas y, en algunas oportunidades, fueron utilizadas con otro fines. Los transformaron en base para una confitería bailable y también como soporte de un sistema de aerosillas.
Archivo El Litoral En el pilar que sobrevivió a las crecidas funcionó una confitería.
En el pilar que “sobrevivió” a las crecidas funcionó una confitería.Foto: Archivo El Litoral
El 25 de diciembre de 1968 se puso en funcionamiento la Confitería Ike’s, emplazada en el primer pilar. Años más tarde cambió su nombre por Puerto de Palos, identificación que mantuvo desde fines de 1970 hasta 1995.
Archivo Florián Paucke En el pilar que sobrevivió a las crecidas funcionó una confitería.
En el pilar que “sobrevivió” a las crecidas funcionó una confitería.Foto: Archivo Florián Paucke
En simultáneo, el 15 de febrero de 1980 se puso en marcha un novedoso atractivo para la ciudad de Santa Fe: una aerosilla. Como las ciudades serranas o los centros de esquí, la capital provincial tuvo por período corto de tiempo esta atracción que conectaba ambas costas de la Setúbal.
Archivo Florián Paucke La estación de salida de la recordada aerosilla estaba en la actual esquina de la costanera y bulevar Muttis.
La estación de salida de la recordada aerosilla estaba en la actual esquina de la costanera y bulevar Muttis. Foto: Archivo Florián Paucke
Los memoriosos recordarán que la estación de salida de la aerosilla estaba en la actual esquina de la costanera y bulevar Muttis. En ese edificio, en la planta baja funcionó un restorán mientras que arriba estaba el ingreso a la aerosilla propiamente dicha.
Archivo Florián Paucke La estación de salida de la recordada aerosilla estaba en la actual esquina de la costanera y bulevar Muttis.
La estación de salida de la recordada aerosilla estaba en la actual esquina de la costanera y bulevar Muttis. Foto: Archivo Florián Paucke
El cable se apoyaba en una serie de columnas dispuestas una parte sobre la costanera y otra sobre los pilotes. Del otro lado de la costa, se armó el complejo Piedras Blancas con casas de estilo alpina donde funcionaron comercios y otro comedor. La inundación de 1983 afectó seriamente parte de su estructura y dio por finalizado este emprendimiento.
Archivo Florián Paucke Del otro lado de la costa, se armó el complejo Piedras Blancas. La inundación de 1983 dio por finalizado este emprendimiento.
Del otro lado de la costa, se armó el complejo Piedras Blancas. La inundación de 1983 dio por finalizado este emprendimiento.Foto: Archivo Florián Paucke
En agosto de este 2020, se cumplirán dos décadas de la demolición de Puerto de Palos. Luego de muchos años en estado de abandono y de convertirse en un refugio de roedores y “aguantadero”, lo que un tiempo fue un espacio recreativo se demolió el 8 de agosto del 2000. No se tuvo en cuenta al momento de la reconstrucción de la Costanera y fue la gestión de Marcelo Álvarez la que tumbó el edificio y dejó el pilar del extremo oeste.
Archivo El Litoral / Guillermo Di Salvatore Así luce en la actualidad el pilote de la costa oeste
Así luce en la actualidad el pilote de la costa oeste. Foto: Archivo El Litoral / Guillermo Di Salvatore
Proyectos en “stand by”
Desde la demolición de Puerto de Palos a la fecha han existido numerosos proyectos para revitalizar los pilotes que quedaron huérfanos en la Laguna Setúbal. El que siempre se repite entre las ideas propuestas es el de realizar un nuevo puente, algunos opinaban que sea exclusivamente peatonal.
Pablo Aguirre Así lucen hoy los pilotes del viejo puente, con la Laguna Setúbal con poco caudal de agua.
Así lucen hoy los pilotes del viejo puente, con la Laguna Setúbal con poco caudal de agua.Foto: Pablo Aguirre
En el 2018, el intendente José Corral abrió el debate nuevamente. Desde su gestión municipal se abrió el debate a la población y se convocó a una serie de expertos para que le den fuerza y fundamentos a las propuestas. Se habilitó un sitio web al estilo “brainstorming” (lluvia de ideas en inglés), se realizaron encuentros con especialistas y finalmente se elaboraron conclusiones. Las mismas se presentaron en diciembre de 2018 y se pueden resumir en cuatro puntos claves:
Se relevaron más de 20 trabajos de investigación, tesis, proyectos y propuestas ciudadanas y participaron del debate más de 300 referentes de diversas instituciones.
Existe una necesidad de reforzar la vinculación entre las dos orillas con un puente..
La importancia de respetar el paisaje y la cultura en la relación ciudad-río.
Los especialistas detectaron la existencia de problemas estructurales a nivel interno y externo de los pilares.
En la presentación de estos fundamentos se indicó que se recomienda proyectar un puente orientado a la vinculación de la Ciudad Universitaria, el Parque Tecnológico Litoral Centro, el Complejo ATE-UNL y la Costanera Este con el resto de la ciudad. Esto significa un puente para circulación de tránsito liviano, sobre todo peatonal y ciclista, con características de paseo. No sin antes realizar sendos estudios de factibilidad y de estado de los pilares, según coincidieron los expertos.
Entonces, la pelota quedó en los pies del Ejecutivo Municipal. Llegó 2019, año netamente electoral. Pasaron los comicios y produjo un cambio de gobierno. En todo ese proceso, los proyectos de reconversión y revitalización de los pilares quedaron en “stand by”, como sus antecesores.
Hoy, con la laguna con poca agua, los pilares lucen más grandes de lo que la vista del santafesino está acostumbrada; y esperan la decisión política y los recursos económicos que les devuelvan alguna función, casi un siglo después de su instalación.